Con la salida del sol como fondo, la Virgen de Chiquinquirá entró pasada las siete de la mañana de este domingo, 5 de diciembre, a la Basílica luego de recorrer las calles del centro de Maracaibo durante la madrugada y hasta el amanecer.
La feligresía se concentró en la Basílica desde las 3:00 am, cuando se celebró la eucaristía con motivo de la aurora chiquinquireña, con la que se culminan las festividades en su honor.
Tras la misa, la Chinita, vestida con un manto celeste y adornada con cientos de flores verdes esmeralda, amarillas y blancas, fue cargada en hombros por los Servidores de María hasta fuera del templo, donde la esperaron con gaitas y con ovaciones.
Por la pandemia del COVID-19 y para no violar las medidas de bioseguridad, la procesión no se efectúo, sino que la Virgen hizo un recorrido en el María móvil por los sectores aledaños al centro de Maracaibo.
El paseo se inició a las 4:30 am y culminó a las 6:10 am, cuando de nuevo la reliquia de la Virgen llegó a la plazoleta de la Basílica. Los gaiteros y la feligresía la recibieron con aplausos y entonando gaitas escritas en su honor.
«Esperamos que esta aurora nos traiga la luz de esperanza. Durante esta pandemia, la imagen de nuestra Madre ha estado más clara que nunca. Es un signo de que María nos dice que a pesar de la pandemia, está de nuestro lado para brindarnos fortaleza y el amor para seguir adelante», dijo durante la homilía el párroco de la Basílica, Nedward Andrade.
El sacerdote agregó que la aurora es para que la Chinita se encuentre con su pueblo y regrese al amanecer llena de la fortaleza espiritual que ofrece Jesucristo.
En la misa sobresalió la voz del cantante zuliano Argenis Carruyo, quien fue el encargado de entonar el Ave María, y luego cantó gaitas con el grupo Alitasía en el momento en el que la Chinita salió de madrugada a bendecir a su pueblo.