Coro y su Puerto Real de La Vela, debería celebrar este 9 de diciembre de 2019, 26 años de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización para la Educación, la ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (Unesco) en el año 1993, por poseer un casco histórico muy bien preservado que combinaba los estilos holandés y español utilizando técnicas originarias de los indígenas Caquetíos, oriundos de la zona.
Esta declaración se efectuó en Cartagena de Indias, Colombia, y se hizo según los criterios IV y V de la convención que rige el Patrimonio Mundial, que establecen que el bien declarado ofrece un ejemplo eminente de un tipo de construcción o de un conjunto arquitectural que ilustra un período histórico significativo y un ejemplo eminente de lugar tradicional de habitación humana, representativo de una cultura y vulnerable ante el efecto de mutaciones irreversibles.
Esta muestra de originalidad del pasado en el presente, un centro histórico que a pesar de haber sido desestimada por el gobierno regional y por la ciudadanía, atrae a propios y visitantes, por sus calles empedradas y construcciones religiosas y civiles.
Coro y su Puerto Real de La Vela integran la lista de Patrimonio Mundial gracias a la gestión de una comisión integrada por representantes de varias instituciones falconianas entre las que estaban la Universidad Francisco de Miranda, la Iglesia y la sociedad civil, que introdujo la solicitud ante la Unesco para evitar que el avance de la oleada modernista de la época terminara de derribar las casonas de barro y monumentos coloniales que daban cuenta de cómo se vivía en Venezuela allá en el año 1527 cuando fue fundada.
Lo que es considerado como zona patrimonial abarca la Casa del Tesoro, edificación que perteneció a don Mariano de Talavera y Garcés, quien, según se comenta, escondió su fortuna antes de morir sin decir dónde. Además están la Casa de las Ventanas de Hierro, llamada así por las grandes rejas marrones metálicas importadas desde Santo Domingo, que causó sensación en la época y la convirtió es una de las principales estructuras de estilo barroco.
Junto al monumento a la Cruz de San Clemente, considerado un ícono religioso, donde se encontraron por primera vez Juan de Ampíes, fundador de la ciudad, y el cacique Manaure, están las iglesias San Francisco, San Nicolás, Catedral de Coro o Basílica Mayor y la Ermita San Clemente, el Balcón de los Senior o Balcón de Bolívar; lugar en el que se alojó el Libertador Simón Bolívar a su paso por Coro el 23 de diciembre de 1826. En este espacio funciona actualmente el Museo de Arte Contemporáneo.
Lista negra
La necesidad de mantener la declaratoria de Patrimonio Mundial ha sido el principal motivo para resguardar la zona patrimonial junto a la poligonal Unesco que comprenden algunas casas coloniales que en la actualidad están en peligro de desaparecer. El sitio patrimonial fue incluido en el inventario de bienes culturales en peligro en el año 2005 por la Unesco y aun en el 2019 permanece en la lista de patrimonios en peligro.
En el 2017 las autoridades regionales de turno aseguraban que ese año se reivindicaba el primer patrimonio mundial de Venezuela. Edificaciones como la Casa de los Saher perteneciente a la familia de quien fuera gobernador de Falcón, don Pablo Saher, y casonas de distinguidas familias se encuentran deterioradas; muchas de ellas en el suelo, clara muestra que los habitantes o propietarios de estas viviendas no entendieron la importancia de la declaratoria, mientras que sus gobernantes ignoraban qué hacer frente a tal distinción.
Mientras transcurrieron los años y se ponían de acuerdo a quién le correspondía atender el patrimonio, la ciudad y sus inmuebles de barro se caen a pedazos, algunos debido a las lluvias, la acción del tiempo y a la falta de inversión para mantener estas estructuras coloniales.
Los centros históricos de Coro-La Vela incluyen 19 monumentos y 64 casonas. La socióloga Ana María Reyes, quien elaboró el informe entregado a la Unesco para que Coro – La Vela entraran en la lista de Patrimonio Mundial, consideró en su oportunidad que al haber sido un logro de la comunidad, los políticos no se vieron comprometidos y no les interesó el tema. Desde entonces comenzó el deterioro de lo que es considerado «la joya del Caribe venezolano«.
