Los derechos humanos en China viven bajo la presidencia de Xi Jinping «su periodo más oscuro» desde la represión del movimiento democrático de Tiananmen en 1989, destaca hoy el informe anual de la ONG Human Rights Watch.
El informe recuerda cómo en los últimos años un millón de uigures y miembros de otras minorías musulmanas han sido detenidos en la región china de Xinjiang, mientras prosigue el ataque a las libertades en Hong Kong y la represión en zonas como el Tíbet y Mongolia Interior.
LEE TAMBIÉN
Marco Rubio: detención de Carreño muestra la violación de DDHH en Venezuela
«La buena noticia es que ha habido una reacción sin precedentes contra esa represión, con el surgimiento de coaliciones de gobiernos que se unieron para criticar a China», comentó para Efe el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
Ejemplos de esta reacción han sido la condena a la represión de Xinjiang que 39 países, liderados por Alemania, expresaron en la última Asamblea General de la ONU, o el descenso en el número de países que apoyaron a China a la hora de conseguir un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la misma organización.
«Son buenas noticias, porque el Gobierno chino está preocupado por su reputación internacional, y es la forma de cambiar una China que es grande y poderosa pero necesita una buena imagen que ahora está perdiendo por la represión», analizó Roth.
LEE TAMBIÉN
Trinidad y Tobago | Seis situaciones que violan los DDHH de los venezolanos
El informe también destaca los intentos de China por presionar a los países que denuncian sus prácticas, como Australia, que sufrió sanciones económicas por parte de Pekín en represalia por su apoyo a una investigación internacional del origen de la pandemia de COVID-19.
«Pekín temía que la investigación mostrara que ocultó la transmisión entre humanos en diciembre de 2019 y enero de 2020, mientras millones de personas salían de Wuhan y el virus se globalizaba», señaló Roth.