Valera.- Los trabajadores del Hospital María Aracelis Álvarez, del municipio Rafael Rangel, en el estado Trujillo, exigen a la Fundación Trujillana de la Salud (Fundasalud) la destitución de la directora de este centro, debido a las desapariciones de equipos médicos, mobiliario, falta de insumos y otras irregularidades ocurridas durante este 2019.
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El hospital, ubicado en la población de Betijoque, atiende a los habitantes de la zona y del Eje Panamericano del estado Trujillo, especialmente en materia de ginecobstetrícia y medicina interna. Estos son los únicos servicios activos, debido a la falta de personal e insumos médicos.
Belkis Núñez, licenciada en enfermería y una de las trabajadoras, comentó que se han paralizado los servicios de odontología, consultas para el niño sano, la farmacia tiene pocos medicamentos, el laboratorio realiza solo estudios de orina y VDLR, porque no hay reactivos para hacer hematología completa. Tampoco hay servicio de agua potable o material quirúrgico.
La morgue, que ayudaría a descongestionar al Hospital Universitario de Valera, está inactiva.
Equipos desaparecidos
Al personal y a los dirigentes comunitarios, pertenecientes a consejos comunales y UBCH de Betijoque, les preocupa más la extracción de equipos. Hace 24 días, por órdenes de la directora, Ivonne Matos, fue removido el corposcopio ecografoe de la consulta de embarazadas.
El ginecostetra, para evitar malos entendidos, todos los días levanta un acta con las firmas de las pacientes. El médico se ve obligado a pedirles que les traigan los ecosonogramas, con los cuales puede monitorear la salud de los fetos. Al rededor de 25 a 30 pacientes se ven afectadas por esta carencia y deben acudir a centros privados en Valera.
Núñez comentó que no solo ese equipo ha desaparecido. Desaparecieron las incubadoras para bebés, el deshinibrador para reanimar a los pacientes con paros cardíacos, varios ventiladores mecánicos para conectar a los pacientes, el equipo de audiometría para los recién nacidos (el segundo operativo en la región) y computadoras del mobiliario.
«Los vecinos nos han comentado que por las noches sacaron las computadoras y otros objetos» detalló la licenciada en enfermería.
Abandono por persecución.
El hospital, pensado para hacer de tipo dos, sobrevive pese a estas dificultades con poco personal. Se necesitan 18 médicos, como mínimo, pero apenas hay cinco.
«La mayoría se ha ido, no solo por los salarios, sino por la persecución interna. Se ha ido el gastroenterólogo, los pediatras y el odontólogo» manifestó la declarante, que forma parte de una comisión que aboga por una nueva directiva.
Han ido a la cámara municipal y, pese a haber obtenido el respaldo de los ediles del Psuv, no se ha presentado la directora y tampoco han obtenido respuestas de Fundasalud.
Prohibido el paso
El resultado obtenido, comentó Núñez, fue una notificación pegada en la puerta del centro de salud para prohibir la entrada a los líderes sociales y sindicatos de la salud.
«Está terminantemente prohibido el paso a esta institución al personal del sindicato, consejos comunales, comunas, Ubch, entre otros entes gubernamentales o derivados para la alteración del orden público o interrupción de la fluidez laboral (…) Solo se permitirá la entrada, a esas personas, si se encuentran en calidad de pacientes» expresa la misiva fechada el 24 de octubre.
Un día antes se había celebrado una asamblea para solicitar explicaciones a la directora sobre las irregularidades.
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