Miami.- La Junta de Comisionados aprobó este martes 1 de febrero la creación de un documento de identidad para los migrantes que residen Miami-Dade, en el sureste de Florida, sin importar su estatus migratorio.
El plan presentado por la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, se suma a otras ciudades con alta recepción de migrantes. La medida fue presentada cuando Levine todavía era comisionada y se busca beneficiar a decenas de miles de indocumentados que viven en esta región.
Con esta aprobación, el condado de Miami-Dade se suma a una lista de jurisdicciones que ofrecen o reconocen identificaciones para indocumentados como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco o Washington D.C, entre otras.
En Miami-Dade y en el vecino de Monroe se calcula que viven unos 176.000 inmigrantes indocumentados, según estimaciones del Migration Policy Institute (MPI).
Esta tarjeta, de la que todavía se desconocen detalles, también podría ayudar a aquellos con dificultades para demostrar quiénes son, como personas transgénero, los desamparados o ancianos que carecen de partida de nacimiento.
Thomas Kennedy, de la Florida Immigrant Coalition, dijo este miércoles a Efe que esta identificación es «realmente necesaria» para los residentes y puso como ejemplo la situación generada por la pandemia, cuando a menudo se requería una identificación para hacerse las pruebas o recibir las vacunas de la COVID-19.
Estas tarjetas de identificación afectan además a numerosos aspectos de la vida cotidiana y el acceso a servicios básicos, desde poder pedir prestados libros de una biblioteca hasta facilitar la inscripción de los hijos en la escuela.
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Pero la alcaldesa del condado fue más allá y dijo que esta tarjeta de identificación hace más segura a la comunidad al «fomentar una mejor relación entre la policía y la comunidad».
Fuentes cercanas al proceso indicaron a Efe que esta iniciativa se venía impulsando por parte de grupos proinmigrantes desde hace años. Sin embargo, la llegada al poder del expresidente Donald Trump (2017-2021) y el miedo a compartir datos de los inmigrantes indocumentados con las autoridades por temor a que pudieran ser usados en una posible deportación les llevó a dejar aparcado el proyecto hasta ahora.
Y el hecho de que se trate de una identificación comunitaria, aunque reconocida por el condado, sigue esta misma línea de precaución para que la información de los titulares de estas tarjetas esté a buen recaudo.
Activistas consideran que esta medida «no es controvertida» y no debería suponer ningún tipo de reacción por parte del gobernador, que se ha caracterizado por seguir el estilo y rumbo del que es considerado su mentor, el expresidente Trump, y ha marcado unas políticas duras en relación a los indocumentados.
Especialmente, indicó Kennedy, porque esta medida tiene un alcance que va mucho más allá de los inmigrantes irregulares, pues se calcula que en Miami uno de cada diez residentes carecen de identificación.