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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, decidió suspender el financiamiento de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en medio de la emergencia por el COVID-19, que afecta a más de 170 países y ha cobrado la vida de más de 100.000 personas. La medida generó de inmediato reacciones en contra.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue una de las primeras en pronunciarse. Para el secretario general de esta instancia, António Guterres, no es el momento para implementar este tipo de medidas. «Una vez que hayamos pasado la página de esta epidemia, debe haber un momento para mirar hacia atrás y comprender cómo surgió esta enfermedad y cómo propagó su devastación tan rápidamente en todo el mundo, y cómo todos los involucrados reaccionaron a la crisis. Pero ahora no es ese momento», expresó en un comunicado.
Del mismo modo, Guterres llamó a no cortar el financiamiento a ninguna organización humanitaria que esté luchando contra el virus.
Alemania del lado de la OMS
Por su parte, el Gobierno de Alemania dijo estar del lado de la OMS. Recordó que la labor que ejecuta esta instancia es de vital importancia en estos momentos; por lo tanto, Berlín no suspenderá el financiamiento, según manifestó el portavoz del Ejecutivo de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert.
La Unión Europea también reaccionó
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrel, lamentó profundamente la decisión del gobernante estadounidense y recordó que solo trabajando unidos se puede superar la crisis del nuevo coronavirus. “No hay ninguna razón que justifique este movimiento en un momento en que sus esfuerzos son más necesarios", indicó en Twitter, y agregó que «solo uniendo fuerzas podemos superar esta crisis que no conoce fronteras".
Rusia: Estados Unidos busca endosar responsabilidades
Para el Gobierno ruso, la razón que llevó a Trump a suspender el financiamiento a la OMS es que busca endosar a otros sus responsabilidades y buscar culpables externos ante el mal manejo que el Ejecutivo estadounidense le ha dado a la crisis por el COVID-19.
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«Los políticos de este país (Estados Unidos) siempre encuentran culpables: de la pandemia, China y la OMS; de la derrota de (Hillary) Clinton, Rusia; de los problemas del sistema sanitario estadounidense (Vladímir) Putin, en persona», afirmó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
La diplomática, en declaraciones a la agencia Interfax, indicó que para la clase política estadounidense lo importante es hallar una probeta imaginaria y presentarla al mundo como una prueba de la culpabilidad de otros.
Más temprano, China también habló y le exigió a Estados Unidos cumplir con su obligación de aportar fondos a la OMS. A juicio de Pekín, la medida de Trump afectará la capacidad de respuesta del organismo frente al virus, y por ende, todos los países del mundo, incluido Estados Unidos, se verán afectados.
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Unión Africana: es lamentable la decisión
Tras la decisión de Trump, la Unión Africana también emitió un pronunciamiento y catalogó de lamentable la medida. Asimismo, le recordó al Gobierno de los Estados Unidos que hoy más que nunca el mundo depende del trabajo que realiza la OMS.
«La decisión del Gobierno de Estados Unidos de suspender la financiación a la OMS es profundamente lamentable. Hoy más que nunca el mundo depende del liderazgo de la OMS para dirigir la respuesta mundial a la pandemia de COVID-19», escribió el presidente de la Comisión (secretariado) de la Unión Africana, con sede en Adís Abeba, Moussa Faki Mahamat en su cuenta de Twitter. «Nuestra responsabilidad colectiva de garantizar que la OMS pueda cumplir plenamente su mandato nunca ha sido tan urgente», agregó Mahamat.
Trump anunció este 15 de abril que cortaba los fondos a la OMS por considerar que esta organización le ha dado un mal manejo a la emergencia causada por el nuevo coronavirus, que privilegia a China por encima de otras naciones y que no alertó a tiempo a los gobiernos del mundo para evitar la propagación de los casos. Estados Unidos aportaba a la OMS, según datos de la Casa Blanca, entre 400 y 500 millones de dólares.
Con información de EFE
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