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Las megabandas fortalecen su hegemonía y poder de fuego, sepa el porqué

LA HUMANIDAD · 11 FEBRERO, 2023 12:22

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Efecto Cocuyo | @efectococuyo


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El poderío de fuego de las megabandas delictivas no ha disminuido. Sin titubeos, la noche del pasado 6 de febrero los delincuentes volvieron a hacer recordar que en algunas zonas del país el hampa organizada mantiene el control y no el Estado, por eso no quieren funcionarios policiales o militares en su camino.

La arremetida armada del pasado domingo habría sido planificada por miembros de la megabanda de Carlos Enrique Gómez, alias El Conejo, quien según información extraoficial tendría vínculos con el Tren de Aragua. Los delincuentes enviaron a aproximadamente 100 hombres para atacar a los funcionarios, quienes en nota de voz y radio pedían desesperadamente ayuda y refuerzos, porque el enemigo era superior en número y armas de fuego. 

Los enfrentamientos no dejaron oficiales fallecidos o heridos, a pesar de que hasta este fin de semana funcionarios del Estado no han dado ningún balance del operativo; pero las fotografías filtradas en redes sociales muestran los impactos de balas que recibieron las patrullas, algunas viviendas y negocios. 

Marco Ruiz, quien trabajó como investigador de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ, hoy Cicpc), dirigió policías como las de Higuerote o Vargas y fue inspector de la Policía de Caracas, explica a Efecto Cocuyo cómo una banda delictiva logra tener tanto poder y control sobre una zona.

Ruiz enumera entre las principales razones la ausencia de una buena política de control de armas de fuego por parte del Gobierno. Otro de los factores determinantes en el poderío de fuego de estos grupos delictivos es la corrupción ligada a cuerpos de seguridad civiles y militares al vender armas de fuego a civiles.

Estas organizaciones criminales crecen, además, bajo el amparo de la impunidad, recuerda Ruiz.

Para el expolicía científico, esto se debe a que algunos  “personeros” oficialistas se involucran con este tipo de delincuentes bajo el alegato de que hay que defender “la revolución”. 

Cómo tiene tantos integrantes una banda delictiva

Ruiz explica que el hampa crece desde la infancia y los delincuentes organizados van reclutando niños en las escuelas que son usados para labores de espionaje. Pueden ser informantes, los entrenan y les dan dinero. 

La situación económica del país también influye en que adolescentes busquen alternativas en la delincuencia.

“Cuando desarticulan una banda quedan los menores; ( y) agrega a los adultos mayores que los esconden, bien sea por miedo o dinero. El grave error del gobierno de Chávez fue desarmar las policías municipales y estadales al quitarles las armas largas y los grupos tácticos (comandos); pero insisto que deben abocarse al trabajo de inteligencia y patrullaje”, recomienda. 

“Los delincuentes tenían más armas que la policía”, ataque armado causa pánico en Las Tejerías

 

Miguel Dao, abogado y exdirector de la policía científica, sostiene que algunos niños y adolescentes son captados por estas megabandas contra su voluntad y bajo amenaza de asesinar a sus padres u otros familiares. 

“Hay que recordar el efecto que produce en nuestros menores de edad cuando idealizan al líder delictivo del entorno, donde viven y se desarrollan”, describe el experto en seguridad. 

Dao hace énfasis en la “colectivización del delito”, un término que utiliza para referirse a los distintos factores por los que las comunidades llegan a integrarse o comprometerse con formar parte de las megabandas, en las que quizás participen hijos, familiares y el resto de la población, que por alguna razón terminan siendo cómplices.

Aliados del Tren de Aragua y de la megabanda que operaba en la Cota 905

La megabanda de alias El Conejo funciona como una franquicia del Tren de Aragua en Las Tejerías, advierte Luis Izquiel, abogado, criminólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela. 

“Es una megabanda fuertemente armada, lo demostraron en estos ataques a puestos policiales. Tienen fusiles de alto poder, ametralladoras y granadas y podría estar conformada por más de 100 hombres armados”, dice Izquiel. 

En su opinión, esta megabanda de alias El Conejo se nutrió de miembros de la megabanda de alias El Koki, que operaba en la Cota 905, en Caracas.

“El Koki estaba siendo resguardado por El Conejo; luego fue abatido en un procedimiento en Las Tejerías, (…) pero seguramente no estaba solo en la zona, porque toda la megabanda delictiva migró de la Cota 905 y muy probablemente esos exintegrantes se unieron a la de El Conejo, que ahora es muy poderosa, y lo demostraron la madrugada del domingo”.

