Por Jefferson Civira
Maturín.- En medio de un enorme basurero conviven habitantes del sector La Llovizna de la parroquia Santa Cruz al oeste de Maturín desde hace al menos seis meses. El camión del aseo urbano no pasa por la zona desde entonces.
La acumulación de desechos ha creado un foco de contaminación en toda la comunidad debido a la proliferación de moscas, roedores, alimañas y malos olores.
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La situación afecta además a dos instituciones educativas que quedan justo al frente del cúmulo de basura. Una de educación inicial donde estudian 165 niños y una unidad educativa en la que cursan estudios, más de 900 estudiantes de primer grado de educación básica, hasta quinto año de media diversificada, planteles en la que maestros y profesores afirman que los malos en muchas ocasiones son insoportables.
A pesar de las reiteradas denuncias que los habitantes de La Llovizna han hecho a las autoridades municipales para que atiendan el problema con los desechos sólidos, aseguran que no han recibido respuesta.
Denunciaron que hace aproximadamente un mes limpiaron a medias la vía principal, sólo porque el alcalde, Wilfredo Ordaz, visitaría el sector, pero los camiones recolectores siguen sin pasar por la zona y las montañas de basura son cada vez más grande.
No obstante, algunos ciudadanos señalaron que el problema data desde hace más de dos años y aunado a ello deben afrontar las consecuencias cuando llueve, ya que las aguas servidas suelen desbordarse ante la falta de mantenimiento al sistema de cloacas. El caño que pasa por el lugar se encuentra prácticamente colapsado por la cantidad de basura y monte que lo obstruye.
“En esta comunidad viven cerca de dos mil familias que se ven afectadas por este problema, los niños y personas mayores se han enfermado con afecciones de la piel y respiratorias. El aseo por acá no pasa y a uno no le queda otra que echar la basura en ese sitio, porque no la podemos dejar que se nos acumule en nuestras casas”, expresó Víctor Sánchez, habitante del sector.
No obstante, Ninoska Villarroel, profesora de la Unidad Educativa “Padre Juan Vives Suria”, manifestó su preocupación por las enfermedades que pueden generar la cantidad de moscas y malos olores que se propagan producto de los residuos sólidos, razón por la que hizo un llamado a los organismos pertinentes a abocarse en atender la situación.
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