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Al llegar a la calle B de la urbanización La Alameda se siente bastante paz. La zona, ubicada al sureste del Área Metropolitana de Caracas, forma parte de una especie de puente entre el sur y el norte de la capital venezolana.

Por un lado, se observa El Volcán (El Hatillo) y, por el otro, caminando un poco, se ve imponente El Ávila. Los vecinos de la calle B de la urbanización, unas 1.200 personas, se establecieron desde hace decenas de años en este lugar para alejarse del bullicio de la ciudad y tener una vida más tranquila, llena de verdor y del sonido de la naturaleza.

Sin embargo, esta paz y solaz puede estar llegando a su final si se lleva a cabo un proyecto de construcción autorizado por la alcaldía de Baruta, que pone en riesgo 21.000 metros cuadrados de bosque y todo un ecosistema que allí habita. 

La simple idea de una construcción en esta zona verde tiene en vilo a los vecinos. El plan consiste en edificar canchas de pádel, una actividad deportiva que ha tenido cierto auge en algunas ciudades de Venezuela en los últimos meses.

Los vecinos de la calle B de La Alameda recientemente han experimentado un abreboca de lo que pueden vivir en los próximos meses. El pasado martes 18 de julio, sin aviso alguno, maquinaria pesada irrumpió en la urbanización con la idea de comenzar las labores de deforestación y nivelación de la zona boscosa. Para sorpresa de los trabajadores, los vecinos tomaron cartas en el asunto y físicamente obstaculizaron el avance de estos vehículos.

Sin embargo, la consigna es clara y es prácticamente unánime: no se permitirá la construcción y mucho menos la deforestación de ese bosque. 

Irregularidades y opacidad por parte de la alcaldía de Baruta, ¿qué dicen los vecinos de la calle B de La Alameda?

El pasado sábado 22 de julio, vecinos de la calle B de La Alameda tuvieron una asamblea a la que acudió el alcalde de Baruta, Darwin González. El alcalde informó a los habitantes de la zona que el proyecto de construcción contaba con los permisos pertinentes y que, además, no infringía con leyes que pudieran detener su desarrollo. Esto no fue aceptado por las personas, quienes dieron a conocer una serie de irregularidades en este tema.

El 18 de julio se notificó el reinicio de la construcción que fue paralizada desde el pasado 30 de enero. La obra fue detenida entonces porque el abogado Juan Garantón, habitante de esta calle, introdujo un recurso ante la fiscalía con competencia en delitos ambientales. Sin embargo, seis meses después, la obra se reactivó sin avisarle al denunciante que se había emitido un acta de sobreseimiento. El alcalde del municipio presentó el documento ese sábado 22 de julio. 

En dicha asamblea la alcaldía también abonó al terreno de las irregularidades, pues dio a conocer el estudio de impacto ambiental y sociocultural que es necesario para llevar a cabo proyectos como este. Curiosamente, este estudio había sido solicitado hasta el cansancio por los vecinos desde el pasado mes de enero, pero nunca se mostró. El documento tiene fecha de octubre de 2022, otro elemento que genera suspicacia entre los habitantes. El alcalde de Baruta afirmó que “hay que respetar el derecho de propiedad”, pero las personas le hicieron ver que el derecho ambiental es imperativo y que el derecho a la propiedad tiene limitaciones y excepciones. 

Fabiana Garantón es abogada y también es habitante de esta urbanización. Creció en esta zona y es una de las personas que ha estado más involucrada con la difusión de lo que ocurre. Para ella hay varias dudas en torno a lo que está ocurriendo. “En Venezuela hay un nivel de corrupción bastante alto. Decir que tienen un permiso puede ser que le hayan pagado a un funcionario”, explicó la abogada. Garantón también se concentró en el tema ambiental. “Ahí tenemos muchísimos animales. Hay un ecosistema muy bonito que no queremos perder. Mientras todos los países del mundo están haciendo políticas para ser más verde, nosotros que ya lo tenemos lo estamos destrozando”, dijo a Efecto Cocuyo.

