En medio de los rigurosos controles sanitarios para frenar la expansión de la pandemia habitantes de Santa Elena de Uairén denunciaron que farmacias y particulares venden medicamentos que superan hasta seis veces su valor, por lo que se les hace cuesta arriba cumplir con tratamientos.
La comunidad que habita en la capital del municipio Gran Sabana, fronterizo con Brasil, se acostumbró a acudir a farmacias del vecino país, acción que fue repetida por muchos habitantes del estado Bolívar y parte de Anzoátegui, que emprendían un viaje de más de 10 horas para cruzar la frontera y comprar sus tratamientos. Esto debido a la escasez de cualquier tipo de medicina en farmacias nacionales.
Antes del cierre de la línea fronteriza debido a la pandemia, farmacias de la comunidad brasilera de Pacaraima lucían repletas. Los tratamientos para controlar la presión arterial, diabetes y asma eran los más solicitados.
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La situación dió un giro cuando lugareños no tuvieron más opción que comprar medicinas en las pocas farmacias que quedaban funcionando en Santa Elena, todos los medicamentos que allí ofrecen son brasileros. «Mi sobrino compró un medicamento para la diabetes que le costó 25 reales (5 dólares) mientras que en Brasil le salía en 15 (3 dólares), fue al día siguiente para comprar más y así estar prevenido por si se le acababa y resulta que se lo cobraron a 35 o 7$», contó el vecino Carlos González.
Desde hace más de un año en ninguna farmacia de este poblado aceptaron bolívares, tampoco tienen punto de venta y solo reciben moneda brasilera.
Otros casos, constantemente denunciando entre habitantes, son debido a los revendedores de medicamentos por redes sociales, ofrecen pastillas para la tensión a 25 reales, mientras que la misma caja de tabletas en Pacaraima no pasaba de cinco reales, es decir, un dólar.
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