00″La humanidad, esta es la madre de todas las bromas”.

Milan Kundera.   

El recién culminado mes de enero, da cuenta de una realidad importante que implica tanto a la institucionalidad como a la economía, el grado de desmedro de las instituciones democráticas redunda en la permanencia de esta sostenida Emergencia Humanitaria, ahora bien este régimen se sostiene de la antifragilidad y el desorden y lo menos que le importa es insuflar bienestar a la comunidad, de allí que la posibilidad de reaplicar las sanciones le vendría como anillo al dedo, pues les permitiría a quienes hoy se apoltronan en le poder visibilizar al enemigo externo y encontrar una víctima también receptora de toda la furia devenida política de Estado.

Las condiciones de pobreza son innegables, no se puede hablar de bienestar usando los indicadores presentados por el PNUD, entre ellos la línea de la pobreza, pues las dificultades para alimentarse, la calidad del empleo, la destrucción del salario y la continua inflación, dan cuenta de un panorama cada vez más complejo para el ciudadano, la política de contención inflacionaria se fundamenta en la represión del salario del sector público, un aumento de la base monetaria en 12,17% y 436 millones adjudicados a la banca, pero este ajuste de una inflación intermensual de 1,7%, se fundamenta en la calamitosa situación de indignidad salarial de los empleados de la administración pública, aún la cifra de inflación según el BCV es de 107,5%, con una evidente parálisis del aparato productivo.

La conducta del dólar obedece a un exceso de demanda y a la necesidad por pagar el Impuesto sobre la Renta, que aumenta la oferta del sector privado para honrar estos compromisos tributarios, sobre todo en materia fiscal, Nicolás Maduro anunció la eliminación de las exoneraciones sobre cualquier impuesto pues el Estado, necesita dinero, para seguir manteniendo los desvíos de la corrupción, la rendición tardía de cuentas y perpetuarse en el poder haciendo del erario un botín personal.

Las recomendaciones es intentar ajustarse a un estricto presupuesto  familiar, intentar ahorrar en activos fuertes, mantener un fondo previsional mínimo para la atención en salud y generar fuentes de ingreso alterno, ante el desmedro político institucional, solo nos queda observar como  cada día se hace más regresiva, la situación de la calidad de la democracia y las instituciones, este año es en exceso complejo, pues estamos en frente de un ciclo electoral, que no produciría aumentos en gastos públicos, sino sobrevivencia y represión, la posibilidad de que las oleadas de inmigración aumenten en 2024, son una sentida preocupación para los analistas independientes de este país y la misma, generaría consecuencias importantes en la ya muy afectada situación demográfica nacional, aumentando los cuadros de hogares habitados por personas de la tercera edad, quienes dependen de menguadas remesas y constituyen la capa más desfavorecida y vulnerable de la república.

En fin el equilibrio  de la inflación subyace en la contracción del salario de la administración pública, aplicar un torniquete sobre la base monetaria , produce consecuencias sobre la demanda y el consumo, sostienen a la pobreza, pero permiten morigerar la situación económica real, se recurre a la reedición del control del Estado, a la “absoluta capacidad para establecer medios de influir en la conducta de los terceros” (Weber, 1997) y además se recurre a los dispositivos de la vigilancia extrema, “ la vigilancia como  dispositivo de control fomenta la interacción con fricciones entre subordinados y subordinadores” (Foucault, 1991), en fin en medio del circo, se sigue manteniendo la emergencia humanitaria compleja y el horror como mecanismo de compelir la posibilidad de una salida política y concertada de la horrísona situación que vive el país, al régimen insisto le conviene la miseria, la entropía y el caos, pues esta es la única manera de sostenerse en el poder.

Referencias:

Foucault, M. (1991). Arquelogia del saber. México: Siglo XXI.

Weber, M. (1997). Economía y Sociedad. Santafé de Bogotá: FCE.

 

X @carlosnanezr

IG @nanezc




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