Asesinos notables es una versión libre de un cuento japonés en clave criolla, que está dirigida por el actor Marcos Moreno, quien tras una trayectoria de 48 años de vida artística, ahora agranda su espectro al debutar en la dirección de cine.
Se puede afirmar que es el quinto intérprete venezolano en pasarse al campo de la dirección, siguiendo los pasos Miguel Ferrari y Carlos Daniel Alvarado, aqdemás de María Alejandra Martin y Albi de Abreu, quienes han incursionados en la realización de cortometrajes.
Marcos Moreno es conocido gracias a sus diferentes participaciones en el ramo de las telenovelas, muy especialmente por Mi gorda bella, de Radio Caracas Televisión, y su gran trayectoria teatral, habiendo participado recientemente en el remontaje de la comedia navideña, Laponia y con anterioridad, el publico caraqueño le aplaudió en la presentación de la pieza Esperando al italiano, de 2023.
Por lo pronto, estrena su ópera prima, con un resultado altamente recomendable. Lo que originalmente iba ser un proyecto televisivo, gracias a la creatividad de muchos y del mismísimo Marcos Moreno (en unio de Rolando Padilla), se convirtió en una cinta: Asesinos notables. Tieneel apoyo de cinco casas productoras —Toma Única, Marcos Moreno Producciones, Avakian Studios, Xenon Films y RPR Producciones— y del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).
Marcos Moreno se rodeó de un gran equipo, tanto detrás y delante de cámaras, lo que facilitó el trabajo del debutante realizador.

En el elenco están las reconocidas Rosario Prieto y Beatriz Vázquez (en roles secundarios, pero con presencia dramática sobresaliente), con ellas coestelerizan Carlos Cruz, Aroldo Bentacourt, Eloísa Maturén, Cesar Bencid y Leónidas Urbina, aportando fuerza y matices a una trama de palabras y de hechos, que suma intensidad y profundidad dramática.
Un poco de Asesinos notables
La trama se centra en una investigación policial, que se va desarrollando a medida que transcurren los interrogatorios a testigos y allegados a la víctima, buscándose las pistas necesarias para conocer el motivo del crimen y dar con el o los culpables.
Cada declaración resulta ser muy personal, en total son seis los interrogados, cuyos testimonios ayudan a que la escena del crimen sea la trama central de la película (con Aroldo Bentacourt el frente), lo que habilidosamente se entrelaza vistosamente y teatralmente con un espacio dentro de una institución policial, donde un jefe y dos subalternos inician su trabajo, el darle celeridad a los interrogatorios, o sea a tres testigos, dos allegados a la víctima, un sospechoso de alta peligrosidad y de repente se suma una médium, siendo la séptima persona en declarar.
En el rol del jefe del comando está Carlos Cruz, secundado por Cesar Bencid.
Los allegados de la occiso están interpretados por Eloísa Maturen y Beatriz Vazquez (esposa y suegra, del asesinado).
La gran Rosario Prieto asume a la médium (un rol que recuerda al de Whoopie Goldberg, visto en Ghost, la sombra del amor).
Aroldo Betancourt es la víctima, un hombre de campo que lamentablemente encontrará la muerte de una manera violenta, en un parque y a altas horas de la noche.

