Pareciera que cuando se va terminando el año y hacemos balance de lo que hemos logrado, podemos comenzar a sentirnos culpables o inclusive a frustrarnos por no haber alcanzado todo lo que nos propusimos en diciembre del año anterior.
Si bien queda poco más de tres meses para que finalice el 2019, esta sensación de: “se acabó el año”, comienza a rondarnos y no sólo nos afecta en el plano personal sino ineludiblemente también abarca la situación país, ¿qué ha pasado?, ¿qué dejó de pasar?, ¿hasta cuándo?… ¡otro año más!
Para una persona que decidió emprender, o que se lo está planteando este estado de “decepción/frustración”, no es rentable, y mucho menos cuando el resto de factores resultan complejos.
En Venezuela combatir la frustración se ha convertido en una necesidad, sólo saliendo de este estado de inercia en el que nada importa y nos impregnamos de culpa y desolación, logramos recuperarnos y seguir adelante.
Ni en la más caótica de las historias de la humanidad la esperanza desaparece, porque la necesidad de sobrevivir está impregnada en el ser humano, de reponerse, de recordar de dónde viene y hacia dónde quiere ir.
En este sentido creo que es realmente importante que reconozcamos nuestros logros, que no menospreciemos las cosas que hemos alcanzado con esfuerzo, así se hayan “perdido”, así formen parte del pasado. No se trata de quedarse anclado, no es cuestión de ego, es utilizar nuestros logros como impulso, es aprender de todo lo que hemos conseguido, para superarnos, para convencernos de que podemos, repetir una y mil veces nuestros éxitos.
Cada etapa debe ser vivida desde el respeto por lo que hacemos, sin compararnos. Sólo midiendo lo que fuimos, lo que somos y hacia donde nos queremos proyectar. Poco importa si comenzamos a emprender en enero o en septiembre, lo realmente determinante es mantener nuestro ánimo firme, ser razonables, sin olvidar la emoción que nos mueve; la emoción de vivir y poder construir un porvenir.
El emprendedor debe tener muy claro su panorama, la gerencia requiere mente fría y planificación, por eso es de vital importancia no dejarse llevar mucho tiempo por los episodios de frustración, aprender a manejarlos para alcanzar los objetivos y seguir creciendo.
Si decidiste emprender en Venezuela, estabas consciente de que no sería sencillo, pero también debes reconocer que hay muchas cosas que están a tu favor porque conoces el mercado, estás en tu país, así que aférrate a esto. Saca provecho de eso que te conviene.
Por repetitivo que suene, toda crisis tiene su cara contraria y nos vuelve más creativos. Rodéate de las mentes más frescas y optimistas que puedas, y nunca olvides pedir ayuda.
Que este fin de año no nos agarre desprevenidos ni deprimidos, utilicemos este último trimestre para reorganizarnos. Cada día es una posibilidad, y esta etapa nos sirve para repasar lo que queremos hacer y cambiar lo que no nos convence. Aunque la situación del país no sea ideal, la mayoría de las veces los problemas coyunturales se sortean con un buen plan y teniendo los objetivos claros.
DÉJANOS TU COMENTARIO