Familias en Apure sacrifican estudios de sus hijos para garantizar tres comidas diarias

María Silva relata que tiene cuatro hijos y ninguno ha podido comenzar el año escolar debido a la falta de recursos económicos para comprar útiles y uniformes. Pero expresa que en su casa todos los integrantes de su familia comen entre dos a tres veces por día

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Madres apureñas esperan la ayuda de Dios porque no confía en la voluntad de las autoridades que hacen oídos sordos ante está terrible situación. Foto: María Eugenia Díaz

Apure.- Ante la crisis económica venezolana, familias apureñas sacrifican estudios de sus hijos para poder comer frugalmente entre dos a tres al día, aseguran madres pertenecientes a los municipios San Fernando y Biruaca, en el estado Apure.

En tal sentido, María Silva, habitante de la urbanización Santa Rufina, relata a El Pitazo que tiene cuatro hijos y ninguno ha podido comenzar el año escolar 2019-2020 debido a la falta de recursos económicos para comprar útiles y uniformes. Sin embargo, expresa que en su casa, afortunadamente, todos los integrantes de su familia comen entre dos a tres veces por día.

“Estamos esperando enviar a los niños a la escuela el próximo lunes porque no han podido comprar nada porque el sueldo no da. Está esperando a ver que le pagan ahorita para ver que puede comprar. Los niños no podrán asistir a clases hasta que lleguen los lápices y los cuadernos. Mis hermanas tampoco han enviado a sus hijos por la misma causa. Nada más los zapatos para el colegio cuestan 700.000 bolívares soberanos. Me siento mal no quisiera que esto sucediera”, contó María Silva.

De igual modo, Silva agradece a Dios que todos los días han podido alimentar a su familia. Sin embargo, se queja de los bajos salarios. “Tenemos que rendir la comida porque está muy cara. La situación está fuerte porque 40.000 bolívares soberanos mensuales no alcanzan para nada”, asegura Silva.


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Por otro lado, Katy Corona es madre de tres niños y solo una de sus hijas podrá cursar el primer año en el liceo Amantina de Sucre en Biruaca, debido a pocos recursos financieros para cubrir gastos educativos. Comentó que sus demás hijos son pequeños: una de 5 años y otro de 5 meses.

Corona revende productos colombianos para sobrevivir. Sin embargo, ante la situación del país, decidió emigrar a Colombia por tres meses para poder trabajar y ayudar a sus hijos desde el país vecino. Mientras tanto, los niños quedarán a cargo y al cuidado de familiares. “La situación está muy fuerte. Comemos tres veces porque todos los días lucho para garantizar la comida en la mesa de mi casa”, manifestó.

Adultos mayores también ayudan a sus nietos para sobrevivir ante el colapso económico

En nombre de los adultos mayores, consultamos la opinión de Dilia Pérez lamenta que sus nietos no tengan zapatos ni útiles para acudir a la escuela. Asegura que el sueldo solo le alcanza para medio comer. ”Solo para la pastica, arroz y harina de maíz. Entre todos los familiares nos ayudamos para sobrevivir. Los zapatos no los podemos comprar, los más baratos cuestan 364.000 bolívares. Mis nietos irán a clases en chancletas y sin vestidos con ropa casual. En la feria escolar y que es más barato todo pero no hay nada”, dijo Dilia Pérez.

Pérez espera la ayuda de Dios porque no confía en la voluntad de las autoridades que hacen oídos sordos ante está terrible situación. “En la dictadura de Pérez Jiménez había comida y ropa y entregaban uniformes. Esta es la peor crisis vivida por los venezolanos. El sueldo mínimo no alcanza ni para comprar un antibiótico que cuesta más de 100.000 bolívares y tampoco se consigue. Hay que viajar a buscarlos en Colombia”, manifiesta.

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