Esta teoría también es respaldada por Dao, quien explica que tras el operativo policial y militar Guaicaipuro II,  en febrero del año pasado, en el que murió Carlos Luis Revete, alias El Koki, algunos de los delincuentes de la Cota 905 se habrían integrado a la megabanda de El Conejo para tener mayor poder que los funcionarios policiales.

“Pienso que el tratamiento a estos grupos de delincuentes más que tolerante, ha sido complaciente, lo que conlleva una pérdida de respeto a la autoridad. Vale también comentar que en esta ocasión aprovecharon que los organismos de seguridad se encuentran abocados y desplegados en Caracas y La Guaira, con motivo de la celebración de la Serie del Caribe”, argumenta.

Funcionarios amenazados, anarquía reinante

Antes de producirse el ataque armado contra los funcionarios de seguridad destacados en las comunidades de Las Tejerías, a través de servicios de mensajería instantánea circuló un presunto “comunicado” en el que los delincuentes amenazaban a los ciudadanos que prestaran apoyo a los funcionarios. 

Además, exigieron que estos oficiales no estuviesen en Las Tejerías, una zona que apenas se recupera del deslave ocurrido en octubre de 2022, cuando por lo menos 54 personas murieron y cientos quedaron sin hogares. 

Pueblo de huellas y ambulantes: Las Tejerías a un mes del deslave

Justamente, en Las Tejerías el 6 de febrero de 2022 el Gobierno de Nicolás Maduro desplegó el operativo Guaicaipuro II, donde lograron matar al Koki, uno de los delincuentes más buscados del país y líder de una de las megabandas que operaba en Caracas. Pero de esa operación hubo pocos detalles y se conoció que no desarticularon las bandas que operan en la zona desde hace muchos años. 

Ruiz  indicó que en el estado Aragua, y específicamente en las zonas controladas por la delincuencia organizada se debió aumentar los patrullajes supervisados, en las calles, avenidas, barrios, urbanizaciones. 

“Debieron enviar los cuerpos de seguridad combinados, o sea, policial municipal, estadal, nacional y castrense, el dominio debe ser del Estado con su presencia masiva”, explica. 

Para Dao,  estas amenazas contra los funcionarios denotan la anarquía reinante en esos sectores y la falta de accionar por parte del Estado, para erradicar esos grupos armados que mantienen en zozobra a los habitantes, comerciantes y empresarios de la zona.

“Es tanta la anarquía que sucede con esos grupos irregulares que hacen vida en varias localidades de nuestro país», dice Dao, quien lamenta la falta de voluntad para reducir a estos grupos a su  mínima expresión. «Abogo y defiendo a los pobladores de Las Tejerías”, dice el excomisario.

El cerebro sigue en Tocorón

El Gobierno ha realizado diferentes operativos para acabar con el poderío que tienen estas megabandas en algunas zonas del país. En Caracas con la muerte de El Koki, la administración de Nicolás Maduro pudo recuperar el espacio que había perdido en la Cota 905. 

Pero a pesar de esos operativos la delincuencia sigue haciendo de las suyas y expandiéndose, como es el caso del Tren de Aragua, que se estableció en otros países de América. 

Ruiz considera que las fallas en estos operativos se debe a la falta de coordinación en cuanto a liderazgo y al no dejar hacer el trabajo al componente policial de larga experiencia y capacitación. 

Desde su experiencia policial, para desarticular una megabanda el Gobierno y los funcionarios de seguridad deben dar ejemplo de fuerza de castigo y enviar a los delincuentes a las cárceles con condenas largas.

 Izquiel es de la idea de que algunos de los operativos han sido exitosos, pese a la opacidad y a algunas violaciones de derechos humanos que en ellos se han cometido. En su criterio, el gobierno desaprovechó la oportunidad de acabar o minimizar el poder de acción que ahora tiene la megabanda de El Conejo.

El criminólogo señala que no se sabe por qué se actúa contra unas bandas y contra otras no. 

Pero asegura que para acabar con la banda del Tren de Aragua y la de El Conejo se debe limitar y neutralizar el accionar de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias El Niño Guerrero, quien lidera esta megabanda trasnacional y se encuentra recluido en la cárcel de Tocorón, estado Aragua, desde donde opera. 

