Un sepelio en Santa Cruz de Zulia cuesta hasta 800.000 pesos

Familiares de un fallecido de Santa Cruz de Zulia no tenían el dinero para pagar los gastos de velorio y sepultura. Tuvieron que mandar a elaborar una urna y la pagaron con colaboraciones de vecinos

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Familiares de José Vera trasladaron el féretro en la camioneta de la parroquia eclesiástica por falta de transporte y el alto costo exigido por las funerarias | Foto: cortesía: Y. Sánchez.

Santa Bárbara de Zulia. – José Ángel Vera, de 54 años, falleció en su residencia en Santa Cruz de Zulia, municipio Colón, a las 9.00 am del pasado domingo 3 de mayo. Sufría de hipertensión y problemas renales. Su familia no tuvo dinero para pagar sus tratamientos, lo que agravó aún más su cuadro de salud y en pocos meses murió.

Unido al dolor de la muerte, los familiares de Vera sumaron una preocupación más: ¿cómo costear los actos funerarios y de entierro si no tenían servicio prepagado?

En medio de la pena por la inesperada desaparición física, hermanos y vecinos de Vera acudieron a las empresas funerarias para intentar contratar los servicios y consiguieron que el monto resultaba impagable para ellos: 800.000 pesos colombianos. Esta cifra se traduce en 44,4 millones de bolívares o en 55 salarios mínimos integrales en Venezuela, que desde el 1 de mayo aumentó a 800.000 bolívares.

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Por esa cifra, las funerarias garantizan el féretro, la movilización y los permisos para el entierro. Pero si la familia de José Ángel Vera no tenía dinero para comprar las medicinas, menos para hacer este pago.

Fue entonces cuando comenzó el viacrucis para los deudos del fallecido. Mientras buscaban opciones para el velorio y entierro, el cuerpo sin vida del hombre permanecía en el interior de la casa. Había calor, hubo racionamiento eléctrico de dos horas y no tenían agua.

Al mediodía, un carpintero les dio un precio más bajo para hacer la urna: 250.000 pesos, unos 13 millones de bolívares, unos 16 salarios mínimos integrales en Venezuela.

Fue entonces cuando pidieron el dinero en casa de amigos, de conocidos, de vecinos, de colaboradores. De eso se encargaron Moisés Urdaneta y Richard Ramírez, dos trabajadores sociales de la localidad. Los hombres les pidieron dinero incluso a gobernantes del municipio. Estos hombres también ayudaron a gestionar los permisos para la sepultura del cuerpo en el cementerio local.

Cuando se concretaron las dos diligencias, dinero y permisos, comenzó una nueva búsqueda. Cómo trasladar el cuerpo sin vida de Vera hasta el cementerio una vez que estuviera dentro de la urna.

La ayuda vino del cura del pueblo, Yvys Sánchez, quien prestó la camioneta de la parroquia para llevar a enterrar los restos del difunto. «Me toca ser pastor de muchas ovejas desfavorecidas. No sabemos cuándo ni quién pondrá fin a la especulación. En medio de estas circunstancias, por la grave crisis económica, y cuando tampoco es permitido hacer velatorios en los hogares por la pandemia, las funerarias se aprovechan de las personas de escasos recursos económicos para quitarles lo poco que tienen», denunció el sacerdote a El Pitazo el martes 5 de mayo.

El párroco de Santa Cruz dijo que la historia de José Vera la viven a diario los habitantes de la población debido a la imposibilidad financiera de costear los gastos fúnebres. Refiere que hay mucha necesidad, y ante esa dolencia hay quienes sacan partido como si la vida fuese un negocio.

«No muestran el más mínimo remordimiento de conciencia, pues solo buscan sacar provecho. Mi llamado es a las autoridades para que pongan un freno a esta situación que se agrava en tiempos de cuarentena».

El sacerdote recordó además que la falta de gasolina ha traído consecuencias difíciles de afrontar: «A muchas familias se les ha hecho difícil dializarse o cumplir sus tratamientos por falta de combustible», advirtió.

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