Caracas.- El vuelo más largo sin escalas de la historia aterrizó el domingo 20 de octubre por la mañana en Sídney, procedente de Nueva York, después de más de 19 horas de viaje, una hazaña que la aerolínea australiana Qantas quiere convertir en un éxito comercial. El vuelo experimental QF7879 estuvo en el aire exactamente 19 horas y 16 minutos.
Es el primero de una serie de tres vuelos con los que la compañía australiana Qantas, se propone evaluar la viabilidad de los vuelos ultralargos para la creación de líneas comerciales regulares. También volará de Londres a Sídney. El director general de Qantas, Alan Joyce, lo calificó de «momento realmente histórico» para la aerolínea y para el mundo de la aviación.
«Es el primero de tres vuelos experimentales con los que veremos qué recomendaciones se pueden hacer sobre cómo manejar el cansancio de los pilotos, así como el desfase horario de los pasajeros», declaró Joyce a los periodistas tras su llegada a Sídney. «Después de 19 horas en este vuelo creo que lo hemos hecho bien. Tengo la impresión de haber estado en un vuelo bastante más corto que esto», añadió.
Despegue
El Boeing 787-9 despegó el viernes 18 de octubre por la noche del aeropuerto JF Kennedy de Nueva York, con tan sólo 49 personas a bordo, esencialmente empleados de Qantas.
El avión se convirtió en un laboratorio volador, dado que el objetivo era adaptarse a la zona horaria de su destino final lo más rápido posible. Al despegar, seleccionaron de inmediato el reloj de Sídney (Australia).
Las luces permanecían encendidas y tenían instrucciones de permanecer despiertos durante al menos seis horas, hasta que anocheciera en Australia.
Les sirvieron una comida rica en carbohidratos. Se les pidió a los pasajeros que evitaran las pantallas y se atenuaron las luces para que pudieran dormir toda la noche.
Cuatro pilotos se relevaron por turnos a los mandos de la aeronave.
A bordo del vuelo de Qantas, viajaron investigadores de dos universidades australianas para observar cómo duermen y se alimentan los pasajeros, y controlar su nivel de melatonina, «la hormona del sueño».
Cuando se cumplían 14 de las 19 horas de vuelo, los pasajeros se paraban de sus asientos para ejercitarse.
»Hizo falta disciplina y trabajo para mantener la rutina de no dormir en la primera mitad de este vuelo», comentó un pasajero luego de que el avión aterrizara en Australia.
Conoce la experiencia de un pasajero acá: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/10/20/companias/1571559869_151361.html
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