El periodo de aislamiento social impuesto por el gobierno nacional tiene a la mayoría de los venezolanos confinados en su hogar, pero otros deben salir a la calle para ejercer sus oficios con el fin de obtener ingresos para mantener a sus familias

El coronavirus trastocó el sistema laboral y la vida misma. Cumplir la cuarentena ordenada desde el pasado 16 de marzo para frenar la expansión del COVID-19, es posible para unos, pero casi imposible para los que viven del trabajo diario y prestan un servicio a la comunidad.

No pertenecen a los sectores priorizados por el gobierno para trabajar y movilizarse durante este periodo de aislamiento social, pero con su trabajo contribuyen a minimizar los riesgos de contagio del coronavirus y ayudan a las demás personas a hacer más llevadero el encierro. Se trata de los panaderos, los vendedores de alimentos, los conserjes y los recolectores de basura, entre muchos otros.

El Pitazo muestra el testimonio de varios trabajadores que asumen el riesgo de salir a la calle para “ganarse la vida" durante una pandemia que ha cobrado la vida de más de 80 mil personas en el mundo.

ROSA GÓMEZ (Comerciante)

“Hoy más que nunca la gente necesita comprar comida"

Rosa Gómez vive junto a su familia en la parroquia El Paraíso, municipio Libertador. Trabaja desde hace 20 años vendiendo productos alimenticios en el mercado de Ruiz Pineda, en Caricuao. Confiesa que no quería salir de su casa cuando se enteró del estado de alarma debido al coronavirus. De hecho, estuvo una semana encerrada. Ella está impresionada por los efectos de la pandemia. Reconoció que tuvo que salir a trabajar porque necesita dinero para su familia y porque entiende que hoy más que nunca la gente está buscando alimentos.

Gómez tiene 50 años de edad y 20 años trabajando como comerciante. Pensar en los amigos y clientes que ha ganado en este tiempo la impulsó a mantener su negocio abierto durante la cuarentena porque sabe que en estos momentos la gente está más necesitada.
La incertidumbre sobre la pandemia y cómo terminará esta crisis son dudas que la tienen ansiosa y angustiada.


No tengo otra entrada de dinero por lo que me toca seguir vendiendo víveres

Rosa Gómez, comerciante

“Mi hijo pequeño y el mayor se quedan en la casa con un familiar, y mi esposo y yo vamos al mercado. Esto de la cuarentena por la pandemia me tiene muy preocupada. Al llegar a la casa, ambos nos bañamos para poder acercarnos a los muchachos. Después que pase la cuarentena queremos dejar este negocio", aseguró.

Trabajar en el mercado le ha permitido a Gómez mantener a su familia, pero la inestabilidad con el precio del dólar les complica la situación económica y los obliga a pensar en buscar otras opciones.

NELSON NAVA (Conserje)

“Para evitar el contagio limpio diariamente"

Con 66 años de vida y más de cuatro años como conserje en el bloque 16 del edificio 22, ubicado en el sector Ruiz Pineda de Caricuao, Nelson Nava se levanta todos los días bien temprano y de buen humor para botar la basura y para limpiar las escaleras, pisos, pasamanos y el ascensor. Teme que uno de sus vecinos o él se enfermen de coronavirus.

En el bloque 16 todos son como una familia. Así lo siente Nava, quien siempre recibe buen trato, café y comida, cuando sus vecinos tienen. La solidaridad se ha impuesto en esta comunidad.


Diariamente limpio los pasamanos, escaleras, pisos y el ascensor del bloque donde trabajo porque no quiero que nadie se enferme

Nelson Nava, conserje

“¿Cómo no voy a limpiar el bloque? Me preocupa todos los que lo habitan; no quiero que nadie se enferme; ni niños ni viejitos, nadie. Cumplo con mi trabajo siempre… Limpio el piso, las escaleras, los pasamanos, las áreas comunes y el ascensor. Algunos vecinos me dicen que me voy a desgastar de tanta limpiadera", relató Nava.

Aunque usa mascarilla y guantes, Nava no esconde su temor a un posible contagio y trata de cuidarse cuando limpia y manipula la basura. Su mayor preocupación en este momento son sus nietos que viven en Ciudad Bolívar y trata de mandarles dinero cada vez que puede.

