Los cientos de flamencos que visitan la Laguna de las Peonías, en el estado Zulia, corren el riesgo de ser cazados y comidos por un grupo de lugareños que asegura ingerir la carne de estos animales, al igual que de cuervos, por una tradición que los ambientalistas consideran ilegal y peligrosa para la salud.
Los cazadores, más movidos por el hambre que por la costumbre, acuden en grupos a la laguna cargados con tirachinas para derribar y despellejar tantos flamencos como puedan cargar; pero también cuervos, patos o lo que la providencia depare.
«Nosotros salimos a cazar lo que encontremos, hoy le tocó a los flamencos (…) Esto es una tradición del pueblo, casi todo el pueblo caza, yo lo hago por tradición porque tampoco es algo fijo», relata Raúl (nombre ficticio), mientras descuartiza estas aves.
Esta práctica, ilegal según ambientalistas, ha sido denunciada en el pasado debido a que los flamencos son consideradas especies protegidas y porque su consumo no está declarado apto por las instituciones sanitarias del país.
«Las ponemos a cocinar dos o tres horas, les echamos coco, condimento, aliños. Lo hacemos frito, asado o guisado y sabe como a pescado», dice.
El consumo en humanos no está permitido, entre otras cosas, por la alimentación que reciben estos animales migratorios, que puede incluir sustancias tóxicas como mercurio y plomo.
EFE