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Por Rogelio Guevara Cantillo
En Venezuela, con las mayores reservas de petróleo del mundo y en otros tiempos potencia energética, escasea la gasolina. Por décadas la gasolina fue subsidiada por los gobiernos de turno. Para los que no son expertos en la materia, esto significa que el precio de la gasolina en el mercado interno de Venezuela se vendía siempre por debajo de su costo de producción por un tema de interés social, pero en verdad más político. Este modelo de negocios solo se puede mantener por un tiempo, en el mejor de los casos, por unos años o incluso décadas. En Venezuela se pudo mantener por décadas, pero ya llegó a su final. Hay algunas variables que debemos considerar para aceptar esta realidad.
Operatividad de las refinerías: Venezuela contaba con complejos refinadores de importancia como Cardón, El Palito o Amuay, por citar algunos. Al día de hoy todos los complejos refinadores están por el suelo. No se han podido recuperar a pesar del esfuerzo de los trabajadores; de hecho, se habla de equipos de trabajo de otros países como Irán para poder reactivarlas, y suministro de aditivos para su fabricación. Es una situación muy grave y se evidencia en esas acciones de buscar ayuda extranjera, pues lo correcto es que deberían resolver con el propio personal de Pdvsa formado por años. Con esto podemos ver que podrían transcurrir años para que el sistema de refinación venezolano vuelva a producir gasolina en al menos unos niveles superiores al 70% y de manera confiable día a día.
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Producción petrolera: Cada día va en caída. De producir cerca de 3.000.000 de barriles de petróleo por día, el país en estos momentos produce cerca de 700.000 apróximadamente y en declive, es decir, que podría llegar a cero; además, súmele a esto el tema de la inoperatividad de los taladros petroleros a lo largo y ancho de Venezuela y que, dependiendo del tipo de crudo, unos son más útiles para producir gasolina que otros. Los crudos de occidente son los mejores para la elaboración de gasolina, por eso los complejos refinadores claves están en occidente. Así mismo, de un barril de petróleo no se obtiene 100% gasolina, es una tasa menor que podría ser de 30% a 60% dependiendo del tipo de crudo, información que saben los ingenieros y expertos en la materia. Por otro lado, el precio actual del petróleo venezolano es muy bajo. De lo poco que se produce y se logra exportar, se vende a pérdidas. El costo de producción del barril de petróleo venezolano estaría entre $15 en el mejor de los escenarios o en un $25 en el escenario adverso.
Importación, distribución y comercialización: Para reactivar la producción de gasolina y de petróleo y por ende de todos los productos derivados de este, como en cualquier sector industrial se necesitará inversión. Para recuperar todo el sistema petrolero nacional, se requerirá unas inversiones de millardos de dólares. Maduro no cuenta con estos recursos, estas acciones solo las podría emprender una nueva administración democrática cuando lleguen a Miraflores. La pregunta es cuándo ocurrirá eso y de ocurrir mañana, en el transcurso de varios años o en el pasar del periodo 2020–2029 es que se comenzarían a ver las mejoras de la industria petrolera. Los buques que llegan a Venezuela cada cierta semana con algo de gasolina tienen una finalidad de propaganda política más que de solución real. Estos buques, según los expertos, son apenas unos pocos días de suministro, son solo eso y nada más. Para esta recuperación, se tiene que confiar la misma en manos del sector privado en toda la cadena productiva.
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Precios internacionales: Para la recuperación de la producción de gasolina, ya sea interna o con importaciones, será a precios internacionales. Eso de gasolina barata quedó en el pasado. Para que exista gasolina en el país de una forma “normal y razonable" tiene que ser a precios internacionales. Esto significa que usted podría pagar hipotéticamente por litro de gasolina en una estación de servicio, unos precios de quizás $2 a $5 por litro dependiendo de la ciudad de Venezuela donde se encuentre. Esto obviamente tendrá algún porcentaje de incidencia en los precios de los productos y servicios que adquirimos tales como los alimentos procesados, frutas, verduras, granos, quesos, carnes, pasajes en bus, en taxi, pagos de fletes, servicios en la movilización de equipos humanos para realizar el trabajo. En fin, las gandolas y vehículos afines para el traslado de las materias primas del campo a las fábricas y de las fábricas a los mercados de las ciudades y de las importaciones en puertos a los centros de producción y distribución, es decir, toda la cadena sistémica de logística productiva.
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Aun contando con todos los recursos, sea en manos del Estado, privados o entre los dos, llevará algunos años tener las refinerías a un nivel medianamente operativo que al menos pueda brindar algo de respiro. La realidad hoy, Venezuela 2020, es que no hay gasolina suficiente para más o menos tener funcionando el país. Es una situación difícil que se mantendrá por varios meses y no sabemos por cuánto tiempo, porque no se ven respuestas serias y estructurales en el corto plazo.
Agradezco al Profesor Oswaldo Felizzola del Centro de Estudios de Energía del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) en Caracas, Venezuela por la información aportada.
Rogelio Guevara Cantillo es especialista en comercio internacional @rogeliogc4
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