La televisión

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Los canales nacionales ofrecen poco ° Foto Unsplash

De regreso a la primera mitad del siglo XX: sin televisión. Con 10 años, al inicio de esa maravilla, me hice asidua a la TV, con limitaciones: no se veía sino durante unas horas en blanco y negro. Tengo 13 años sin ver TV nacional. Desde el cierre de Rctv. Estaciones comerciales, que no veía, cuando disfrutaba de la maravilla que es DirecTV, me sorprenden. No han modificado sus presentaciones. Pudieran anunciar pequeños avisos escritos; ¿qué película se está viendo? El nombre del film, en lugar de “cine del domingo". Lo que vendrá después: “Estas viendo, tal cosa, al terminar, tal otra". ¿Será que es muy difícil mejorar en algo la transmisión y considerar a la audiencia? Dos ejemplos sencillos, de algunas cuestiones que se pueden poner en práctica. No hablo sobre aspectos bastante complicados; probablemente, implicarían gastos imposibles de hacer. 

En medio del desastre que toca vivir –me refiero por supuesto, al gobierno de estos manipuladores, desconocedores de los Derechos Humanos– la ausencia de DirecTV es notoria, fundamental, nos hace falta. En la penuria de la programación, excluyo a “Vale TV". Presenta una programación digna, culta, se encuentra un hito con nivel y decencia en medio del desierto. Uno de los peores aspectos del neocomunismo, declarado, es la obsesión porque la ideología (si esa, la ideología chimba: anacrónica y desfasada) lo puede todo. Observamos gente ignorante al frente de programas tratando temas de los que pareciera en cualquier momento oiremos un rebuzno, en lugar de palabras.

Escribí que nací sin televisión. Preferiré siempre un libro, la palabra impresa, no hay dudas, al respecto. Lamento la salida de DirecTV y protesto por ello. Considero que se violan artículos de la Constitución Nacional, el 57 y, especialmente el 58: “La comunicación es libre y plural…" comienza el mencionado artículo, cómo ven se violenta sin un pestañear de los autores del atropello. Me sorprende encontrar una especie de polémica en las redes: algunos no quieren que se proteste la salida ilegal de DirecTV. Violatoria de la Constitución Nacional, atentatoria contra la Declaración Universal de los Derechos Humanos, art.19, y un atropello en todo sentido contra la población venezolana. Máxime cuando de lo que se trata es que nos quieren obligar a tener en la parrilla, como si fueran tan buenas, Globovisión y una estación de Pdvsa, ésta, dicen, no produce nada. Las insoportables cadenas y el narcisismo evidenciado por parte de quienes mal gobiernan, y sobre utilizan la TV y la radio, resulta sorprendente. Psicólogos y psiquiatras, de pensamiento libre, no robotizados, se deben dar un banquete: analizan a personas, que dan muestra al mundo de lo que no es, lo que nose debe hacer. Se trata de una especie de resentimiento con sadomasoquismo, vinculado a las perversiones más terribles de lo que llama Hannah Arend: la condición humana. Si no se sufriera tanto, por las desdichas de los demás, y por la ausencia de los más amados (hijos, nietos) no me querría perder un minuto de esta saga, especie de película de terror, que vivimos los venezolanos ya en la tercera década del siglo XXI. ¿Será que amanecerá y veremos?

Gloria Cuenca es escritora, periodista y profesora retirada de la Universidad Central de Venezuela.

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