Contradicciones y tensiones en el seno del oficialismo; una oposición unificada en una candidatura presidencial que tiene posibilidades reales de ganar la elección presidencial y expresiones de aliados regionales del oficialismo a favor de un proceso de transición, son hechos que generan discusión en torno a la probabilidad de que se produzca un cambio político en Venezuela. Tres expertos opinan al respecto
La palabra transición gana relevancia en el debate y discusiones públicas en el contexto electoral venezolano a medida que se acerca la elección presidencial del 28 de julio. En las filas de la oposición mayoritaria vinculada con la Plataforma Unitaria Democrática, el término figura como lo que consideran será un hecho inminente a partir de los resultados de los comicios presidenciales.
Pero en el oficialismo, hasta ahora, la palabra transición genera rechazo pues la coalición de gobierno que lidera Nicolás Maduro aspira a mantenerse en el poder y para eso buscará obtener lo que sería una sorpresiva victoria electoral el 28 de julio, en medio de la peor situación de respaldo popular para el chavismo desde 2012, como lo demuestran encuestas y estudios de opinión pública.
La candidatura unitaria opositora de Edmundo González Urrutia, aceptada finalmente por el CNE, generó varios hechos políticos que, a menos de 70 días para la elección presidencial, plantean varias interrogantes en torno a la dinámica política en pleno ciclo electoral. ¿Cuán cerca está Venezuela de un cambio político? ¿Se puede hablar del inicio de un proceso de transición política por la vía electoral?
La palabra transición no solo está en boca de opositores y adversarios políticos de Maduro en Venezuela. También la asomó el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, en una conferencia del Consejo de las Américas el pasado 8 de mayo, en Washington.
Murillo dijo que el gobierno colombiano -un aliado ideológico del oficialismo con la llegada del presidente Gustavo Petro- busca garantizar una «transición tranquila» en el contexto electoral venezolano, lo que generó una respuesta del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien manifestó que el canciller colombiano «trabaja para el gobierno estadounidense».
Lo dicho por Murillo se suma a otros acontecimientos, algunos vinculados con la estrategia de la oposición mayoritaria y de María Corina Machado como líder opositora tras la Primaria; mientras que otras acciones con incidencia en las dinámicas internas del oficialismo, como negociaciones políticas, sanciones e incentivos de parte de EE. UU. y la Unión Europea, conforman un panorama que genera expectativas sobre la posibilidad de un cambio político en 2024.
Cuando Maduro acepte suscribir un pacto, ya el chavismo estaría reconociendo públicamente que entre sus escenarios probables estaría la posibilidad de perder el poder
Rafael Uzcátegui, sociólogo y defensor de DD. HH.
En medio de las consideraciones vinculadas con procesos de transiciones políticas y los anhelos de un cambio hacia la democratización en Venezuela -que resaltan en diversos ámbitos como las redes sociales-, la historiadora y analista político Margarita López Maya compartió en X (antes Twitter) una definición de transición.
“La transición es un período que transcurre entre un régimen político y otro. Es una zona gris. Ni ha muerto el régimen político anterior, ni se ha llegado al otro régimen. Conviven ambos", resaltó la historiadora en la red social el 21 de abril.
“Yo no veo todavía la llegada del umbral hacia la transición. Lo que veo es que se están creando algunas condiciones que podrían acercar a la oposición a una transición. Las señales que hemos visto hasta ahora no son suficientes como para que podamos decir con claridad que vamos hacia una transición", explica López Maya a El Pitazo vía telefónica.
La noche del 19 de abril, la oposición mayoritaria dio un paso decisivo al designar a González Urrutia como el candidato unitario, un hecho político que ratificó su estrategia enfocada en la ruta electoral para generar una nueva situación política. Primero, con la Primaria y, posteriormente, sorteando los obstáculos gubernamentales que aparecieron en cada fase del cronograma electoral hasta ahora.
La democracia en Venezuela fue desmontada casi en su totalidad
Luis Salamanca, politólogo
“Sí creo que se están fortaleciendo las posibilidades de la ruta electoral con una oposición robusta, unida, con estrategia, con indicadores de tener planteamientos de un programa de gobierno. Veo pasos de fortalecimiento de la oposición y señales que indican que algo pasa dentro del Gobierno, pero eso es algo que aún está muy opaco", añadió López Maya.
