Cuando se cumplen diez meses del cierre de la frontera con las islas de Curazao, Aruba y Bonaire, los marinos agrupados en la Asociación Barquitos de La Vela, en el municipio Colina del estado Falcón, solicitaron que se habilite el paso hacia el canal comercial.
“Estamos pasando hambre. Ni uniformes les compramos a nuestros hijos; esto es una pesadilla", manifestó Edward Medina, presidente de la asociación.
El trabajo que 50 embarcaciones realizaban entre Falcón y las islas Neerlandesas, de comercialización de alimentos, frutas y víveres, además de las encomiendas que recibían para ser entregadas en la entidad, dejaron de hacerse hace diez meses, según comentó Medina, quien además señaló que “hacerle mantenimiento a las embarcaciones cuesta mucho dinero, y en vista que no estamos produciendo es imposible mantener las lanchas en condiciones óptimas".
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Medina señaló que son más de 15 mil personas afectadas de manera indirecta, 50 embarcaciones y 500 marineros y pescadores que desde febrero dejaron de producir, provocando que muchos hayan decidido abandonar el país y emigrar hacia Perú, Colombia, Ecuador o Chile para poder mejorar la calidad de vida de sus familias que quedan en Falcón.
La Asociación Barquitos de La Vela solicitó por segunda vez este martes 12 de noviembre el permiso de zarpe de ocho embarcaciones, petición que hicieran hace ocho meses y que nunca recibió respuesta por parte de las autoridades regionales y nacionales.
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