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San Carlos de Zulia.- Blanca Meza, residente y productora de la parroquia Urribarrí del municipio Colón en el estado Zulia, ha tenido que levantar sus enseres por tercera ocasión durante la cuarentena por el COVID-19, debido a los constantes desbordamientos del río Chama. Ella y sus vecinos duermen con el agua en su hogar a la espera de soluciones definitivas en materia hidráulica.
La noche de este domingo 20 de septiembre el afluente volvió a rebasar su nivel e inundó caseríos y parcelas en la parroquia agroproductiva de la subregión Sur del Lago de Maracaibo, donde los lugareños sobreviven con el cultivo y venta de plátanos y frutales.
Blanca contó este lunes 21 de septiembre a El Pitazo que pasadas 6:00 pm del domingo el agua inundó la mitad del poblado La Fortuna, que según dijo es el más afectado y tiene una población estimada de 800 familias.
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La dama indica que el río rebasó la capacidad en ambos márgenes y pasó con fuerza sobre el puente metálico en una curva donde está una abandonada gallera. Blanca y los vecinos de esa zona temen que al agua arrastre la estructura. “La mitad del pueblo está bajo las aguas y hora tras horas se mete más el río en las casas", dice Meza.
La lugareña declara que dos máquinas tipo excavador fueron alquiladas a una empresa privada para corregir la abertura suscitada desde el pasado 4 de septiembre en el sector Gato Azul. “El Gobierno prometió una tercera máquina que no llegó y nos dieron el gasoil", expone vía telefónica.
Narra que los operarios venían cimentando poco a poco el nuevo muro de contención y preveían reencauzarlo, pero las intensas lluvias caídas en territorio andino los anegaron una vez más.
“El río entró por los fondos de la vaquera de un vecino llamado Carlos y las plataneras están bajo agua. Ya aquí la gente tiene miedo porque no sabe cuándo van a terminar la vaguada. No tenemos producto para vender ni siembras qué mantener", remarca la productora de plátanos.
El 12 de junio fue la primera vez -durante el decreto de alarma nacional por el coronavirus- que el río Chama dejó bajo aguas a los productores y familias de la parroquia Urribarrí del municipio Colón.
Luego de varias peticiones y reunir dinero, lograron taponar los boquetes, aunque la inclemencia del Chama arrasó otro tramo de margen en Gato Azul el 4 de septiembre y, tres semanas después, los diques vuelven a sentir los embates de la naturaleza.
Hasta este lunes 21 de septiembre las autoridades no han contabilizado los daños, familias afectadas o si habilitarán refugios. Blanca sólo espera que la maquinaria contratada por los plataneros aún pueda ejecutar operaciones de emergencia para evitar más pérdidas de producción agrícola y que los vecinos no duerman más noches entre las aguas, matando zancudos o con el miedo de que las culebras los ataquen durante la pernocta.