Un suceso llamativo de la candidatura de González Urrutia -para algunos un efecto colateral de la decisión o jugada opositora- fue el reconocimiento de Diosdado Cabello, vinculado con el ala radical del chavismo, quien admitió en rueda de prensa del PSUV que la postulación de González «cumplía los requisitos de ley».
Pero el reconocimiento de Cabello vino acompañado de una muestra inicial, en el contexto de la precampaña electoral, de la artillería de ataques que deberá sobrellevar González Urrutia como el candidato presidencial de la Plataforma Unitaria. En la oposición saben que una certeza vinculada al oficialismo es la incertidumbre.
“En el régimen se mueven corrientes muy fuertes para mantenerse en la Presidencia, incluso frente a un resultado desfavorable para ellos. Es todavía muy pronto para tener un criterio definitivo. Veo, hasta este momento, que ese camino (de una transición) se está construyendo. Sin embargo, puede ser dinamitado en cualquier momento en virtud de que la candidatura oficialista no prospere mucho más de lo que ha llegado", añadió el politólogo y exrector del CNE, Luis Salamanca.
La verdad es que este es un gobierno autoritario que está tratando de ver cómo llega al 28 de julio para ganar la elección
Margarita López Maya, historiadora
En el círculo del poder
“Vamos a una campaña con grandes certezas. Vamos también a una campaña con grandes amenazas", dijo el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, el 16 de mayo en el lanzamiento del comando de campaña de Maduro, anunciado en el hotel Humboldt.
En 2024, el chavismo liderado por Maduro tiene que lidiar con una realidad nacional, política, social y económica que marca el ciclo electoral en Venezuela. Ese es el contexto que reflejan estudios y encuestas de opinión pública como el más reciente de la firma ORC Consultores, en el que Maduro cuenta con 13.15% de preferencia de votación frente a 51.77% de González Urrutia.
En el oficialismo están conscientes del desafío que plantea la realidad electoral en 2024, pese al control institucional y social. En el círculo del poder de la coalición gobernante, el llamado también es a la unidad frente a las tensiones que no solo son externas.
“La verdad es que este es un gobierno autoritario que está tratando de ver cómo llega al 28 de julio para ganar la elección. Estamos viendo un gobierno que muestra señales de tener tensiones internas y contradicciones, pero se mantiene en su objetivo de ganar el 28 de julio. ¿Cómo lo va a hacer? Eso es algo que no vemos a menos que se plantee un fraude o una suspensión de la elección", acotó López Maya.
Si Edmundo González pasa por todo lo que queda hasta el 28 de julio, puede ser el artífice de la transición
Luis Salamanca, politólogo
Mientras Diosdado Cabello afirma en su programa televisivo semanal y en actos públicos que un eventual triunfo de Maduro sería un hecho indudable, Cilia Flores destacó el jueves, en el lanzamiento del comando de campaña oficialista que la “victoria no cae del cielo" y deberán construirla “entre todos".
“La gran pregunta es qué va a hacer el oficialismo. ¿Tiene una carta bajo la manga? ¿Creen que puede ganar las elecciones en buena lid? Al ver que no lo puede lograr, ¿decidirá el 28 si acepta o no una eventual derrota? Creo que esto debe estar más preparado, tiene que haber una estrategia que no se ve muy clara en los hechos. Da la impresión de que con la ingeniería electoral buscan generar situaciones favorables para ellos, pero no sé si, aun en ese caso de ventajismo intensivo, van a poder revertir la voluntad de unos electores que están dispuestos a cambiar de presidente", agregó Salamanca.
Presión vs. disposición
Maduro y los voceros del oficialismo, la dirigencia del PSUV, sostienen que solo el chavismo-madurismo es una garantía de estabilidad política en Venezuela. Lo mismo sucede con un sector fundamental en el mantenimiento del poder para la administración de Maduro: el estamento militar.
“Es un tema clave y lo relaciono con el encarcelamiento de Rocío San Miguel, con la necesidad de mantener la opacidad sobre la información con respecto a los sectores militares. No tenemos la información de qué es lo que ocurre. El soporte principal del gobierno de Maduro son los sectores militares. Sabemos que hay descontento, vimos ciertos gestos dentro de la coalición dominante que también se muestra con lo que sucedió con Tareck El Aissami. Todo indica que algo sucede, pero en verdad no sabemos y ese es un factor clave para las posibilidades de que se abra una transición", precisó López Maya.
