Y en plena formación, cuando comenzábamos la semana aniversario de la escuela por sus 28 años, la maestra anunció: “¡Estas son las ganadoras del concurso de pintura este año!" Y las fue nombrando: Génesis, de primer año, Dalianny, de 6 grado, Marialba – de 1 año – Jeandrismar – de 6 grado.
“No lo puedo creer – dijeron las niñas – debe ser una equivocación" Dijo Jeandrismar, y es que no es un concurso interno de pintura. No, se trata de un concurso internacional que se realiza en Japón y al cual llegan trabajos de todo el mundo. Las 4 alumnas estudian en la escuela “Monseñor Romero", de Fe y Alegría, ubicada en la comunidad popular de El Trompillo, al noroeste de Barquisimeto.
Las chicas, además, son del grupo “Flores de la Esperanza", una organización impulsada por Esperanza Activa, fundación liderada por el artista plástico Jesús Pernalete Túa, que lleva varios años sembrando cada sábado arte, creatividad, herramientas para el liderazgo positivo en alumnas de alto potencial.
“No sólo nos dan clases de pintura. También hacemos teatro y conocemos historias de mujeres que luchan por sus ideales. Yo he aprendido mucho", me comentaba Jeandrismar, ganadora de la medalla de oro. “Ni me acordaba cuál dibujo había mandado. Me emocioné mucho", y su sonrisa, como la de sus otras compañeras premiadas, no le cabía en el rostro. He ido a actividades sabatinas, y el ambiente es extraordinario. Además de Flores de la Esperanza, en la cancha se reúnen los chicos del proyecto Madiwa: formación de alumnos “difíciles" por medio del rugby. Los instructores de ambos programas son voluntarios.
El Trompillo no es precisamente una comunidad privilegiada. Sus habitantes viven en casas muy precarias, el urbanismo es irregular, por decir lo menos. Una casita, de esas que hacía INAVI en otros tiempos, de 49 m² y con techo de platabanda, sería un lujo en El Trompillo. El cerro detrás de la escuela, está lleno de unidades habitacionales realmente precarias, y sin embargo, de ahí han salido dibujos que compiten con miles de niños y niñas de todo el mundo y su talento es reconocido. En el concurso del 2018, del cual ahora se supo el resultado, llegaron 160.000 trabajos. Y entre esos miles, 4 niñas de esa comunidad.
“Una de esas chicas premiadas entró cuando estaba muy desnutrida. Se le llevaba cada semana ropa y comida. También entró en el programa Haré Paz, de alimentación en la escuela. Llegaba tarde pero éramos comprensivos. Fue mejorando su salud y su empeño la ha llevado a crecer, a sentirse que vale". Y miraba su amplia sonrisa cuando me mostraba el diploma.
El maestro Jesús Pernalete –“primo" adoptivo mío –dice que esos logros se deben a la concepción de “educación sensible" que promueve en Flores de la Esperanza. “La educación tiene que ser así: florida, alegre, colorida, atractiva." Agrega que esos resultados, que enorgullecen a la escuela y a toda Fe y Alegría, son fruto fruto también de la constancia de las madres de las niñas – que con gran esfuerzo mandan a sus hijas cada día y también los sábados al colegio -, del equipo que acompaña a Jesús, del personal del plantel que está pendiente y de las propias chicas.
El concurso se celebra desde el año 1970, y el grupo mencionado tiene 3 años participando. El primer año, una niña ganó medalla de bronce. El segundo año, fueron dos las premiadas y en el 2018, el tercero, fueron 4 las galardonadas: dos con medalla de bronce, una con medalla de plata y una con medalla de oro. ¿Qué les parece?
“Da alegría poder ofrecer esta oportunidad a las estudiantes." Comenta la maestra Adriana, que acompaña cada sábado a las niñas que participan. “No hemos tenido ni un embarazo en esas chicas ni en las que han ido egresando del grupo." En un país que es “campeón" en tasas de embarazo temprano. ¿No deberíamos multiplicar los talleres de pintura, teatro, danza, música?
Hace unos meses hice en ese colegio una consulta con niñas de 6 grados, de las que han estado en las actividades sabatinas. ¿Qué quieren ser cuando lleguen a grandes? Y escuché respuestas como estas: Arquitecto, artista y ganar premios, médico… nadie dijo policía ni Guardia Nacional, ni miembro del FAES como he escuchado en otros planteles en donde no tienen referencias positivas como en “Monseñor Romero".
Ya lo ha dicho el Papa Francisco, en su discurso en la Universidad Lateranense – Roma- hace unos días, cuando mencionaba la importancia de educar para el diálogo, que se promueve la cultura de paz a través del arte. Y añadía: “No es suficiente ser críticos, es necesario mostrar creatividad y propuestas para el futuro, ayudando a cada persona a convertirse en protagonistas y no sólo espectadores", y agrego yo, o a esperar que del cielo bajen las alternativas. ¿No creen que Flores de la Esperanza contribuye a la promoción de “protagonistas"?
¿Cuántos talentos escondidos tenemos de las zonas populares que se pierden por falta de oportunidades? El arte es un muro de contención para la violencia y una vía para la vida digna.
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