Hasta 500 dólares mensuales gastan diabéticos para asegurarse el tratamiento en Venezuela

Este jueves se conmemora el Día Mundial de la Diábetes, cuyo tratamiento en Venezuela requiere, en algunos casos, la administración de hasta seis medicinas. La escasez de estos insumos obliga a la población a acudir al mercado informal en el que los costos se calculan en divisas

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La diabetes es la tercera causa de muerte en el país, según la Federación Venezolana de Diabetes / Foto: Cortesía

Caracas.- Un camino amargo es el que deben atravesar las personas con cualquier tipo de diabetes en Venezuela para asegurarse el tratamiento que los mantenga con vida. Completar la lista de seis medicamentos e insumos que, en promedio, tiene que adquirir un paciente diabético para atenuar los efectos de la deficiencia o el exceso de azúcar en la sangre, de acuerdo con el diagnóstico, puede alcanzar la cifra de 500 dólares mensuales. 

Este monto se comprobó en un recorrido hecho por el equipo de El Pitazo en cadenas públicas y privadas de farmacias y según el testimonio de pacientes con la tercera causa de muerte en el país, como ha advertido la Federación Venezolana de Diabetes, organización que calcula que para 2030 casi tres millones de venezolanos padecerán la enfermedad, de la cual este jueves se conmemora su día mundial.

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El de Carlos Daniel Álvarez, de 9 años de edad, es uno de esos casos que ameritan al mes una inversión que ronda los 500 dólares. El niño padece diabetes tipo 1, la clasificación que representa mayores costos por los suministros y medicamentos que gastan a diario para vigilar y controlar la enfermedad. 

«Nada más en insulina hemos llegado a invertir casi 400 dólares. Con las tiras para medir la glucosa y otros medicamentos que le mandan para que orine llegamos a los 500 dólares mensuales»,detalló Yuri Casanova, madre de Carlos. 

Casanova compartió que gracias al trabajo de ella y su esposo han podido mantener los gastos, con las limitaciones en otras áreas que esto les ha supuesto. Además, afirmó que en las farmacias manejadas por el Estado, a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, hace más de cuatro años que la dotación es irregular. 

Al ritmo de la devaluación 

La prolongada escasez de medicinas, denunciada por asociaciones civiles como Acción Solidaria desde el año 2012, ha propiciado el establecimiento de toda una red paralela que lucra con la necesidad de una población urgida de medicinas que se comercian a precio en divisas, también en redes de farmacia comerciales, aunque solapadamente.

En redes privadas y clandestinas la ampolla de insulina marca Apidra en su presentación de 3 mililitros se comercializa en aproximadamente 12 dólares, o 620.000 bolívares de acuerdo con la media del cambio de la primera semana de noviembre. Carlos requiere una diaria, pues el efecto regulador de esta hormona sintética le dura alrededor de 15 horas.

La caja de cinco ampollas de 3 mililitros de la marca Novorapip flexpen se consigue a un costo de 3.075.000 de bolívares en algunas farmacias, precio que varía al ritmo de la devaluación del bolívar. Para un mes se tendrían que pagar 18.450.000 bolívares, a los que hay que sumar los precios de las bandas medidoras de glucosa, que la mayoría de pacientes con diabetes tipo 1 deben emplear antes de aplicarse la insulina, para medir los niveles de azúcar en la sangre y que se venden en hasta 30 dólares el paquete de 50 unidades. 

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La importación y manejo de la insulina es un asunto delicado. Para la conservación de la medicina debe respetarse una rigurosa cadena de frío, que la madre, añade, justifica los altos precios que tiene en un país donde el salario mínimo equivale a poco más de 10 dólares a tasa oficial.

«Uno termina pagando todas las alcabalas por las que la insulina pasó. Todos los funcionarios que cobraron para no retener el producto, además de su costo real y lo que cuesta traer las cosas a Venezuela», lamentó Casanova. 

Emigración salvavidas 

«Yo tengo que tomar Losartán, hidrocohidroclorotiazida, glibenclamida y Glucofage diariamente. Todos los meses trato de conseguir algunas de las medicinas en las farmacias del gobierno para ahorrarme algo, pero la mayoría de las veces termino comprando por mi cuenta, gracias a que mis hijos que están afuera me ayudan», contó Yaiza Fuentes, diagnosticada hace 10 años con diabetes tipo 2.

Fuentes reveló que su gasto mensual oscila entre los 250 y 300 dólares, pues como complicación de la diabetes desarrolló hipertensión arterial. La limitada oferta en distribuidores del gobierno y expendios privados la empujaron desde hace dos años al llamado mercado negro en el que el Glucofage, nombre comercial del fármaco metformin, es ofertado hasta en 250 dólares, a través de redes sociales y páginas web como Mercado Libre. El resto lo consigue en expendios comerciales por una suma equivalente a 20 dólares o al cambio en bolívares. 

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La paciente diabética, madre de tres jóvenes todos residentes en Perú desde hace dos años, confesó que, aunque la escasez no es tan aguda y generalizada como al principio de la crisis, los altos costos harían imposible la consecución del tratamiento si sus hijos no fuesen emigrado. 

«Cada uno me envía lo que puede y con eso me ha bastado. Me he tenido que acostumbrar, como todos, a eso del cambio de moneda, a buscar por los caminos verdes, a negociar y regatear con los vendedores. Todo se consigue, aunque a un precio más alto que el dinero», aseveró.

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