La medida del toque de queda en el municipio Guajira ha generado escasez de los productos de la cesta básica: las hortalizas y los plátanos desaparecieron de los comercios y los precios de los víveres se duplicaron.
El 20 mayo el Gobierno nacional ordenó un toque de queda en el municipio Guajira para evitar un contagio mayor por coronavirus. Luego, el gobernador del estado, Omar Prieto, anunció el cierre del mercado municipal de Los Filúos, que fue declarado como un posible foco de COVID-19.
Los ciudadanos de esta región fronteriza aseguraron este 5 de junio a El Pitazo que estas acciones tomadas por el gobierno de Nicolás Maduro han generado más hambre en las comunidades de la Guajira. Un kilo de harina cuesta 220.000 bolívares; el arroz, 210.000 bolívares; y un kilo de queso, 900.000 bolívares.
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Tegdy Guerrero, padre de familia, contó que hace malabares para llevar el sustento de su hogar. “Los alimentos escasean, no hay verduras ni plátanos. Cada día se nos ponen las cosas más chiquitas porque estas medidas nos están asfixiando. El Gobierno debe flexibilizar las horas del toque de queda porque nosotros comemos del día a día", afirmó.
Por su parte, Irama Larreal, habitante de la población de Paraguaipoa, asegura que las medidas han agudizado la falta de alimentos en los hogares de las comunidades indígenas. Adicionalmente, los pocos comercios que tienen alimentos duplicaron los precios, situación que agobia a los padres, que recorren kilómetros a pie para llevar al menos un kilo de arroz a sus hijos.
“Aquí las cosas están duras y el Gobierno nos tilda de ser el mayor foco infeccioso. ¿Cómo vamos a hacer para darles comida a nuestros hijos en esta situación? Porque no podemos salir de nuestras casas, y si salimos, nos amenazan", explicó Larreal.
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Mientras, en el municipio Mara, el alcalde de la región, Luis Caldera, ordenó el cierre del mercado Ana María Campo, de las zonas comerciales de Cuatro Bocas y de la zona comercial de Carrasquero. También anunció que habrá un monitoreo constante del mercado Cacique Nigales, de la parroquia San Rafael de El Moján, para cortar la cadena de propagación del virus en virtud de la cadena de contagio del mercado de Las Pulgas y la interrelación con el mercado de los Filúos.
De igual manera, Caldera suspendió el abastecimiento de combustible en el territorio marense para evitar la aglomeración de personas en las estaciones de servicios. Afirmó que solo se atenderá a los priorizados.
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