Autores fundamentales como Sergio Bitar y Abraham Lowenthal, quienes han trabajado en el análisis de transiciones políticas, resaltan que los pasos iniciales en diversos procesos de cambio político suelen producirse de forma imperceptible, bien sea en la oposición política, en las filas del propio gobierno autoritario, en la sociedad civil o en diversos ámbitos en simultáneo.
“La democracia en Venezuela fue desmontada casi en su totalidad y la pregunta que me hago es qué explica el comportamiento del Gobierno en este momento, por qué está permitiendo esto que vemos en la actualidad. Algún plan debe haber, a menos que una de las corrientes importantes del chavismo haya decidido dar un paso en ese sentido y buscar acuerdos. ¿Será una estrategia para aplicar más adelante alguna acción judicial y parar la candidatura opositora? Todos estamos expectantes y viendo cómo avanzamos hacia el 28 de julio", resaltó Salamanca.
En Venezuela ha habido un par de procesos históricos de transición, primero con la muerte de Juan Vicente Gómez, en 1935, y luego, en 1958, con la caída de la dictadura de Marcos Perez Jiménez. En ambos casos, el rol del sector militar, de figuras de ese estamento, fue determinante.
“Ha habido casos en América Latina en donde sectores militares han tomado la iniciativa, Brasil, por ejemplo. En otros, el presidente -como en México con Ernesto Cedillo y el propio Partido Revolucionario Institucional (PRI)- toma la iniciativa de abrirse a la transición. En Sudáfrica lo vimos también. Eso en Venezuela, hasta ahora, no lo vemos en este momento, sino que es la oposición que está forzando para que se produzca un proceso de transición", añadió López Maya.
En 2024, la presión sobre el oficialismo no solo proviene de los factores políticos internos de la oposición, sino que también en la región antiguos aliados del chavismo expresan una postura acorde con la realidad y el momento político.
El soporte principal del gobierno de Maduro son los sectores militares
Margarita López Maya, historiadora
Mientras presidentes como Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro abogan por un proceso de democratización en los términos que les permite su relación con el chavismo, el exmandatario uruguayo, Pepe Mujica, resalta que la democracia necesita libertad y eso no es compatible con la administración de Maduro.
“¿Sabes por qué Maduro sobrevive? Porque no hay democracia. En una plaza sitiada, el que no está de acuerdo es un traidor. Y la democracia necesita libertad. El régimen de Maduro es el resultado del asedio desde fuera. Es un desastre", dijo Mujica en una entrevista reciente con el diario brasileño Folha de S. Paulo.
López Maya considera que el factor externo de presión también acumula fuerza. “Todo juega a favor de lo que parece es una bola de nieve que pudiera ser una fuerza inevitable. Eso quizá pudiera ser la puerta para una transición porque cada pieza que se juega abre una dinámica y una respuesta del Gobierno".
Una figura para la transición
En los procesos de transición, como lo demuestra la propia historia política venezolana, surgen figuras que lideran y facilitan las dinámicas que ameriten los momentos de tensión propios de un cambio político. Para no pocas personas, Gonzalez Urrutia encaja en el perfil de un hombre para la transición.
“Si el Gobierno muestra señales de estar dispuesto a abrirse hacia una democratización, pudiera aceptar la permanencia de Edmundo González como candidato. Tiene características para conducir una transición muy difícil. Viene del mundo diplomático, tiene el lenguaje, el conocimiento, no tiene aspiraciones presidenciales ni rasgos de protagonismo político. Pudiera ser un presidente de la transición, pero dependerá de la disposición del Gobierno o que haya fuerza para forzar eso: los factores sociales y políticos impulsando que la gente salga a votar", precisó López Maya.
Salamanca, con cautela ante cualquier pronóstico, cree también que González Urrutia pudiera ser una “figura puente hacia la transición democrática".
“Si Edmundo González pasa por todo lo que queda hasta el 28 de julio, puede ser el artífice de la transición. Hay un proceso en marcha que está saliendo bien. La última exigencia era que se tuviera un solo candidato opositor y se está dando. La gran pregunta es por qué el Gobierno deja que se dé, si va a hacer algo para frenarlo en algún momento y qué pasa si llega al 28 de julio y gana. ¿Reconocerán el resultado en el Gobierno?", acotó el politólogo.
Pero la figura de González no se puede entender sin incluir en la ecuación del momento político actual a la ganadora de la Primaria, María Corina Machado, “un fenómeno político natural que encarna el cambio político que la mayoría quiere en Venezuela", como lo destaca López Maya.
