La Contraloría General de la República hizo dos llamados de alerta al Ministerio de Salud y a la directiva del hospital en 2014 y 2016 sobre fallas en la dotación de medicinas e insumos, y problemas de infraestructura. El organismo solicitó solventar las fallas en equipos y el abastecimiento de medicinas; pero los avances son nulos y las condiciones afectan aún más la cobertura de salud

El hospital J.M. de los Ríos, centro asistencial pediátrico de referencia nacional, ha estado bajo la lupa de la Contraloría General de la República desde el año 2014. La última inspección que realizó el organismo al recinto fue en 2016, y en las observaciones evidenció que parte de las recomendaciones que elevó en 2014 al Ministerio de Salud y a la directiva del hospital no se habían cumplido. Las sugerencias dadas en 2016 tampoco.

En 2016, la Contraloría General de la República, dentro de sus actuaciones especiales, realizó una inspección que se circuncribió en el análisis de la dotación y resguardo de medicinas, material médico quirúrgico y equipos médicos, así como condiciones de operatividad y funcionamiento y el estado de algunos servicios y áreas del hospital, incluso, constatar la asignación de personal adscrito al centro de salud entre 2015 y el primer semestre de 2016.

Los resultados de la inspección revelaron la crisis que representantes de diferentes organizaciones de la sociedad civil, médicos y madres de pacientes ya venían denunciado durante protestas desde 2015, cuando la situación comenzó a agravarse.

Para 2016, el organismo concluyó en su informe que el hospital de niños no contaba con un inventario general de bienes y equipos médicos y, en su mayoría, no poseía número de registro como bien nacional, placa de identificación u otro medio que asegurara su invulnerabilidad, violando así el Manual de Normas de Control Interno sobre un Modelo Genérico de la Administración Central y Descentralizada Funcionalmente, aprobado en el año 2005.


La inspección en el sitio, efectuada entre el 30
de mayo y el 3 de junio de 2016, dio cuenta
que en el centro de salud habían equipos médicos inoperativos


La inspección en el sitio, efectuada entre el 30 de mayo y el 3 de junio de 2016, dio cuenta que en el centro de salud habían equipos médicos inoperativos en los servicios de terapia intensiva y terapia intensiva neonatal, emergencia, neumología, radiología, cardiología y una cantidad de equipos almacenados y arrumados en diferentes áreas (radiología, consulta externas de especializaciones de la torre Dr. Enrique Guanipa), lo que impide la verificación y especificaciones técnicas. La situación contraviene el artículo de la Ley Orgánica de Bienes Públicos.

“Lo expuesto se origina por la ausencia de mecanismos de control interno en lo concerniente al registro y control de equipos médicos, no permitiendo asegurar la administración adecuada de los recursos que conforman el patrimonio público", reseñó el informe de la Contraloría, cuyos inspectores también resaltaron esta falla en 2014.

Sin embargo, sobre este aspecto, nada cambiado, pese a que la Contraloría recomendó solventar estas irregularidades.


Lo expuesto se origina por la ausencia de mecanismos de control interno en lo concerniente al registro y control de equipos médicos

Informe de la Contraloría General de la República

En los diferentes informes situacionales, que envían los médicos encargados de cada servicio a la Sociedad de Médicos del J.M. de los Ríos, denuncian que aún en algunas áreas permanecen equipos inoperativos, que no han sido reparados ni reemplazados por nuevos, y camas arrumadas. “La institución carece de un programa de mantenimiento preventivo y correctivo de equipos médicos, por lo que hay gran cantidad no operativa y otros fallan con frecuencia”, reza el documento elaborado el 6 de febrero de 2019 por la sociedad de pediatras del hospital.

Un recorrido hecho por el equipo de El Pitazo evidenció, por ejemplo, que en el área de terapia intensiva pediátrica aún continúan camas y equipos, como monitores de signos vitales y venitiladores mecánicos, arrumados en una ala del espacio donde funciona el servicio. “Hoy solo contamos con un solo cupo de los once que teníamos en el pasado. No tenemos tampoco tomas de oxígeno que sirvan para atender a los pacientes críticos, y eso reduce la posibilidad de atender más pacientes”, señaló Vietnam Vera, médico adjunto de la unidad de cuidados intensivo del centro asistencial.


No tenemos tampoco tomas de oxígeno que sirvan para atender a los pacientes críticos

Vietnam Vera, médico adjunto de la unidad de cuidados intensivos

En el área de emergencia, que fue rehabilitada a finales de 2018 por el Ministerio de Salud, se encuentran varios ventiladores mecánicos, incorporados para remodelación del área, que están inoperativos y permanecen en un cubículo de la sala. Algunos exhiben notas que indican que no pueden ser usados por no contar con baterías.

