Demandas laborales aumentaron en los últimos tres años

En los últimos 3 años aumentaron demandas laborales por despidos injustificados y mal cálculo de liquidaciones
(Foto: Archivo / Cortesía)

Las colas en la oficina de la Inspectoría del Trabajo, ubicada en Tienda Honda, al centro de Caracas, empiezan desde las 6:00 a.m. aunque la atención al público inicie dos horas después. Cada día se registran colas con decenas de personas que buscan ampararse con demandas laborales ante despidos injustificados, solicitantes de cálculos de liquidaciones y prestaciones o problemas con el pago de salarios.

La devaluación del bolívar, el pago de bonos afectado por la escasez de divisas y la continua inamovilidad laboral vía decreto han perjudicado las relaciones entre empleados y patronos, especialmente en el sector privado.

La administración pública también arrastra denuncias laborales, concentradas en el último año por el Ministerio de Educación debido a la suspensión de salarios al personal docente y administrativo.

El abogado Simón Jurado-Blanco, especialista en derecho laboral y socio del escritorio jurídico Jurado-Blanco y Aguirre, señaló que en los últimos tres años han aumentado las demandas laborales en las Inspectorías del Trabajo hacia empresas privadas, especialmente por despidos injustificados y mal cálculo de liquidaciones y prestaciones, esto último debido a la entrega de bonos como «complemento» del salario.

Casos de denuncias laborales

Ese es el caso de José Oropeza*, quien trabajaba desde hace dos años en el área de producción de una importante empresa dedicada a la charcutería cuando fue despedido de forma injustificada e inicio su camino de denuncias laborales.

«Me llamaron de Recursos Humanos y me dijeron que ya no necesitaban de mis servicios, que me notaban incómodo y por eso me dejaban ir. Yo les respondí que no estaba renunciando, pero solo me dijeron que me iban a traer los cálculos de lo que me tocaba».

José dijo que ganaba casi 630 dólares por laborar en turno nocturno durante 60 horas semanales con días libres «casi inexistentes». Su salario base era de 130 bolívares, el mínimo establecido desde hace tres años por el Ejecutivo. Además, recibía 150 dólares en efectivo y el resto era depositado como «bono mensual» en bolívares.

El cálculo por liquidación y prestaciones que hizo Recursos Humanos fue en base a los 130 bolívares. «Imagínate, yo reclamé que esas cuentas no cuadraban y no firmé ningún papel, porque al firmar estaba renunciando a todos mis derechos. Yo pregunté si era un despido injustificado y me respondieron ‘tómalo como tú quieras’».

Según los cálculos de Oropeza, la empresa incumplió acuerdos laborales ya que debería cancelarle dos 562 dólares solo en prestaciones sociales, además de mil 500 dólares por concepto de utilidades, vacaciones y fideicomiso. Nunca recibió un recibo de pago, comenta, «pero yo tengo pruebas porque grababa al momento de recibir el bono en divisas. También tengo el registro de la aplicación que usan para el pago en bolívares».

En la Inspectoría del Trabajo solicitó un amparo y se envió una notificación para conciliar con la empresa. «Vamos a ver que sale de ahí. Si no me muevo ahorita, ¿cuándo sale esto?», dice José, quien es sostén de su hogar, tiene una niña de un año y siete meses y otra recién nacida.

El joven también conoce otros casos de despidos injustificados dentro de la empresa. «A un señor que llevaba años trabajando le deben alrededor de 20 mil dólares, pero eso no ha avanzado».

El proceso en tribunales e inspectorías

El abogado Simón Jurado-Blanco señaló que en tribunales laborales se debe probar esos ingresos extra a los trabajadores, ya sea con comprobantes de pago o transferencias, para que el reclamo pueda prosperar en base al dinero devengado realmente por el trabajador.

Explicó que las demandas laborales ante tribunales primero pasan por una fase de mediación, que puede durar hasta cuatro meses, y donde se busca conciliar entre el trabajador y la empresa. Ese proceso lo llevan los Tribunales de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo.

En base a su experiencia, Jurado-Blanco dice que se ha perdido un poco el respeto hacia esa primera fase porque no es obligante para las empresas llegar a una negociación. «Sabemos que hay una devaluación importante de la moneda y a veces el tiempo corre en contra del trabajador. Incluso se puede usar como una medida para que el trabajador baje sus expectativas alargando el juicio, pero los medios de resolución alternos han sido eficaces para que las partes se conozcan, vean las pruebas y se esté en conocimiento del verdadero riesgo de mantener la demanda».

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