De las 11 que prometieron instalar en la península falconiana en 2017, apenas se construyeron ocho y en este año dejaron de funcionar las tres que estaban operativas. Los habitantes del estado Falcón están entre los más afectados por las fallas en el servicio de agua en el país

.

En julio de 2017 el Gobierno anunció la instalación de 38 plantas desalinizadoras en Falcón, como parte del plan de atención a los estados más afectados por las fallas en el suministro de agua potable. Los habitantes de Paraguaná tenían la esperanza de recibir regularmente el servicio cuando conocieron que 11 de estas estructuras serían construidas en el sector. Sin embargo, solo se montaron ocho y en 2019 dejaron de funcionar las únicas tres que estaban operativas, por falta de mantenimiento. De las obras, apenas quedan los caparazones armados como muestra de las promesas incumplidas.

El propio Nicolás Maduro explicó que el proyecto nacional, que incluía al estado Falcón como uno de los beneficiados, sería ejecutado por Petróleos de Venezuela y el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, a cargo de Ramón Velásquez. Para la construcción se destinaron 206 millones de dólares. Solo para Paraguaná se tenía proyectada la instalación de 11 plantas, de las cuales apenas fueron construidas seis en el municipio Carirubana y dos en el municipio Los Taques; otras dos quedaron en construcción: una en el mismo municipio Los Taques y otra en el municipio Falcón.

En Punta Cardón los habitantes cargaban agua de la planta desalinizadora a sus hogares | Irene Revilla

El vicepresidente para la Planificación y Conocimiento, Ricardo Menéndez, informó que para este proyecto se plantearon tres líneas estratégicas: la primera era la construcción de las plantas desalinizadoras para aliviar el suministro de agua que fluye a través de las vías tradicionales; la segunda, la posibilidad de instalar centros de servicios, partes y piezas en Venezuela para el país y los vecinos del Caribe; la tercera línea iba dirigida a la investigación, conocimiento y capacitación profesional vinculada al cuidado del ambiente.

Pdvsa informó a través de una nota de prensa publicada en los medios regionales el 15 de septiembre de 2017, que este proyecto sería manejado por Ronald Theis, trabajador de Bariven y gerente de Proyectos Estratégicos en Venezuela para Pdvsa y Citgo. Él era responsable del seguimiento y arranque de las desalinizadoras a escala nacional junto a Carlos Brett, director general de Políticas Públicas del Ministerio de Petróleo.

«El proceso de conversión de agua de mar en potable se denomina ósmosis inversa y de cada tres litros de agua salada procesada se genera uno dulce. Ya se activó en Amuay una planta para atender a 4.000 personas. Pronto lo haremos en Tiraya, Punta Cardón y Las Piedras. La planta Carmen Benita Sánchez tiene dos tanques de 25.000 litros cada uno con una conexión a la red de distribución de Hidrofalcón», explicó Theis.

Según los contratos de adquisición, estaba garantizado el mantenimiento para las desalinizadoras durante un año. «Para garantizar su sustentabilidad es necesario capacitar a los vecinos en su mantenimiento, para que puedan contar con agua constante. Hay trabajadores de la comunidad incorporados al funcionamiento y control de la planta», informó Theis.

Ocho construcciones adornan las comunidades

El 8 de septiembre de 2017 se construyeron las dos primeras plantas desalinizadoras en Paraguaná, específicamente en el sector La Puntica del municipio Los Taques, para beneficiar a 3.800 personas con 150 litros de agua por segundo.

Las plantas desalinizadoras entraron en operación, pero nunca fueron conectadas a la red de tuberías, razón por la que los habitantes de la zona debían buscar el agua y cargarla en potes hasta sus hogares. Mientras estuvieron en funcionamiento, las plantas representaron un alivio, pues las comunidades, que solo recibían agua por las tuberías cuatro veces por año, lograron satisfacer un poco sus necesidades.

La falta de mantenimiento hizo que ambas plantas quedaran fuera de servicio en menos de un año. Hoy los habitantes de Amuay bajan las pocetas con el agua de la playa y buscan el líquido en las tomas clandestinas desde las tuberías que llevan agua al Centro Refinador de Paraguaná.

Ibrahin Antequera, vecino de La Puntica, detalló que los camiones cisterna le cobran a la comunidad entre 20 y 25 dólares por 1.000 litros de agua. “Con la planta uno cargaba agua, pero al menos era más cerca. Yo no tengo carro y debo salir a ver si algún vecino se apiada de mí y me da la cola hasta donde vayan a cargar ellos para su casa. Es una calamidad diaria", dijo.

