Caracas.- Las facciones políticas rivales de Venezuela llevan su lucha de poder a Nueva York, donde delegados de Nicolás Maduro y del presidente encargado, Juan Guaidó, tratarán de convencer a máximas autoridades de los países invitados a la reunión anual de la Asamblea General de la ONU.
Estados Unidos y otros medio centenar de países reconocen como presidente legítimo a Juan Guaidó, quien invocó en enero artículos de la Constitución para asumir una presidencia paralela, al argumentar que el Maduro fue reelegido en unos comicios manipulados en mayo de 2018.
Pero la Asamblea General de la ONU, compuesta por 193 países miembros, todavía reconoce a Maduro, que tiene el apoyo de Rusia y China, dos naciones con poder de veto, con lo cual se estaría preparando el escenario para una posible disputa por la representación que recuerda las luchas de poder vividas en Libia en 2011 y en China tras finalizar la guerra civil en 1949.
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Guaidó busca que más países, especialmente de la Unión Europea, impongan sanciones contra Nicolás Maduro, tal como lo ha hecho Estados Unidos, luego del fracaso de una ronda de negociaciones auspiciadas por Noruega que buscaban resolver la crisis política.
Maduro, que ha sido acusado de violaciones de derechos humanos en medio del colapso de la economía venezolana, quiere incrementar la presión sobre Estados Unidos para que levante las sanciones contra la petrolera estatal Pdvsa y su círculo más cercano.
Sus críticos dicen que los anuncios hechos por el cuestionado Gobierno venezolano, como la excarcelación del diputado Edgar Zambrano que estuvo detenido cuatro meses, y la renovación del CNE, tienen como objetivo mejorar la imagen de Maduro antes de la cita de la ONU.
“Es un poco lo que están intentando antes de la reunión de las Naciones Unidades, lavarse un poco la cara”, dijo el parlamentario opositor Carlos Valero.
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Maduro califica a Guaidó como un “títere” de Estados Unidos que busca un golpe de Estado y culpa a las sanciones impuestas por Washington de los problemas económicos de Venezuela. Ya dijo que no asistirá a la reunión de la ONU, pero le encargó a dos miembros de su gabinete (Delcy Rodríguez y Jorge Arreaza) para que le presenten al secretario general, Antonio Guterres, una condena de las sanciones.
“El Secretario General (…) y todas las agencias de la ONU deberían alzar la voz para condenar la agresión a la que Venezuela está siendo sometida, para condenar el bloqueo”, señaló en Ginebra, Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores del cuestionado gobernante Nicolás Maduro. “Creemos que se puede hacer mucho más desde las Naciones Unidas”, aseguró Arreaza.
”Hasta que Maduro se vaya”
Guaidó, por su parte, aún no decide si asistirá a la reunión de la ONU, según su enviado en Estados Unidos, Carlos Vecchio.
Julio Borges, un legislador exiliado que fue recientemente nombrado jefe diplomático del líder opositor, estará en Nueva York para participar en eventos paralelos destinados a destacar la crisis humanitaria venezolana y el supuesto apoyo de Maduro a rebeldes armados en Colombia.
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Entre las actividades en las que participaría Julio Borges, sería una reunión de los signatarios del Tratado de Río, un pacto de defensa de la Guerra Fría invocado a principios del mes de septiembre por una docena de miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), incluido Estados Unidos, como respuesta a lo que se ha descrito como la amenaza de Maduro a la estabilidad regional.
“Esperamos reunirnos con socios regionales para discutir las opciones económicas y políticas que podemos emplear por la amenaza a la seguridad de la región que representa Maduro”, agregó.
Información completa en Reuters
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