En el área de hemodiálisis, de las 10 máquinas para dializar solo funcionan 4. El resto espera por reparación y mantenimiento. En esta unidad se atienden 17 niños que, según denuncias de las madres de los pacientes, han estado propensos a contaminarse con bacterias por la falta de mantenimiento a la planta de ósmosis inversa, por donde se filtra el agua necesaria para cumplir con el proceso de diálisis, incluso por omitir las labores de desinfección de los tanques de agua del hospital.

Fue un año después de la inspección de la Contraloría al hospital cuando ocurrió un brote infeccioso en la unidad de hemodiálisis que causó que 16 pacientes contrajeran bacterias mientras purificaban su sangre. Entre mayo y julio de 2017, cuatro pacientes fallecieron luego de que con las infecciones que no pudieron atender adecuadamente por la escasez de antibióticos de amplio espectro. La ONG Prepara Familia denunció que más niños de nefrología, afectados por la situación de insalubridad, muerieron en los meses siguientes.

Esa fue la razón que motivó a la ONG Prepara Familia, junto con Cecodap, a solicitar medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (Cidh), cuyo organismo aprobó el 22 de febrero de 2018. La resolución exige al Estado garantizar el derecho a la salud y la vida de todos los pacientes que se evalúan en el servicio de nefrología de J.M. de los Ríos.

Fallas en medicinas e insumos

La Contraloría constató, para el año 2016, las fallas de medicinas y material médico quirúrgico que afectaba al pediátrico. Para el mes de marzo de ese año, el organismo determinó que la dotación solicitada por el centro de salud era insuficiente y detectó que de 467 medicinas e insumos que requiere el servicio de Farmacia, solo había existencia de 193 (41,33%); mientras que en el servicio de almacén, de 537 medicinas e insumos requeridas, no se contaban con 397 (73,93%). Se constató que de 2.324 solicitudes de medicamentos e insumso, 2.219 presentaban fallas urgentes y 1.690 tenían existencia cero, por lo que únicamente se recibían 12,31% de los suministros, cifra que representa 286 de los requerimientos y quedando por recibir 87,69% (2.083).


Esta situación refleja que los medicamentos no son recibidos oportunamente, ni en la cantidad requerida

Contraloría General de la República

“Esta situación refleja que los medicamentos no son recibidos oportunamente, ni en la cantidad requerida, lo que ocasiona que los servicios no cuenten con los medicamentos necesarios para garantizar la salud de la población infantil que atiende", señala la Contraloría, a la que que apunta que esta situación atenta contra el derecho a la salud y la vida de los niños, consagrado en el artículo 83 de la Constitución.

Los médicos consultados sobre el tema aseguran que está situación aún se mantiene, aunque señalan que en algunas áreas ha mejorado la dotación. “Pero no es constante ni oportuna. El año pasado tuvimos fallas muy críticas de antibióticos de amplio espectro, como vancomicina, y eso comprometió la vida de muchos niños. En Oncología, por ejemplo, el servicio funciona con donaciones de medicinas que le llegan y algunas que el Ministerio de Salud trae; pero la realidad es que los padres de los pacientes aún deben comprar afuera o pedir por redes sociales muchos de los tratamientos que necesitan sus hijos”, comentó un médico del J.M. de Oncología, que habló bajo reserva de su identidad.

En el informe que elevó la Contraloría en 2014 ya advertía sobre las fallas en la dotación de insumos y medicinas. Por lo que le recomendó a las autoridades y al Ministerio de Salud mejorar el abastecimiento. “Desde el 2014, la dotación de medicamentos y material médico quirúrgico de alto costo se ha visto seriamente comprometida, por múltiples causas, principalmente por la asignación de divisas, pues muchos de los medicamentos o sus principios activos son importados, así como los insumos médicos quirúrgicos”, reza el último informe situacional de la Sociedad de Médicos del J.M. de los Ríos.

En el documento se especifica: “El Ministerio del Poder Popular para la Salud (…) envía insumos y medicamentos de uso habitual, algunos de mala calidad y en cantidades que no cubren las necesidades diarias, mientras que otros no son de uso habitual. El hospital es especializado y maneja patologías complejas, por lo que los requerimientos de insumos no pueden compararse con un hospital general”, reclama la Sociedad de Médicos del hospital.

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