Pedro Tellechea, ministro del Poder Popular para el Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), aseguró que los derrames de hidrocarburos en el lago de Maracaibo no se descomponen y que el grado de contaminación corresponde a una «cuestión visual». Esto es falso.
Tellechea hizo esta afirmación, el pasado 10 de agosto, durante la instalación del Estado Mayor de Hidrocarburos en Maracaibo, estado Zulia. En este evento, el ministro dijo que la cantidad de derrames petroleros en la región es “casi cero“.
Sin embargo, esta cifra contrasta con la que reportan organizaciones como el Observatorio de Derechos Humanos Ambientales —Clima 21— que registró 44 derrames entre enero y junio de este año, de los cuales 23 corresponden solo al estado Zulia.
«Pero es importante que la gente sepa que ya estamos haciendo los trabajos pertinentes para que eso deje de existir, porque también es un daño al sistema de Ecosocialismo; así que estamos adquiriendo los equipos especializados para atender la fauna y que no tenga ningún tipo de afectación», añadió el presidente de Pdvsa.
La Unidad de Verificación de Datos y Fact-checking de Efecto Cocuyo consultó con expertos en el ámbito ambiental para conocer la situación real del lago de Maracaibo, su grado de contaminación y la veracidad de la declaración de Tellechea.
Posición de las organizaciones ambientales
El Observatorio de Venezolano de Derechos Humanos Ambientales —Clima 21— emitió un comunicado en el que contrasta las declaraciones de Tellechea con su registro de derrames de hidrocarburos en el país, datos que se han obtenido de reportes de medios de comunicación, redes sociales y testimonios de especialistas, organizaciones de la sociedad civil y personas en las zonas afectadas.
«Para nosotros es claro que nuestro registro es una subestimación de la realidad, ya que la mayor parte de los derrames que ocurren en el país no son reportados por medios de comunicación u otras fuentes», dice la organización en su página web. El equipo de Clima 21 también afirma que Pdvsa no ha actualizado el registro de estos eventos desde 2016, año en que reportó 8.250 derrames petroleros.
Tellechea dijo en su declaración que han invertido 200 millones de dólares para la reparación de 547 kilómetros de tuberías en el lago de Maracaibo. Para Clima 21 esto es positivo; en su comunicado aseguran que existen investigaciones y denuncias que señalan el deterioro de las instalaciones petroleras en el lago.
«Esta realidad no se corrige de manera sencilla, ni mucho menos sin una acción continuada que puede llevar años, acompañados de un trabajo técnico profesional y un financiamiento importante», explica la organización.
Repercusiones legales y socioambientales
Clima 21 afirma que en la legislación venezolana los derrames petroleros pueden considerarse como delitos ambientales. Tener un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y también está contemplado en el artículo 127 de la Constitución nacional.
La organización insiste en que es obligación de los órganos judiciales investigar los posibles responsables de estos eventos y que las empresas deben hacerse responsables, realizar acciones de prevención y reparar las poblaciones afectadas.
“Los derrames petroleros son una arista importante dentro de la compleja situación de emergencia ambiental que afecta no solo al lago de Maracaibo, sino a toda su cuenca, con graves repercusiones sobre su población”, asevera Clima 21.
Los derrames de hidrocarburos no solo comprometen la calidad de las masas de agua, sino también los recursos naturales, la diversidad de los ecosistemas, la salud de las comunidades y la actividad económica de las zonas afectadas, como lo dice un comunicado de las Academias de Ciencias Físicas, Matemáticas, Naturales y de Ingeniería de 2020. Efectos que, de acuerdo con Clima 21, no son menores ni solamente visuales.
En conclusión, es falso que los derrames petroleros no se descomponen en el lago de Maracaibo y que solo se trata de una «cuestión visual». De acuerdo con organizaciones ambientales venezolanas, estos eventos generan consecuencias legales y socioambientales serias que perdujican a los ecosistemas, las poblaciones aledañas y sus actividades económicas.
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