Cáritas Punto Fijo: «El trabajo social se transforma, no se detiene»

La entrega de alimentos por parte de la Iglesia Católica tuvo que reinventarse para poder ayudar a los más necesitados durante la cuarentena y respetar las normas de higiene y distanciamiento social

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Cáritas también han entregado tapabocas a las personas en situación de calle. Foto: cortesía Cáritas Punto Fijo

Punto Fijo.- Con la llegada de la cuarentena al país, Cáritas Punto Fijo, en el estado Falcón, tuvo que reinventar sus estrategias para convertir las ollas comunitarias actividades móviles y garantizar la ayuda a los más necesitados. Por eso, los voluntarios de Cáritas van por la ciudad para brindar un plato de comida a las personas en situación de calle.

Para Migdalia Colina, directora de Cáritas Punto Fijo, no es fácil comenzar a cambiar todo cuando ya se tiene una rutina, pero la pandemia hizo que el trabajo se reestructurara, porque el trabajo social no se detiene, sino que se transforma para seguir ayudando.

Ahora trabajan en equipos con menos de 10 personas, quienes cumplen con todas las medidas sanitarias para preparar las 300 comidas diarias en la casa de algún voluntario y luego salir a repartirla. «Hasta en moto nos ha tocado salir a llevar alimentos y medicinas debido a la escasez de gasolina, sin embargo, nada nos detiene. Dios nos ha puesto esta tarea y aquí estamos cumpliendo», aseguró Colina.

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Los equipos de voluntarios son rotativos, al igual que las casas donde se prepara el alimento diario para evitar aglomeraciones y el contacto de varias personas. «Hay mucha gente que quiere colaborar, pero debemos cuidar el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones. Nos ha tocado sacar la comida como en tiempos de guerra, en bolsitas desechables porque no tenemos suficientes envases y no podemos hacer las campañas de recolección como se hacen normalmente», dijo.

Solo en abril se repartieron 8.050 comidas servidas y se entregaron 113 tapabocas a personas en situación de calle. Esta modalidad se adoptó en vista de que en los primeros días de la cuarentena salieron a la calle a entregar los almuerzos y notaban que había muchas personas en situación de calle, sobre todo niños y adultos de la tercera edad, quienes no tenían ningún tipo de protección, por lo que se logró la donación de tapabocas por parte de una empresa privada que los fabrica.

Colina aseguró que también visitan a los enfermos en los hospitales y entregan medicamentos a quienes lo necesiten.

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Una anécdota

El décimo quinto día de la cuarentena salieron con platos de lentejas y arroz en una camioneta que lograron surtir de combustible gracias a un efectivo de la Guardia Nacional que custodiaba la estación de servicios El Elevado, quien se percató de que se habían quedado sin gasolina y se trataba de 300 comidas que debían llevar a las personas en situación de calle.

Al pasar por una calle solitaria, justo detrás de un supermercado, vieron a una mujer embarazada, acostada en la acera; se pararon y le ofrecieron la comida. «Esa muchacha se comió esas lentejas con mucha sabrosura, incluso le servimos un segundo plato mientras le preguntaba sobre el embarazo. Ya estaba lista para dar a luz, le dejé el número de las Cáritas anotado en un papel para que nos llamará si ocurría algo, ella no llamó», dijo Colina.

Sin embargo, al día siguiente volvieron a pasar por el lugar y otra persona en situación de calle, les dijo que la muchacha la habían llevado al hospital porque su bebé iba a nacer. «Nos fuimos a Calles Sierra a buscarla y allá estaba, con una bebé rosadita como una cremita, dulce y pura. Le llevamos unas cositas y atendimos su caso. Creo que fueron las lentejas que la hicieron parir mucho más rápido, esa muchacha tenía hambre«, dijo entre risas Colina, mientras recordaba lo sucedido.

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Más vulnerables

Colina tiene más de 20 años al servicio de Cáritas Punto Fijo, sin embargo, asegura que aunque está la alerta por la pandemia del COVID-19 no siente miedo, pues Dios la ha dispuesto para ayudar y lo hace con las medidas preventivas.

«Creo que es un tiempo de reflexión para que todos nos demos cuenta que debemos ayudar con lo que podemos, es un tiempo para mostrarse ante Dios como hijos de él. Mucha gente nos necesita y yo estoy segura que muchos de nosotros podemos seguir ayudando«, concluyó.

Cáritas Punto Fijo se beneficia con ayudas internacionales de medicamentos, pero también cuenta con el apoyo de la empresa privada de la región que donan alimentos para la preparación de las ollas solidarias.

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