Un temible criminal es interrogado. Es un ser algo desquiciado y patéticamente un enfermo sexual; a quien se ve involucrado en el crimen, por estar conduciendo la camioneta del difunto. Detalle este, y por su extenso prontuario delictivo, que le convierte en sospechoso y por qué no, en el autor material del crimen, cuyo papel lo lleva adelante Leonidas Urbina.
Completan la escena los tres testigos a ser interrogados (dos están ligados al parque).
En fin, cada relato viene siendo una interpretación del crimen, queriéndose afirmar como pudo haber sido y como fue, con tintes de verdades, cuentos exagerados o de mentiras.
Un film repleto de muchas palabras, que proporcionan cierta visibilidad de lo que pudo haber pasado, o quizás no, lo seguro, seguro, es que ha aparecido un muerto.
¿Qué ocurre cuando la verdad se fragmenta en versiones contradictorias? En ello, las palabras abren grietas en la realidad, en fin, la verdad se vuelve esquiva o se tergiversa abiertamente por tantas versiones ofrecidas por los citados en la indagatoria del caso.
¿Quién miente?, ¿quién manipula?, ¿quién estuvo en la escena del crimen, al momento de producirse?, ¿qué pueden aportar los testigos?, ¿qué descubrieron en el cadáver?, ¿creer o no creer en la versión del muerto, desde el más allá? A larga todos en el comando policial se preguntan: ¿quién lo mató?
Realmente importa conseguir que alguien se declare asesino confeso, y cerrado el caso.
Un paréntesis con Marcos Moreno: lo fácil y lo difícil
Moreno contestó preguntas y tuvo un encuentro con el público y periodistas en una función para la prensa en una sala comercial en Caracas.
—Yo he tenido la fortuna de trabajar bastante, y en todo momento he observado el trabajo del director, lo que me llevo a aprender de ellos. Muchos de ellos han sido mis maestros, porque he hecho películas y con realizadores notables, de verdad que sí. Comencé a desenvolverme en el medio artístico desde mediados de los años setenta, exactamente en 1976/1977, lo primero fue tener un gran nexo con el medio del cine, porque ejercí el cargo de auxiliar y jefe de producción, también fui asistente de dirección y también me toco estar en el departamento de edición y montaje, esto último me hizo conocer el sistema del moviola, cortando y pegando para formar los rollos de 35 milímetros. Y por supuesto, actuar, ser actor, lo que quería. En todo ese tiempo ha aprendí a desenvolverme en el oficio cinematográfico, y es ahora, cuando decido debutar en el campo de la dirección, con un guion propio; porque deseo empezar a contar las historias que me interesan.
—Para mí lo más fácil fue que esta experiencia realmente me resultó enriquecedora, algo que espero poder seguir desarrollando. Como cineasta, te pudo decir que la dirección de cine es sumamente retador, porque tiene que contar a través de un cuadro y componer ese cuadro, colocar luz en su sitio, ver que el sonido sea perfecto y además, tener claro como son los tiempos de ver donde comienza un plano y donde termina el plano, donde cortas, por eso te digo que es realmente retador, el poder rodar y crear un discurso distinto al teatro, porque yo he dirigido piezas de teatro, ejemplo de ello, “Mientras te olvido” bajo la producción de Rolando Padilla y texto de Andrés Correa.
—Lo mas difícil de Asesinos notables es que la preproducción fue realmente larga, originalmente se tenia la idea de hacer cine para televisión y de propiciar trabajo a un medio. Con el transcurrir del tiempo, esta idea se transformo en un largo. Como saben, en algún momento la televisión fue una fuente de ingreso como otra fuente de personajes, yo tuve la suerte de sacar varios adelante, en proyectos muy vistos por los televidentes, dentro y fuera de Venezuela. Me explico, mi idea original era realizar un seriado de relatos, y mi primer impulso fue escribir, por ello me inspiré en el cuento En el bosque, del escritor japonés Ryunosuke Akutagawa. Esto me llevó a recordar que ya había visto algo parecido, buscando y recordando, claro lo vi en el film Rashomon, de Akira Kurosawa. Es entonces cuando decido realizar mi propia adaptación, dándole vida una ciudad imaginaria y de comienzos del Siglo XX. Vengo trabajando en esto desde 2016, hasta el punto de haberse grabado un primer capitulo, pero su comercialización fue difícil.

—Mi opera prima es un thriller que busca a través de los interrogatorios policiales, a testigos y sospechosos, de poder llegar al fondo del porque se sucedió un crimen, conocer mas de la victima y dar con el o los culpables. Aunque dentro de esta narrativa, desee jugar un poco con esa temática que va entre la verdad y la mentira. La mentira está en todas partes, todos mentimos en algún momento de la vida, como dice una de las frases de la película: ‘La mentira siempre viaja escondida al lado de la verdad’.
En un tono más personal Marcos Moreno, comenta:
—El actor es actor, cuando toca estar en un escenario teatral. es genial todo, porque se esta en una constante búsqueda sensorial, porque la gente se cree que uno se repite todos los días, pero no lo es, ya que es ir todos los días a dramatizar un personaje, es adquirir y darle amplitud a ese sentido actoral sobre lo que se viene actuando, comenzándose a experimentar cosas, porque el teatro es lo novedoso, porque cada función es diferente a la ayer y de mañana, aunque sea siempre el mismo texto, además, no se puede subestimar la repetición, porque eso te conduce a algo que un actor entiende. Yo lo veo como esa búsqueda de la perfección y de la mejora intelectual, es algo complejo, lo que no pasa ni en televisión ni en cine, porque se interpreta una sola vez y los parlamentos van variando con el día a día, conste se puede repetir claro, si algo sale mal en iluminación, sonido o por desenfocarse la imagen o error al enunciar el texto, etc.