La más grande de Paraguaná se construye en Los Taques

En el sector Boca de Caño se construye la planta desalinizadora más grande de Paraguaná, solo que los trabajos están paralizados desde 2018. Aunque la estructura está levantada, las tuberías que llevan el agua del mar a la planta no han sido conectadas.

Tiene el propósito de beneficiar a aproximadamente 25.000 habitantes del municipio Los Taques; el proyecto además contempla la construcción de su propia planta eléctrica para generar cinco megavatios y evitar que trabaje con el Sistema Eléctrico Nacional.

En Carirubana se instalaron seis

El 26 de octubre de 2017 fue inaugurada la planta desalinizadora en la población de Carirubana. En el acto, Ramón Velásquez Aranguayán, ministro de Ecosocialismo y Aguas, y Víctor Clark, gobernador del estado Falcón, destacaron que abastecería a más de 5.000 habitantes del sector.

En ese encuentro, el ministro Velásquez Aranguayán informó que ya contaban con la dotación para los camiones compactadores de desechos y residuos, así como con los repuestos para los camiones cisternas que luego llevarían el agua a las comunidades lejanas.

Cinco meses después, en marzo de este año, la planta fue parada por falta de filtros. Jenifer Sánchez, habitante de Carirubana, explicó además que se incumplió en el pago a los operadores desde noviembre de 2018. Al final, la planta quedó como un adorno en la calle Marina de Carirubana.

La planta de Punta Cardón fue la segunda instalada en el municipio para surtir de agua a 3.800 personas. El 13 de abril de 2018 quedó fuera de servicio —un mes antes de que la de Carirubana— por falta de mantenimiento.

«Esos filtros son dolarizados y nosotros no tenemos dinero. Nosotros pensamos que ese mantenimiento lo iba a hacer el mismo Gobierno. ¿De dónde vamos a sacar nosotros dinero para pagar eso?», dijo Yudith Goitía, una de las afectadas por la falta del servicio.

El 14 de mayo de 2018 se inauguró la planta desalinizadora de Las Piedras para beneficiar a más de 8.000 habitantes de los distintos sectores del pueblo pesquero que colinda con la pared de la refinería de Amuay, en el Centro Refinador de Paraguaná.

Esta comunidad no escapa de la realidad de todos los paraguaneros, por lo que la planta desalinizadora era un alivio para muchos, aunque eso significara cargar agua en tobos y bidones arrastrados en coches, sillas de ruedas e incluso en el hombro.

Esta planta también quedó fuera de servicio por falta de mantenimiento, situación que generó una ola de protestas, pero no se logró su activación. María Contreras expresó que el agua no era muy buena, pero servía para lavar la ropa y limpiar la casa. “Mucha gente tomaba de ella. Yo no porque me daba miedo, olía a pescado, pero igual cargábamos para ahorrar la que nos llegaba por tuberías. Con ella se lavaban los baños, lavábamos la ropa y se limpiaba la casa", dijo la paraguanera.

En el municipio Falcón se quedaron esperando las desalinizadoras

Para el municipio Falcón se anunció la instalación de siete plantas desalinizadoras que serían ubicadas en Adícora Sur, Adícora Norte, Buchuaco, El Supí, Tiraya y Las Cumaraguas. De estas solo se construyó la de Tiraya y nunca se conectó al sistema de servicio.

En este municipio, las madres de familia esperan sentadas en la carretera principal durante horas con todo tipo de envases esperando a que pase un camión cisterna para pedirle agua.

Este año se paralizó la planta desalinizadora de Las Piedras | Foto: IR

Carmen Revilla, que vive en el sector La Rinconada, contó que pueden tardar hasta seis meses sin el suministro de agua potable por tuberías. Ellos, a diferencia de los habitantes de Punto Fijo, no tienen una fuente cerca de donde puedan buscar el agua; por ello la única opción es esperar a los camiones cisterna que llevan agua a las posadas y rogarles que les den un poco de agua.

«Los niños van poco a la escuela porque nunca tenemos agua. La mayoría va a Punto Fijo con el bojote de ropa sucia para lavar. Es la única manera. Hoy, por ejemplo, no tenemos agua ni para hacer la comida. Aquí estaremos hasta que pase un camión que tenga agua y nos le lanzamos encima para que nos ayude», dijo.

El Pitazo consultó hace dos semanas a los alcaldes de Carirubana, Alcides Goitía, y de Los Taques, José David Falcón, y ambos coincidieron en que desde el gobierno regional se ejecutará un plan para contratar empresas que pongan en funcionamiento las plantas. No obstante, no indicaron la fecha de reanudación de los trabajos y destacaron que esa responsabilidad corresponde al gobernador Víctor Clark.

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Puntuación 3.6 / 5. Votos: 7

DÉJANOS TU COMENTARIO