Reyes acusó además a muchos dueños de estas casonas patrimoniales que fueron y siguen siendo «indolentes», restándole el valor que tienen. Tanto en Coro como en La Vela, se cuentan por decenas las casas abandonadas y en el suelo, otras a punto de caer, así como enormes terrenos baldíos donde en el pasado hubo una casona.
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La Unesco envió en 2002 a Coro y La Vela una misión de monitoreo reactivo que elaboró el primer informe donde se alertó sobre la condición de peligro en que se encontraba el sitio sobre la base de los siguientes argumentos:
- Ausencia de una estructura de manejo para el sitio Patrimonio Mundial.
- Serio deterioro en la coherencia e integridad arquitectónica y urbana.
- Falta de un plan de conservación.
- Grave deterioro de los materiales, estructuras, arquitectura y coherencia urbanística.
- Pérdida significativa de la autenticidad histórica y de la integridad.
- Falta de una eficaz y consolidada estructura de gestión que maneje los bienes del Patrimonio Mundial como una entidad integrada.
Se hicieron catorce recomendaciones, con la amenaza de que si estas no se acogían Coro y La Vela serían incluidas en la Lista de Patrimonio en Peligro.
En 2005 la Unesco realizó una segunda visita de monitoreo reactivo y observó que, aunque se había constituido una comisión presidencial para el manejo y conservación de Coro y La Vela, no existía aún un Plan Especial de Manejo y Protección del Patrimonio (Pemp). Como consecuencia, el sitio entró desde entonces en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
Tras el ingreso de Coro – La Vela en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro se creó el primer Plan Integral de Conservación y Desarrollo de Coro, La Vela y sus áreas de influencia, pero no pasó del despacho de la Secretaría de la Presidencia de la República, y nunca fue firmado por el expresidente Hugo Chávez, sin que hasta ahora se sepan los motivos del rechazo.
Los asesores de la Unesco regresaron a Falcón y elaboraron un nuevo informe en 2008 y una comisión regresó en 2018, recomendando nuevamente algunas estrategias para poder estar fuera la lista de ciudades en peligro de perder la declaratoria.
El sitio patrimonial protegido por la Unesco es uno, pese a que abarca dos ciudades. De allí que su denominación sea Coro-La Vela. Esta condición ha constituido un obstáculo a la hora de las restauraciones pues dos municipalidades deben ponerse de acuerdo para actuar en función del bien común, lo cual no se ha logrado ni siquiera cuando ambas administraciones han estado en manos de alcaldes del mismo partido de gobierno.
La Unesco siempre ha recomendado que, para agilizar la restauración y conservación del sitio, se debe crear un ente integrado por representantes de los institutos municipales de patrimonio de ambas alcaldías: Miranda (capital Coro), y Colina (capital La Vela), uno de la gobernación (Corfaltur) y otro del Instituto Nacional de Patrimonio.
También exigió la creación de una instancia técnica y la aprobación de ordenanzas que reglamenten las acciones de restauración y conservación, todo lo cual se ha ido creando, aunque no con la inmediatez que algunos quisieran ni con la eficacia para impedir el desplome del patrimonio.
A partir de 2011 varias casonas de las calles Bolívar y Comercio, han sucumbido a los maquinas del gobierno local que han derribado sus paredes e inmuebles golpeados que a juicio de Ana María Reyes “parece parte de un plan". En sus 26 años de declaratoria Coro y La Vela necesitan mantener vivo su patrimonio.
En palabras de la socióloga Ana María Reyes: “No se trata de dinero porque el Estado venezolano, tanto en la IV como en la V república, ha otorgado fuertes sumas de dinero para el rescate del sitio. El problema es que no hay un plan de acción, normas que le digan a los dueños de las casas y a los funcionarios por qué no pueden tumbar los portales, por ejemplo, por qué mantener las ventanas, hasta dónde llegar con el cemento y hasta dónde con el barro".
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