Maturín.- La familia de Laura Figuera denunció este 2 de enero que su muerte ocurrió por falta de oxígeno en el área de trauma shock del Hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín, estado Monagas. Laura era una de los 27 pacientes quemados hospitalizados en ese centro de salud después de la explosión de bombonas 161 bombonas de gas en el municipio Piar.
Los familiares dijeron a los medios de comunicación que no había tomas de oxígeno ni mascarillas para ponerle. Aseguran que la falta de atención médica y de enfermeras también incidió en el deceso ocurrido la noche de este 1° de enero en el hospital de Maturín.
Laura dejó a tres niños huérfanos. De ellos, una de seis años de edad está hospitalizada con quemaduras de tercer grado. Permanece en el servicio de pediatría, donde tampoco hay aire acondicionado, según denunciaron familiares la mañana de este sábado.
Las personas aseguraron que en el centro asistencial hay escasez personal. Para atender a Laura, así como al resto de los pacientes, afirmaron que deben recorrer los pasillos buscando a la única enfermera disponible en la emergencia de adultos y a los médicos que están de guardia.
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Sobre este deceso, la gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, se pronunció desde el hospital. Aseguró que la muerte de Laura ocurrió en el quirófano cuando le hacían una cura. Su posición causó malestar entre los familiares que aseguran lo contrario. Santaella había acudido al hospital a llevar comida.
Pero también fue a quitar un toldo en el que duermen 50 familiares porque la estructura no puede estar en el estacionamiento del hospital, denunciaron las personas. El hecho también causó revuelo y obligó a Santaella a reunirse con los familiares y los representantes de Cáritas Maturín que se han encargado de atender a los familiares.
La explosión de 161 bombonas de gas doméstico se registró el pasado 28 de diciembre en el sector Caño Los Becerros, municipio Piar del estado Monagas. Al menos 46 personas resultaron heridas y 26 de ellas están hospitalizadas en Maturín. En esa población hay 2 personas que no están recluidas en un hospital porque pidieron atenderse en casa para evitar contagios con COVID-19 o que las heridas se les infecten.