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El arcoíris marcha con orgullo en Caracas  (crónica)

LA HUMANIDAD · 2 JULIO, 2023 19:53

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Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo


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QUÉ CHÉVERE
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QUÉ INDIGNANTE
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QUÉ CHIMBO

El beso entre Carlos y Rodrígo despertó la euforia de las personas a su alrededor. Minutos antes, una mujer emocionada había pedido a dos parejas del mismo sexo que hicieran una demostración de amor y valentía a pocos metros de la Plaza Juan Pablo II de Chacao, al este de la capital.

Ellos, sin titubear, subieron a la parte de atrás del camión decorado con arcoiris para representar la expresión de amor más común de cualquier pareja en el mundo, sin miedo a represalias. La multitud enloqueció, y ellos dejaron marcado un momento que, para miles de asistentes, podría ser la primera vez que ven ese acto en público sin ser criminalizado

El fervor con el que se celebró aquel beso, para una parte de la población venezolana, tal vez sería exagerado, especialmente para aquellos que no entienden que en el mundo de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer), ese acto cotidiano en público puede generar la agresión de una persona homofóbica. Pero hoy, 2 de julio de 2023, esa pareja lo hizo, y para los bullies: «la queso» (en referencia a «la que soporte», una expresión coloquial que indica que alguien perdió o fue derrotado en una situación).

Caracas es una ciudad de protestas, luchas y desigualdades. Pero este domingo 2 de julio, una comunidad reunió a miles de sus millones de ciudadanos para marchar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, en Plaza Venezuela, y exigir el respeto a sus derechos humanos.

Asimismo, manifestaron en favor de la visibilización y el respeto a las mujeres y hombres transexuales, cuyos derechos aún son violentados por el Estado, pese a que las leyes venezolanas les permiten el cambio de identidad de acuerdo a su género, aunque todavía no se materializa en la práctica.

Desde las 8:00 am, la comunidad comenzó a sumarse poco a poco en los alrededores del Parque Miranda, al este de la ciudad. La convocatoria apuntaba a que a las 9 de la mañana comenzaría la movilización, pero fue justo a esa hora cuando comenzaron a llegar, de forma masiva, en transportes públicos, vehículos particulares, bicicletas y motos, para caminar los casi 8 kilómetros de la movilización.

De los tonos grises y verdes que decoran la estación de metro Miranda, nació un arcoiris, pese a que la lluvia acechaba desde la mañana de este domingo. ue una lluvia de colores que comenzó a resaltar en cada esquina. Estaban en las banderas, en el maquillaje y en diversas prendas de vestir, que destacaban unas más que otras. Con orgullo, los ciudadanos las lucieron en los kilómetros de pasarelas de asfalto. Cada momento fue capturado, no solo por los fotógrafos y periodistas, sino también por los propios asistentes.

“¿Será que se llenará la marcha como el año pasado? Ay no, yo recuerdo que a las 10 de la mañana ya había una multitud”, dijo una de las asistentes a su grupo de amigas, cuya preocupación se centraba en que quizás una pobre afluencia en la movilización, no podría trasmitir el mensaje de la lucha de la comunidad.

Pero no fue el caso. Para las 12 del mediodía la avenida Francisco de Miranda, a la altura de Parque Cristal, estaba desbordada de color, brillo, alegría y de una comunidad que se concentró con el propósito de exigir respeto, inclusión, derechos y libertad. 

Por los parlantes las y los animadores gritaban tajantemente consignas contra toda forma de discriminación y fobias hacia la comunidad, que muchos de los antiLgbtiq+ profesan, especialmente en las redes sociales. 

La música mantenía a los manifestantes vehementes. Al ritmo de Madonna, Lady Gaga, Gloria Trevi, Taylor Swift  y otras celebridades, que apoyan abiertamente a la comunidad, sonaban coros al unísono y, aunque la mayoría no se conocían, el ambiente era de empatía y tolerancia. Estaban en casa.  

Las Drag Queens eran las protagonistas del evento, con sus trajes extravagantes, maquillajes exuberantes y sus movimientos sensuales, pero también con un mensaje claro de igualdad y respeto a la diversidad. Ellas encabezaron la marcha, y fueron recibidas con aplausos y gritos de admiración por parte de la multitud.

La marcha continuó hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, donde se leyó un manifiesto en el que se exigían medidas concretas para garantizar los derechos de la comunidad LGBTIQ+, como la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, la creación de programas de educación y sensibilización para combatir la discriminación, y la inclusión de los derechos de las personas trans en la Ley Contra la Discriminación.

Basta de odio

Son miles de comentarios de odio los que se ven reflejados en las redes sociales contra quienes libremente expresan sus preferencias sexuales e identidades de género.

Durante los primeros cuatro meses de 2023, el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, registró 20 casos de discursos de odio, una cifra que casi alcanza la estadísticas del año pasado, donde se contabilizaron 22 casos. 