Manuel Galvis (Empleado de panadería)

“No puedo quedarme en mi casa, necesito trabajar"

El señor Manuel Galvis tiene más de 20 años trabajando en la panadería City Pan, ubicada en la UD7 en el sector Ruiz Pineda de Caricuao. Confiesa que es un adicto al trabajo. Con 74 años de edad, dice que no siente cansancio ni cuando le toca despachar a la clientela, ni cuando le toca atenderlos en la caja. Vive en San Martín, en la parroquia San Juan.

En Caricuao la gente está acatando la cuarentena. Salen a hacer las compras necesarias y las personas que no pueden dejar su trabajo diario como Galvis.


Trabajo porque quiero que mis clientes cuenten en esta cuarentena con su pan caliente en la mesa, así como pan dulce que tanto gusta

Manuel Galvis, empleado de panadería

Llega muy temprano para ordenar todo en la panadería. Mantenerse ocupado, hace que se disipe por momentos la preocupación por su familia que está fuera del país.

“Gracias a los que laboramos en las panaderías, las familias cuentan con su pan dulce, con pan caliente en la mesa, con todo lo que vendemos todos los días", dijo Galvis, quien se mostró contento por el acatamiento de las normas por parte de sus vecinos.

LUIS SANDOVAL (Recolector de basura)

«Mantener a la ciudad limpia es nuestro trabajo»

Sacar la basura de los distintos contenedores es el trabajo de Luis Sandoval, empleado desde hace seis años en Supra, compañía de servicio de aseo y recolección de basura en Caracas. Luis usa solo un tapabocas, al igual que sus compañeros de trabajo. Es lo único que le proporcionan en la compañía para protegerse del coronavirus. Sabe que para frenarlo es vital que la ciudad esté limpia. Por lo que se preocupa por hacer bien su trabajo.

“Estamos trabajando con los camiones que quedan activos. Hacemos todo lo que podemos. Mucha gente ya comprende la importancia de nuestro trabajo con la presencia de esta enfermedad extraña, que por primera vez vemos en Venezuela", comentó Sandoval.


Mi trabajo de sacar la basura de los contenedores no lo he dejado de hacer porque por la pandemia todo debe estar limpio

Luis Sandoval, recolector de basura

Vive en Antímano, parroquia donde ya hubo un caso de coronavirus. “Nunca pensé ver en mis 46 años de vida una alarma mundial por la presencia de un virus que está matando a tanta gente".

Sandoval es uno de los tantos venezolanos que no puede dejar de trabajar durante la cuarentena. “Creo que si todo está limpio significa menos riesgo de personas enfermas".

LUIS PÉREZ (Vendedor de café)

«No puedo dejar de trabajar porque soy el sustento de mi familia»

Luis Pérez vende café desde hace cinco años en el sector de Ruiz Pineda de Caricuao. Con 39 años de edad y dos hijos pequeños, asegura que no puede dejar de trabajar. Desde niño acompañaba a su mamá a vender arepas y empanadas para mantener el hogar. Hoy, es él quien asume esta responsabilidad.

Para vender su café y las catalinas, en estos momentos de cuarentena, a Pérez le ha tocado caminar desde la estación de servicio Texaco, ubicada en la autopista Francisco Fajardo hasta la UD3 de esta parroquia, unos 5 kilómetros aproximadamente.


Cuando veo que la gente me compra mi café me siento útil, productivo

Luis Pérez, vendedor de café

Sus clientes, en este momento, son todos los conductores que pasan entre cinco y seis horas diarias haciendo largas filas para llenar el tanque de gasolina.

“Mi trabajo no es fácil, camino más que un loco, me toca cargar el termo y este envase con catalinas, llevo ya más de una semana vendiendo en las colas de las gasolineras de la Texaco y la de Ruiz Pineda. Claro que respeto la cuarentena, estoy usando mis guantes y tapaboca, pero lo que no puedo hacer es dejar de trabajar porque tengo una familia que mantener», señaló el vendedor de café, habitante de los Telares de Palo Grande de Caricuao.

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