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viernes, 24 julio, 2020

Habitantes del oeste de Maracaibo claman por comida

"Sin alimentos no puede existir una cuarentena radical. La gente no tiene qué comer", denuncia un líder comunitario del barrio Torito Fernández, al oeste de Maracaibo

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Maracaibo.- La distribución de alimentos a través de los Clap falla en las zonas vulnerables de Maracaibo, donde se incrementa la desnutrición con el decreto de la cuarentena porque mermaron los ingresos de quienes viven del trabajo diario, denunciaron líderes comunitarios.

«Sin alimentos no puede existir una cuarentena radical. La gente no tiene qué comer. La desnutrición ha aumentado en la zona, porque la gente no tiene cómo comprar comida», aseguró Deimar Villasmil, líder comunitario del barrio Torito Fernández y activista del gobierno de Nicolás Maduro.

En la comunidad de Torito Fernández, al oeste de Maracaibo, no reciben la bolsa con comida desde noviembre de 2019. Su habitantes, unas 9.000 personas -según cálculos de los consejos comunales-, trabajaban en el comercio informal en Las Pulgas o en La Curva, mercados que fueron cerrados con el incremento de los casos de COVID-19 en Zulia.

«Hay muchas familias que comen una vez al día o no comen, porque se quedaron sin ingresos. Aquí la mayoría trabajaba en el centro y en La Curva y todo eso cerró», dijo Villasmil, quien instó a las autoridades de la Gobernación de Zulia y de la Alcaldía de Maracaibo a ser más diligentes con la entrega de la comida a través de los CLAP.

«El alcalde Willy Casanova se olvidó de los barrios. Se olvidó de la gente que está aquí», aseguró Yossandra Barrueta, líder comunitaria del sector San Benito, donde cumplieron ocho meses sin el beneficio de alimentación.

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Casanova aseguró el 3 de junio que se iniciaba un despliegue de distribución de combos CLAP para las siete parroquias con población más vulnerable en Maracaibo, entre ellas Antonio Borjas Romero. Pero sectores de esa jurisdicción, como Torito Fernández y San Benito no son beneficiados.

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Villasmil denunció que la desasistencia de los gobierno local y regional no es sólo en alimentación, sino también en los servicios públicos.

Dijo que no se cumple con la recolección de la basura, que una parte del barrio tiene dos años sin recibir agua potable y que la electricidad la quitan seis horas todos los días. Lamentó que las autoridades no los toman en cuenta ni siquiera para hacer un despistaje de COVID-19. «Nos tienen en el olvido».

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