Especialista asegura que generación eléctrica para los Andes es insuficiente

La escasez de agua, combustible y la falta de reparación y mantenimiento de las unidades trastoca al servicio eléctrico en Táchira, Mérida, Trujillo, Portuguesa, Barinas y el Alto Apure

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Habitantes de Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Portuguesa y el Alto Apure registran racionamientos diarios de entre 6 y 18 horas. Foto: Cortesía Corpoelec

La generación eléctrica de las plantas térmicas e hídricas de los Andes está estrangulada. Su producción es de apenas 8.6 % de su capacidad instalada de 3.034 megavatios.

Las consecuencias las sufren los habitantes de los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Portuguesa y el Alto Apure, quienes padecen de racionamientos diarios desde enero.

Los habitantes de los estados mencionados lidian desde hace tres semana con apagones diarios de entre 6 y 18 horas en medio de la cuarentena colectiva decretada por el gobierno de Nicolás Maduro, que los obliga a estar encerrados para evitar la propagación del COVID-19.

Entre las cinco centrales hidroeléctricas y las nueve plantas térmicas instaladas en los estados andinos y llaneros se producen 260 megavatios. La cifra resulta insuficiente para cubrir una demanda que ronda los 1.075 megavatios, según estimaciones del ingeniero José Aguilar, especialista en sistema de generación eléctrica.

El consumo tampoco puede ser suplido con la transferencia de energía proveniente del Guri que es de unos 480 megavatios, según reportes de Corpoelec.

Las causas de la deficitaria generación eléctrica responden a un cúmulo de daños de equipos por falta de mantenimientos y reparaciones, al mal manejo de los embalses de las centrales que hoy están sin agua y a la escasez de combustible que limita la generación de algunas plantas térmicas, aseguró el ingeniero Aguilar en entrevista telefónica.

El experto sostuvo que la solución para paliar los apagones en los Andes, Portuguesa, Barinas y el Alto Apure es aumentar la generación propia, que resultó afectada en los últimos dos meses por la parada de la central Fabricio Ojeda (La Vueltosa) y de una turbina en la central San Agatón por bajo nivel de agua en sus embalses, y por la salida de la única unidad operativa de la planta térmica Don Luis Zambrano.

En total, se dejaron de producir 345 megavatios, un tercio del consumo eléctrico de esa región, según reportes de la estatal eléctrica conocidos por El Pitazo.

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La unidad 2 de la termoeléctrica Don Luis Zambrano, ubicada en Mérida, está fuera de servicio desde el 11 de abril por avería en varias piezas. La turbina es reparada por personal de Termozulia e ingenieros de otras partes del país, y los trabajos fueron supervisados la semana pasada por Freddy Brito, ministro de Energía Eléctrica.

Las autoridades no informan el tiempo que puede tardar la reparación para incorporar de nuevo al sistema los 125 megavatios que producía esa unidad.

El ingeniero Aguilar estimó que una reparación de ese tipo podría tardar siete días si se trabaja en tres turnos las 24 horas y si se cuenta con todos los repuestos y equipamientos necesarios para la labor.

Otro de los problemas que registran las plantas térmicas en Los Andes es la escasez de combustible. Planta Táchira está limitada por esa situación y apenas genera 65 Mw de los 297 Mw de capacidad instalada, revelan los informes de la estatal eléctrica.

Embalses secos

La escasez de agua en los embalses y averías de vieja data de equipo de generación ahoga la producción de energía en las centrales hidroeléctricas de la región andina. La represa Fabricio Ojeda (La Vueltosa) está parada desde los primeros días de febrero. Su embalse se mantiene en los 287 metros sobre el nivel del mar, tres metros por debajo de la cota mínima (290 msnm) en la que pudieran operar sus turbinas, según revelan reportes de Corpoelec.

A los 170 mw que se dejan de percibir por la parada de La Vueltosa, se suman las limitaciones en la central de San Agatón por el mismo problema. La semana pasada dejó de funcionar una de sus dos turbinas por el bajo nivel de agua. Corpoelec reporta que en la central se producen 100 megavatios con una sola unidad y que opera por debajo de la cota mínima de nivel del embalse, que es de 1.066 metros sobre el nivel del mar.

El ingeniero Aguilar, quien inspeccionó en 2009 la central de San Agatón, aseguró que «es imposible» que la unidad operativa produzca los 100 mw, porque de acuerdo con su curva de funcionamiento ella puede generar un máximo de 40 mw cuando se está en el nivel mínimo del embalse.

«La mínima carga de operación de esa unidad es de 40 megavatios. Eso es lo máximo que puede generar, cuando llega a la cota mínima. Es un peligro operar la unidad así, porque puede dañar lo máquina. Ya ellos dañaron una unidad en La Vueltosa por operarla a bajo nivel del embalse, ellos saben el riesgo», aseguró el ingeniero.

El ministro Freddy Brito reconoció el 17 de abril las dificultades en el sistema eléctrico de los Andes durante un encuentro con Freddy Bernal, protector de Táchira. Admitió que los bajos niveles de agua en las centrales San Agatón y Fabricio Ojeda obligan a aplicar un plan de administración de carga.

Pero, el mayor déficit de generación que registra los Andes es en el sector termoeléctrico, donde de 1.875 Mw instalado, sólo se generan 175 Mw. «La negligencia del régimen y la cúpula de Corpoelec permitieron que las plantas llegaran a esa indisponibilidad por falta de mantenimientos, reparación y corrupción. Un cambio en el sistema eléctrico venezolanos sólo es posible con un nuevo gobierno», afirmó el ingeniero Aguilar.

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