Garantón (en el centro) y un grupo de vecinos en la azotea de uno de los edificios con vista al bosque de la calle B

El presidente de la junta de condominio de las residencias La Alameda, Claudio Albarracín fue enfático al decir que “hay muchos vicios en este procedimiento”. El también abogado está plenamente informado del marco legal en la situación. “Nosotros como vecinos de La Alameda estamos apoyados por los vecinos de Colinas de Bello Monte, que también van a tener algún impacto porque esa montaña ya ha sufrido pequeños derrumbes”, resaltó el letrado. Tanto Albarracín como Juan Garantón fueron tajantes al decir que el trabajo legal que están haciendo es totalmente ad honorem y que es en pro de la comunidad en la que viven. 

Los vecinos se han hecho sentir para demostrar su rechazo al proyecto y al accionar de la alcaldía

¿Qué dicen los expertos sobre el proyecto de construcción en la calle B de la Alameda? 

El ingeniero ambientalista Norberto Baussón considera que esta construcción es innecesaria y recuerda que el terreno es una especie de zona de protección para toda el hábitat que tiene alrededor. “Al cortar ese corredor que tienen los animales, esa zona se convertiría en otra cosa”, explicó Baussón a Efecto Cocuyo. La vialidad es otra de las preocupaciones que puede generar este proyecto, pues la calle que conecta la calle B con la entrada del bosque es sumamente angosta. Hay elementos contaminantes como el sonido hasta altas horas de la noche. También habría contaminación lumínica. “Esas instalaciones no son de poca envergadura. Hay que desarrollar losas de concreto. Considero que realmente no vale la pena llevar a cabo este proyecto”, resaltó el ingeniero ambientalista. 

Las lluvias de esta semana generaron movimientos de tierra y hundimientos en la zona

Juan Arevalo es ingeniero hidrometeorológico, profesor y habitante de la calle B de La Alameda. Arevalo es una de las personas que ha hecho énfasis en la importancia que tiene preservar este bosque. “Este terreno es una cuenca de unas dos hectáreas. Su cauce drena hacia la calle y existe una ordenanza sobre riesgo geológico sobre este espacio”, explicó Arevalo a Efecto Cocuyo. Hacer cualquier tipo de movimiento en este lugar podría afectar de forma considerable a la urbanización, pero también a los vecinos de Colinas de Bello Monte.

Uno de los temores de los vecinos es que los terrenos de la zona se vuelvan más inestables

El ingeniero hidrometeorológico destacó que se podría generar una condición inestable al cavar en este terreno. También asegura que este tipo de actividades pueden afectar a la ciudad. “¿Qué sucede cuando tú deforestas un terreno tan denso? Cuando llueve el proceso natural es que una fracción de esa agua se infiltre al suelo, otra parte se retiene gracias a la vegetación y otra parte escurre. Si tú cambias las características del terreno estás eliminando una fracción grande de retención y aumentando el escurrimiento”, dijo Arevalo.

Un posible colapso vial y la molestia para los vecinos

Además de los temas previamente mencionados, los vecinos también están preocupados por la movilidad, el aumento de tráfico de la calle y el ruido que generarían unas canchas deportivas en el bosque. “Acá el aseo pasa y se tiene que parar. Uno tiene que darle paso con el carro. Imagínate ahora con varios carros estacionados ahí, sería imposible. Es una locura”, comentó Elena Aumaitre, ingeniera civil y habitante de la zona. 

El acceso al bosque es sumamente angosto

La idea del proyecto es construir seis canchas de pádel, pero para los vecinos esto carece de sentido. En la zona hay, al menos, dos establecimientos dedicados a este deporte y construir uno más parece ilógico. “Esto es una fiebre. Así como los bodegones, ahora es la fiebre del pádel”, dijo Fabiana Garantón quien afirmó que las personas de su calle no serían las que principalmente acudan este sitio. 

“No se toma en cuenta a la comunidad. No se toma en cuenta la fauna y la flora. El daño que se va a causar a la urbanización”, alegó el presidente de la junta de condominio quien resaltó que los vecinos están unidos para evitar por todas las vías legales que se lleve a cabo el proyecto de construcción. De hecho, el punto 5 de justificación del estudio de impacto ambiental y sociocultural, afirma que el proyecto “cuenta con el beneplácito de la asociación de Vecinos de la Calle B sector La Alameda”, pero esto, evidentemente, es falso. 

El punto 5 del proyecto no tienen ningún tipo de basamento con la realidad