En ocasiones estos discursos de odio son pronunciados y difundidos por los propios funcionarios del Gobierno o figuras ligadas al Estado

Karen sabe que esto es una realidad. Parada con una pancarta, desde la plaza Altamira, mostró su mensaje para Venezuela: a tu chalequeo le respondemos con orgullo. Y es que algunos de los transeúntes que paseaban por los alrededores de la obra, se reían o simplemente criticaban la acción de protesta. Pero, muchos más aplaudían la valentía de los manifestantes. 

“A mi manera de ver las cosas, hay dos motivos para venir: vengo a modo de protesta por nuestros derechos, ya que estamos en desventajas considerables comparándolo con cualquier persona. En segundo lugar, vengo por hacer comunidad para celebrar. Hay que estar orgulloso de lo que somos, para que las demás personas sepan que si se pueda”, exclamó Sara Pérez, mientras ondeaba una bandera que representa a la comunidad trans. 

Mi primera marcha

Ver a Verónica era tener una inyección de energía y adrenalina. Su sonrisa contagió a la gente a su alrededor. Tenía la cara pintada con un bigote junto a una barba de candado. Vestía pantalones cargos, guantes que simulaban el terciopelo, y una camisa negra manga larga, ajustada. Debido a problemas con sus familiares, no había podido asistir antes a las concentraciones del Orgullo Lgbtiq+. Esta fue su primera de muchas marchas. 

Cuando Verónica salió del closet, sentía que era la única. Para ella, en Venezuela, parecía que la comunidad estaba escondida. Pero, su percepción cambió por completo este domingo cuando vio a miles de manifestantes en parque del Este. Descubrió que “somos una comunidad mucho más grande pero estamos sin visibilidad”.

Estefani Lara y su grupo de amigas se trasladaron desde Cúa, estado Miranda, a Caracas, para manifestar por sus derechos y, aunque tiene claro que la comunidad en el país es extensa, marchó porque siempre hay que recordarlo

Fue un día de muchas primeras veces, incluso para la ciudad de Caracas. Fue la primera manifestación multitudinaria de este año, en llegar a un poder público sin ser reprimida. Para muchos jóvenes y adolescentes, sería el inició de una tradición anual. 

Para algunos adultos mayores fue la oportunidad de abrazar y apoyar a la generación de relevo de la comunidad, luego de pavimentar un camino lleno de odio, discriminación y obstáculos. 

Para un periodista, también fue la primera vez después de años de cubrir manifestaciones políticas y sociales. Y recordará, durante sus venideros años de ejercicio, que un domingo 2 de julio de 2023, el beso de Carlos y Rodrigo significó mucho más que una expresión de valentía: fue un símbolo de libertad.

LA HUMANIDAD · 2 JULIO, 2023

El arcoíris marcha con orgullo en Caracas  (crónica)

Texto por Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo

El beso entre Carlos y Rodrígo despertó la euforia de las personas a su alrededor. Minutos antes, una mujer emocionada había pedido a dos parejas del mismo sexo que hicieran una demostración de amor y valentía a pocos metros de la Plaza Juan Pablo II de Chacao, al este de la capital.

Ellos, sin titubear, subieron a la parte de atrás del camión decorado con arcoiris para representar la expresión de amor más común de cualquier pareja en el mundo, sin miedo a represalias. La multitud enloqueció, y ellos dejaron marcado un momento que, para miles de asistentes, podría ser la primera vez que ven ese acto en público sin ser criminalizado

El fervor con el que se celebró aquel beso, para una parte de la población venezolana, tal vez sería exagerado, especialmente para aquellos que no entienden que en el mundo de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer), ese acto cotidiano en público puede generar la agresión de una persona homofóbica. Pero hoy, 2 de julio de 2023, esa pareja lo hizo, y para los bullies: «la queso» (en referencia a «la que soporte», una expresión coloquial que indica que alguien perdió o fue derrotado en una situación).

Caracas es una ciudad de protestas, luchas y desigualdades. Pero este domingo 2 de julio, una comunidad reunió a miles de sus millones de ciudadanos para marchar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, en Plaza Venezuela, y exigir el respeto a sus derechos humanos.

Asimismo, manifestaron en favor de la visibilización y el respeto a las mujeres y hombres transexuales, cuyos derechos aún son violentados por el Estado, pese a que las leyes venezolanas les permiten el cambio de identidad de acuerdo a su género, aunque todavía no se materializa en la práctica.

Desde las 8:00 am, la comunidad comenzó a sumarse poco a poco en los alrededores del Parque Miranda, al este de la ciudad. La convocatoria apuntaba a que a las 9 de la mañana comenzaría la movilización, pero fue justo a esa hora cuando comenzaron a llegar, de forma masiva, en transportes públicos, vehículos particulares, bicicletas y motos, para caminar los casi 8 kilómetros de la movilización.

De los tonos grises y verdes que decoran la estación de metro Miranda, nació un arcoiris, pese a que la lluvia acechaba desde la mañana de este domingo. ue una lluvia de colores que comenzó a resaltar en cada esquina. Estaban en las banderas, en el maquillaje y en diversas prendas de vestir, que destacaban unas más que otras. Con orgullo, los ciudadanos las lucieron en los kilómetros de pasarelas de asfalto. Cada momento fue capturado, no solo por los fotógrafos y periodistas, sino también por los propios asistentes.

