1.000.000 de niños son cuidados por otros familiares mientras padres trabajan fuera de Venezuela

La llegada del coronavirus a Venezuela provocó que los niños bajo los cuidados de otros familiares quedaran aislados de sus profesores y vecinos, quienes a veces son sus únicos medios de subsistencia mientras que sus padres se encuentran trabajando fuera del país por la crisis económica venezolana

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Foto: Archivo

Caracas.- Madres y padres venezolanos decididos a encontrar trabajo en otras tierras, así como también alimentos y medicinas que escasean por la crisis en el país, están dejando a cientos de miles de niños bajo los cuidados de sus abuelos, tías, tíos e incluso hermanos que apenas han pasado la pubertad, según reseña el diario estadounidense The New York Time.

Según un diagnóstico realizado por Cecodap, una organización que desde 1984 trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescencia, los padres migrantes han dejado atrás a casi un millón de niños.

Hay niños que han pasado por el cuidado de abuelos, primos y vecinos, hasta que finalmente terminan solos, ya que quienes los cuidaban migran o desaparecen, indica el portal informativo estadounidense.

»Es un fenómeno que va a cambiar el rostro de nuestra sociedad", afirmó Abel Saraiba, psicólogo de Cecodap que brinda orientación a los niños venezolanos. »Estas separaciones», añadió Saraiba, pueden debilitar potencialmente a la misma generación que se supone que algún día deberá reconstruir a esta Venezuela en crisis.

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“Uno crece rápido", dijo una niña de 9 años llamada Silvany, la sobrina de Aura Fernández, de 38 años, madre soltera que dejó atrás en el estado Zulia a 10 niños, para buscar empleo en la nación vecina. La pariente de Silvany también se fue a trabajar a Colombia en octubre de 2019.

Desde entonces, Silvany y sus primos se han quedado al cuidado de sus abuelos, que están delicados de salud. La alumna de cuarto grado ha asumido muchas de las responsabilidades relacionadas con su hermanito, Samuel, de un año. Lo alimenta y lo arrulla por las noches. “Soy su hermana, pero realmente soy la niñera", contó.

Las fronteras de países latinoamericanos han sido cerradas por la propagación del coronavirus, lo que aísla a estos niños del resto del mundo y hace que sea imposible que sus padres retornen a Venezuela.

Con información de The New York Time

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