“El gran reto es llegar al 28 de julio, ella liderando, acompañando al candidato para iniciar una transición: crear las condiciones, como lo hizo la Junta de Gobierno del 58. Es el papel que toca si el candidato opositor gana y Maduro reconoce eso: que tengamos un gobierno que cree las condiciones para un proceso de elecciones", precisó la historiadora.
Sobre acuerdos y pactos de gobernabilidad
A propósito del ciclo electoral venezolano en 2024, sectores de la sociedad venezolana han planteado algunas propuestas de acuerdos o pactos de gobernabilidad que generan consideraciones no solo en actores o factores políticos, sino entre expertos, defensores, activistas y víctimas de violaciones de derechos humanos, un asunto complejo que no puede eludirse en un eventual proceso de transición.
“Lo primero que habría que preguntarse es si el oficialismo está considerando como uno de los escenarios perder el poder. Hasta ahora es en el campo democrático en donde se habla y en el que hemos manifestado la necesidad de una transición. Ellos no han llegado al punto en que están previendo la posibilidad de perder el poder, eso puede cambiar en la medida en que la oposición siga manteniendo decisiones acertadas y que la campaña electoral avance", explicó a El Pitazo vía telefónica el sociólogo y director de la ONG Laboratorio de Paz, Rafael Uzcátegui.
El también excoordinador de la ONG Provea considera que propuestas de acuerdo como el que asomó Petro o las que impulsa algunas personalidades en representación de algunos sectores de la sociedad civil generan cautela en el oficialismo por el mensaje político que implicaría suscribir un determinado pacto.
“Hasta ahora no hemos llegado a ese punto porque cuando Maduro acepte suscribir un pacto, bien sea como el que impulsa Víctor Álvarez o la propuesta de Petro, ya el chavismo estaría reconociendo públicamente que entre sus escenarios probables estaría la posibilidad de perder el poder y eso sería un mensaje que generaría movimiento, recomposiciones dentro del chavismo, porque algunos actores no van a querer quedarse por fuera", añadió Uzcátegui.
En Venezuela, con un gobierno investigado por la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), al hablar de un proceso de transición y de opciones o escenarios de acuerdos políticos o de gobernabilidad, figura la frase “tragar sapos".
“Aquí todo se enmascara con la frase tragar sapos. Qué significa eso. ¿Por qué no se consultan a las víctimas, a los defensores de DD. HH.? Va a haber una tensión entre quienes cuestionamos que la impunidad sea un incentivo y quienes van a negociar eso", agregó Uzcátegui.
Una propuesta como la que plantea el economista e investigador Víctor Álvarez, de un “pacto de convivencia con garantías de no persecución" para que el oficialismo entregue el poder ante una derrota electoral, Uzcátegui la considera una estrategia errada pues se trata de una alternativa de negociación dirigida a la cúpula de la coalición oficialista.
“La cúpula es la que tiene más que perder. Las garantías tienen que ser dirigidas a los sectores subalternos, los grupos y facciones que no están dentro de la elite (los hermanos Rodríguez o Maduro). Es a esos sectores medios donde hay que mandar el mensaje de no discriminación, de respeto a los derechos políticos y que, en los casos de señalamientos de violaciones a los derechos humanos, se va a respetar el debido proceso", acotó Uzcátegui.
En ese contexto, el director de la ONG Laboratorio de Paz resalta que “hay bastantes prejuicios" sobre qué pudiera hacer la oposición en un eventual proceso de transición.
“La manera en cómo se ha dado la discusión sugiere que hay analistas que creen que la oposición va a llegar con una persecución, pero lo cierto es que hasta ahora la Plataforma Unitaria y María Corina Machado han transmitido moderación. Hay contornos de la discusión que parecieran promover la necesidad de que la oposición tenga una camisa de fuerza y eso es un análisis errado, de gente que le gustaría una salida más socialdemócrata que en este caso no es posible", explicó Uzcátegui.
El director de la ONG Laboratorio de Paz considera que la alternabilidad política no es compatible con la “lógica revolucionaria" que identifica al chavismo desde sus orígenes.
“Por diseño hay una lógica revolucionaria para permanecer en el poder. Es diferente una transición frente a un autoritarismo de izquierda que uno de derecha, porque hay otros indicadores. Más que costos de salida, hay un problema de no entender a qué nos estamos enfrentando", concluyó el sociólogo.