“¿Será que se llenará la marcha como el año pasado? Ay no, yo recuerdo que a las 10 de la mañana ya había una multitud”, dijo una de las asistentes a su grupo de amigas, cuya preocupación se centraba en que quizás una pobre afluencia en la movilización, no podría trasmitir el mensaje de la lucha de la comunidad.

Pero no fue el caso. Para las 12 del mediodía la avenida Francisco de Miranda, a la altura de Parque Cristal, estaba desbordada de color, brillo, alegría y de una comunidad que se concentró con el propósito de exigir respeto, inclusión, derechos y libertad. 

Por los parlantes las y los animadores gritaban tajantemente consignas contra toda forma de discriminación y fobias hacia la comunidad, que muchos de los antiLgbtiq+ profesan, especialmente en las redes sociales. 

La música mantenía a los manifestantes vehementes. Al ritmo de Madonna, Lady Gaga, Gloria Trevi, Taylor Swift  y otras celebridades, que apoyan abiertamente a la comunidad, sonaban coros al unísono y, aunque la mayoría no se conocían, el ambiente era de empatía y tolerancia. Estaban en casa.  

Las Drag Queens eran las protagonistas del evento, con sus trajes extravagantes, maquillajes exuberantes y sus movimientos sensuales, pero también con un mensaje claro de igualdad y respeto a la diversidad. Ellas encabezaron la marcha, y fueron recibidas con aplausos y gritos de admiración por parte de la multitud.

La marcha continuó hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, donde se leyó un manifiesto en el que se exigían medidas concretas para garantizar los derechos de la comunidad LGBTIQ+, como la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, la creación de programas de educación y sensibilización para combatir la discriminación, y la inclusión de los derechos de las personas trans en la Ley Contra la Discriminación.

Basta de odio

Son miles de comentarios de odio los que se ven reflejados en las redes sociales contra quienes libremente expresan sus preferencias sexuales e identidades de género.

Durante los primeros cuatro meses de 2023, el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, registró 20 casos de discursos de odio, una cifra que casi alcanza la estadísticas del año pasado, donde se contabilizaron 22 casos. 

En ocasiones estos discursos de odio son pronunciados y difundidos por los propios funcionarios del Gobierno o figuras ligadas al Estado

Karen sabe que esto es una realidad. Parada con una pancarta, desde la plaza Altamira, mostró su mensaje para Venezuela: a tu chalequeo le respondemos con orgullo. Y es que algunos de los transeúntes que paseaban por los alrededores de la obra, se reían o simplemente criticaban la acción de protesta. Pero, muchos más aplaudían la valentía de los manifestantes. 

“A mi manera de ver las cosas, hay dos motivos para venir: vengo a modo de protesta por nuestros derechos, ya que estamos en desventajas considerables comparándolo con cualquier persona. En segundo lugar, vengo por hacer comunidad para celebrar. Hay que estar orgulloso de lo que somos, para que las demás personas sepan que si se pueda”, exclamó Sara Pérez, mientras ondeaba una bandera que representa a la comunidad trans. 

Mi primera marcha

Ver a Verónica era tener una inyección de energía y adrenalina. Su sonrisa contagió a la gente a su alrededor. Tenía la cara pintada con un bigote junto a una barba de candado. Vestía pantalones cargos, guantes que simulaban el terciopelo, y una camisa negra manga larga, ajustada. Debido a problemas con sus familiares, no había podido asistir antes a las concentraciones del Orgullo Lgbtiq+. Esta fue su primera de muchas marchas. 

Cuando Verónica salió del closet, sentía que era la única. Para ella, en Venezuela, parecía que la comunidad estaba escondida. Pero, su percepción cambió por completo este domingo cuando vio a miles de manifestantes en parque del Este. Descubrió que “somos una comunidad mucho más grande pero estamos sin visibilidad”.

Estefani Lara y su grupo de amigas se trasladaron desde Cúa, estado Miranda, a Caracas, para manifestar por sus derechos y, aunque tiene claro que la comunidad en el país es extensa, marchó porque siempre hay que recordarlo

Fue un día de muchas primeras veces, incluso para la ciudad de Caracas. Fue la primera manifestación multitudinaria de este año, en llegar a un poder público sin ser reprimida. Para muchos jóvenes y adolescentes, sería el inició de una tradición anual. 

Para algunos adultos mayores fue la oportunidad de abrazar y apoyar a la generación de relevo de la comunidad, luego de pavimentar un camino lleno de odio, discriminación y obstáculos. 

Para un periodista, también fue la primera vez después de años de cubrir manifestaciones políticas y sociales. Y recordará, durante sus venideros años de ejercicio, que un domingo 2 de julio de 2023, el beso de Carlos y Rodrigo significó mucho más que una expresión de valentía: fue un símbolo de libertad.