Naciones Unidas.- Los niños de Latinoamérica y el Caribe son los más afectados por los cierres de escuelas a causa de la pandemia, una situación que puede dejar consecuencias desastrosas para el futuro, según advierte un nuevo informe de Unicef.
La agencia de la ONU calcula que 3 de cada 5 alumnos que han perdido todo un año escolar por el COVID-19, viven en Latinoamérica, donde los colegios han permanecido completamente cerrados entre marzo de 2020 y febrero de 2021.
“Si el promedio del calendario escolar es de 190 días, estamos hablando de que el 83 % de ese calendario escolar se perdió en clases presenciales", explica a EFE Ruth Custode, especialista de educación de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe.
En contraste, el promedio de tiempo que llevan las aulas cerradas es de 95 días, aproximadamente la mitad del calendario lectivo, lo que muestra la gravedad del cierre de escuelas latinoamericanas y caribeñas cuando se acerca el primer aniversario de la propagación del coronavirus en el mundo.
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En su informe, Unicef vuelve a pedir a las autoridades que den prioridad a la reapertura de las escuelas siempre que la situación sanitaria lo permita.
“No podemos concebir que un año después de la pandemia y en un segundo año escolar sigamos con las escuelas cerradas cuando se han abierto los bares, se han abierto los restaurantes, se han abierto los centros comerciales", explica Custode.
La experta de Unicef defiende que los alumnos tienen que volver a los colegios lo antes posible, porque cuanto más tiempo pase, peores serán las consecuencias.
“Hemos perdido ya un año donde no sabemos qué aprendieron los niños", recalca, añadiendo que es probable que muchos alumnos nunca regresen a la educación.
Según Unicef, Latinoamérica no cuenta con las condiciones necesarias para que todos los alumnos puedan estudiar a distancia.
“Necesitamos soluciones que realmente garanticen el derecho a todos y especialmente a los más vulnerables. La única forma para estos niños que no tienen conexión, de los sitios rurales, los migrantes, es regresar a las clases presenciales", insiste Custode.
Pero la falta de aprendizaje en sí no es lo único que preocupa a los expertos, quienes dicen que sin ir a clase presencial, los niños están perdiendo el proceso de socialización que es fundamental a esas edades y ya están sufriendo las consecuencias.
“Estamos perdiendo mucho más que la educación y esto va a tener repercusiones a corto, mediano y largo plazo", señala la especialista de Unicef en una entrevista por videoconferencia.
Con el fin de llamar la atención sobre la crisis educativa en curso y la importancia de reabrir las escuelas, Unicef reportó este martes 2 de marzo una instalación en la sede central de Naciones Unidas, en Nueva York.
Bajo el título “Aula de pandemia", la obra está compuesta por 168 pupitres vacíos, uno por cada millón de niños que viven en países donde los centros educativos han estado mayoritariamente cerrados durante el último año.
Según la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, la instalación lanza un claro mensaje a los Gobiernos: “Tenemos que dar prioridad a la reapertura de las escuelas y debemos dar prioridad a reabrirlas mejores de lo que eran antes".
“No queremos que las puertas cerradas y los edificios vacíos escondan el hecho de que el futuro de nuestros niños está siendo puesto en una pausa indefinida", apuntó Fore en un comunicado.