Caracas.- La oposición volvió a salir a las calles este sábado 16 de noviembre, en lo que pudiera ser una de las mayores manifestaciones desde los primeros meses del año.
Hubo una amplia asistencia, sí, pero el ánimo no era el mismo que en enero.
Sin embargo, aunque muchos asistentes reconocieron que esperaban que a estas alturas de 2019 ya hubiese un cambio de gobierno, manifestaron su intención de seguir apoyando al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
Otro detalle es que la presencia de jóvenes era mucho menor. Muchas personas aseguraban que se debía al impacto de la migración. Muchas madres solas y parejas relataban que sus hijos se habían ido en búsqueda de un futuro mejor.
La dirigencia opositora pudo sortear la falta de sonido y tarima, ya que varios proveedores fueron amenazados por cuerpos de seguridad, según explicaron los opositores.
Aunque improvisaron con unas cuantas tablas y unas cornetas, no evitó que muchas personas no escucharan gran parte de los discursos, incluyendo el del propio Guaidó.
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El presidente encargado y de la Asamblea Nacional, acompañado de su esposa Fabiana Rosales y diputados del Parlamento, incluyendo a Juan Pablo Guanipa, hizo referencia a lo que ocurre en Bolivia y a su conversación con la presidenta interina de ese país, Jeanine Áñez.
“Celebro que hayan logrado el cese de la usurpación y trabajen por su democracia", dijo recordando que Bolivia logró una “cosa" que falta en Venezuela: “que el poder de las armas se ponga del lado del pueblo. No estoy pidiendo que se pongan del lado de Juan Guaidó, sino de la Constitución. Es el factor que hoy nos falta. Es el factor que debe tomar una decisión".
En relación con eso, pidió acompañar a los estudiantes que convocaron a una movilización para el próximo 21 de noviembre, cuyo destino será la instalación militar de Fuerte Tiuna en Caracas.
Por otro lado, reiteró lo que para él significaba “calle sin retorno", una frase que coreaban los manifestantes.
Guaidó señala que la “calle sin retorno" es mantener la protesta de forma “sostenida y permanente" y una “agenda de conflicto".
En tal sentido, pidió a las personas acompañar a los sectores estudiantiles, de enfermería y educación en las acciones anunciadas y también invitó a protestar “por cada reinvindicación" que consideraran necesaria.
Entre pedidos de paramédicos para atender a los desmayados, Guaidó también recordó el allanamiento que, en extrañas circunstancias, ocurrió el viernes en la noche en las oficinas de Voluntad Popular.
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En un acto de constricción, que incluyó un “juramento ante Dios", Guaidó pidió disculpas por los errores e insistió en el llamado a seguir protestando.
“Han sido años de sacrificios, de esfuerzo, pero la única acción que nos queda es luchar (…) Bolivia estuvo 18 días, nosotros hemos estado años, pero no vamos a desmayar. Tenemos que seguir (…)", señaló.
Después de un discurso que duró poco más de 20 minutos, invitó a los asistentes a caminar hasta la Embajada de Bolivia.
Una vez allí, y a unos cuantos metros de la sede diplomática custodiada por la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que incluso ingresó a la embajada, Guaidó aseguró que el gobierno interino de Bolivia, al que calificó ahora de “amigo", mantendrá relaciones con la “Venezuela democrática". Asimismo, señaló que “pronto" habrá embajadores en ambos países.
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“La lucha es hasta que cese la usurpación, logremos el gobierno de transición y tengamos elecciones libres. Estamos en la calle y eso ya es una victoria", insistía Guaidó, que sumaba que “no son suficientes las victorias diplomáticas o que nos reconozcan. Lo único suficiente será cuando nuestras familias regresen. Cuando logremos tener otra vez progreso".
Los pedidos de “ayuda militar" que proferían varios manifestantes tuvieron una respuesta por parte del líder opositor.
“Algunos piden ayuda militar. Recuerdan cuando decían ‘cuando salgan los barrios’, ‘cuando salgan los estudiantes’. En este momento depende de todos, de los que no están aquí y que hay que buscar y sí, necesitamos a la Fuerza Armada, que nos escuche y atienda el llamado del pueblo, pero ustedes son poderosos y tenemos con qué. No nos rendimos", indicó.
La jornada terminó con la entonación del Himno y con posiciones encontradas entre los asistentes. Unos que quedaron satisfechos con la actividad y otros que esperaban “más".
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