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Los pacientes que viven en el estado Nueva Esparta deben decidir entre comer o seguir sus tratamientos al pie de la letra, ya que un salario mínimo o una pensión no les permite adquirir los medicamentos, cuyos precios cada día son más elevados. Así lo afirmó el lunes, 10 de julio, Victor Torcat, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Nueva Esparta.
«El precio de los medicamentos están un poco altos para el promedio económico de la población, porque el salario mínimo es demasiado bajo y los medicamentos tienen un precio por encima del salario mínimo», destacó.
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Torcat detalló que en medio de la cuarentena social, debido al COVID-19, muchas personas no pueden trabajar y los pocos ingresos y ahorros están limitados para comprar más alimentos que medicamentos. «Si la persona necesita cinco o seis medicamentos lleva sólo de lo que no pueden prescindir, porque pueden presentar un evento cardiovascular o descompensarse. Y en caso de tener problemas con la glicemia, o de circulación, les puede dar un infarto si dejan de tomar el anticoagulante», explicó.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos en la entidad consideró que está situación es un tema bastante delicado, debido a que los pacientes no tienen la capacidad de adquirir todos los medicamentos, sino los alimentos que necesita para comer diariamente.
Igualmente, destacó que la importación de medicamentos sigue afectando la industria farmacéutica nacional, siendo la única ventaja que ha disimulado, en cierto modo, la escasez de fármacos, pero no ha frenado el cierre de establecimientos de esa rama.
