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Punto Fijo.- Dos adolescentes fueron arrollados en la intercomunal Alí Primera, a la altura del municipio Los Taques, al momento que les dieron una cola para remolcar una carrucha en la que llevaban varias pipas con agua, que llenan en las tomas clandestinas de la tubería que lleva agua al Complejo Refinador Paraguaná (CRP).
La falta de agua potable en la Península de Paraguaná puede superar los tres meses, lo que hace que las familias busquen el agua en las tomas clandestinas más cercanas a sus hogares y de las tuberías que nunca les falta agua: las que llevan el líquido al CRP.
La Intercomunal Alí Primera fue alumbrada con luces led por el gobierno regional, luego de que quedará a oscuras a causa de la delincuencia, que robó todos los cables y los bombillos; sin embargo, los conductores aseguran que las luces led no iluminan lo suficiente, lo que ocasiona confusión en los conductores.
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Los adolescentes fueron llevados al hospital Doctor Rafael Calles Sierra de Punto Fijo. Johan Antonio Salas presentó traumatismo torácico abdominal cerrado no complicado, mientras que su compañero, Asdrubal Zambrano, presentó traumatismo craneal moderado y politraumatismos.
En el hospital se supo que los jóvenes son habitantes de Creolandia y La Rosa, comunidades adyacentes a las tomas clandestinas. Los jóvenes llevan agua para sus hogares y venden o cambian por comida a otras familias que tampoco les llega agua.
Así como estos adolescentes hay otras personas que han armado carruchas para vender agua, ante la falta del líquido, y han encontrado una forma de llevar alimentos a sus hogares. Uno de ellos es Alex Araujo, habitante del sector Universitario, en su casa llega el agua cada tres o cuatro meses, por lo que se ve en la necesidad de comprar a los carrucheros una pipa por 2 dólares, porque no gana para pagar a los cisternas 10 dólares por mil litros.
«Decidí fabricar mi carrucha, ya he gastado treinta dólares y aún me falta meterle, pero es una necesidad que debo paliar porque pagarle a los carrucheros me lleva loco, de paso tengo que reunir para pagar agua para mí mamá que vive en Santa Ana y allá es peor, el agua es más cara y hace seis años que no llega por tuberías», dijo Araujo.
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Con la carrucha espera poder cargar agua para su casa desde las tomas clandestinas, llevarle a su hermano que vive en el mismo sector y pasa las mismas necesidades, y también usar su carro para llevar a su mamá, que vive en la población de Santa Ana. «Yo trabajo y llego mortificado a buscar agua, a ver a quién le compro o si tengo una comida seca cambiarla por agua, esto no es vida», argumentó Araujo.
Hidrofalcón y los organismos de seguridad en la región han quitado las tomas clandestinas, pero la necesidad de la mayoría los obliga a volver a abrirlas y durante todo el día y toda la noche hay colas para cargar agua de los lugares.
