Los comerciantes afectados por el incendio en el Mercado de los Corotos de Quinta Crespo llevan ya un año y nueve días esperando por respuestas del Estado venezolano. El edificio continúa cerrado y la Alcaldía no ofrece soluciones a los 326 vendedores perjudicados por el siniestro ocurrido el 31 de julio de 2022.
En la avenida Baralt de Caracas, municipio Libertador, los transeúntes caminan apresurados y apenas se detienen para mirar la edificación de cuatro pisos que durante 22 años funcionó como un mercado de variedades, un punto popular en la capital del país.
Este 9 de agosto algunos comerciantes se dirigieron a la Fiscalía para solicitar que atendieran el caso. No obstante, aseguran que sus exigencias son ignoradas y que han tenido que consignar nuevamente copias de los documentos de denuncias, fotos y reportes sobre el inmueble quemado.
“Estamos prácticamente en la misma situación. Seguimos en fase de juicio a nivel del imputado, pero no nos han liberado el espacio. Necesitamos que haya un pronunciamiento acerca de la propiedad, de la habitabilidad. (…) Algunos siguen trabajando en la calle y otros no han podido recuperarse de la pérdida. Seguimos en la misma desesperación”, dijo Emma Martínez, vocera de los vendedores, a Efecto Cocuyo.
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El 3 de agosto de 2022, luego de que los bomberos y funcionarios de la Policía revisaron el edificio, el Ministerio Público imputó a José Manuel Lafuente y lo identificó como presunto responsable del incendio. Se le atribuyeron delitos de incendio intencional agravado, manejo indebido de sustancias peligrosas, daño a la propiedad y hacerse justicia por sí mismo.
Ese mismo mes se llevaron a cabo tres reuniones con personal de la alcaldía de Caracas, sin resultados. Para noviembre del año pasado, los afectados habían organizado tres protestas para solicitar atención del gobierno nacional.
Opacidad en el caso de Quinta Crespo
A finales de 2022, los comerciantes fueron atendidos por la Comisión de Economía y Finanza de la Asamblea Nacional de 2020, donde solicitaron una mesa de trabajo y un informe de la habitabilidad. Para esta fecha, varios de los vendedores laboraban informalmente en una de las aceras frente al edificio.
El 9 de marzo, el Instituto Municipal de Gestión de Riesgos y Administración de Desastres informó a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), que su personal estaba haciendo una inspección a la estructura.
En abril de 2023, voceros del mercado afirmaron que esperaban resultados de un estudio de las condiciones del inmueble, realizado por expertos del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad Central de Venezuela (Imme-UCV) y la alcaldía de Caracas. No obstante, actualmente denuncian opacidad en la información, puesto que aún no les aclaran si pueden volver a entrar a la edificación.
“Recientemente me reuní con la directiva de Caracas Productiva (Corporación de Desarrollo Económico de la alcaldía) y nos dijeron que no tenían documentos de nuestro caso. Tuvimos que consignar copias para demostrar todo lo que habíamos hecho”, apuntó Martínez.
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Vendedores desesperados
Desde el año anterior, algunos comerciantes del Mercado de los Corotos han optado por sentarse en las aceras cercanas al edificio, para intentar vender su mercancía. De acuerdo con Martínez, otros salieron del país con el objetivo de recuperar las pérdidas económicas trabajando en el exterior.
Nora Hernández, de 50 años, llevaba dos décadas comercializando ropa y zapatos en Quinta Crespo. La suya era la única fuente de ingresos de su familia de seis. Su hogar ha permanecido en una grave crisis financiera desde el siniestro. Ahora vende lo que puede en ferias a lo largo de Caracas durante los fines de semana.
“Ha pasado un año y no hay respuesta de nada. Mi mamá es diabética y ahorita estoy buscando ayuda porque la tengo que operar. No es igual 22 años que estuve trabajando en ese sitio y de la noche a la mañana nos dejaron sin nada. Estamos en el aire”, dijo Hernández a Efecto Cocuyo.
Marlene Dos Ramos tenía un pequeño local donde ofrecía variedad de dulces y diversos artículos en la planta baja del Mercado de los Corotos. Lo que ganaba en el lugar era la única forma con la que podía sostener a sus dos hijos de 14 y 10 años.
El más pequeño fue operado del corazón a una edad temprana y necesita atención médica constante, que desde el incendio su madre no ha podido costear.
“He estado trabajando por mi cuenta, rebuscándome. Pero no alcanza. Al niño lo tenía que haber visto un cardiólogo y un pediatra, pero no podemos pagarlos. Necesitamos que nos den respuesta, queremos trabajar”, expresó Dos Ramos.
Martínez aseguró que son 1.500 las personas perjudicadas directa e indirectamente por el incendio y reiteró que seguirán insistiendo hasta que el Estado ofrezca una solución inmediata.