“El líder de esa banda está preso en Tocorón; entonces, si aquí hubiese voluntad para acabar con esta megabanda criminal más grande de Venezuela y de mayor internacionalización tendrían que abrir la puerta de Tocorón y neutralizar o limitar el accionar de ese detenido, que desde allí es el cerebro de la expansión nacional e internacional de esa megabanda criminal. Digo neutralizar no en el sentido de matarlo, sino de limitar su accionar, para que no continúe siendo líder activo de una pandilla criminal que hace estragos en las calles de Venezuela y en las calles de varios países latinoamericano”, agrega Izquiel. 

Etapas para acabar con una megabanda 

Para Miguel Dao, un ejemplo de cómo detener el accionar de estas megabandas fueron los operativos llevados a cabo en la Cota 905, pero, a su juicio, se debe permanecer en el tiempo la presencia policial con recursos, tanto para la manutención de los funcionarios policiales como para la labor que van a desplegar y el equipo multidisciplinario que asista a la población, en todas las áreas sociales que incluya salud, cultura, deportes y educación.

El exdirector de la policía científica venezolana enumera en tres etapas las operaciones de envergadura que se requieren para terminar con el poder que tienen las megabandas en algunas zonas del país. 

➡️Primera etapa: se debe realizar durante un tiempo determinado algún trabajo de inteligencia en la zona, con el fin de establecer las amenazas y los focos de perturbación.

➡️Segunda etapa: se debe realizar una especie de intervención quirúrgica, muy precisa, para extirpar, someter y doblegar a todos esos factores y elementos de perturbación y así no afectar al resto de la comunidad.

➡️Tercera etapa: reitera la importancia que tiene la permanencia en el lugar, brindando a tales comunidades apoyo integral.

LA HUMANIDAD · 11 FEBRERO, 2023

Las megabandas fortalecen su hegemonía y poder de fuego, sepa el porqué

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

El poderío de fuego de las megabandas delictivas no ha disminuido. Sin titubeos, la noche del pasado 6 de febrero los delincuentes volvieron a hacer recordar que en algunas zonas del país el hampa organizada mantiene el control y no el Estado, por eso no quieren funcionarios policiales o militares en su camino.

La arremetida armada del pasado domingo habría sido planificada por miembros de la megabanda de Carlos Enrique Gómez, alias El Conejo, quien según información extraoficial tendría vínculos con el Tren de Aragua. Los delincuentes enviaron a aproximadamente 100 hombres para atacar a los funcionarios, quienes en nota de voz y radio pedían desesperadamente ayuda y refuerzos, porque el enemigo era superior en número y armas de fuego. 

Los enfrentamientos no dejaron oficiales fallecidos o heridos, a pesar de que hasta este fin de semana funcionarios del Estado no han dado ningún balance del operativo; pero las fotografías filtradas en redes sociales muestran los impactos de balas que recibieron las patrullas, algunas viviendas y negocios. 

Marco Ruiz, quien trabajó como investigador de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ, hoy Cicpc), dirigió policías como las de Higuerote o Vargas y fue inspector de la Policía de Caracas, explica a Efecto Cocuyo cómo una banda delictiva logra tener tanto poder y control sobre una zona.

Ruiz enumera entre las principales razones la ausencia de una buena política de control de armas de fuego por parte del Gobierno. Otro de los factores determinantes en el poderío de fuego de estos grupos delictivos es la corrupción ligada a cuerpos de seguridad civiles y militares al vender armas de fuego a civiles.

Estas organizaciones criminales crecen, además, bajo el amparo de la impunidad, recuerda Ruiz.

Para el expolicía científico, esto se debe a que algunos  “personeros” oficialistas se involucran con este tipo de delincuentes bajo el alegato de que hay que defender “la revolución”. 

Cómo tiene tantos integrantes una banda delictiva

Ruiz explica que el hampa crece desde la infancia y los delincuentes organizados van reclutando niños en las escuelas que son usados para labores de espionaje. Pueden ser informantes, los entrenan y les dan dinero. 

La situación económica del país también influye en que adolescentes busquen alternativas en la delincuencia.

“Cuando desarticulan una banda quedan los menores; ( y) agrega a los adultos mayores que los esconden, bien sea por miedo o dinero. El grave error del gobierno de Chávez fue desarmar las policías municipales y estadales al quitarles las armas largas y los grupos tácticos (comandos); pero insisto que deben abocarse al trabajo de inteligencia y patrullaje”, recomienda. 

“Los delincuentes tenían más armas que la policía”, ataque armado causa pánico en Las Tejerías

 

Miguel Dao, abogado y exdirector de la policía científica, sostiene que algunos niños y adolescentes son captados por estas megabandas contra su voluntad y bajo amenaza de asesinar a sus padres u otros familiares. 

“Hay que recordar el efecto que produce en nuestros menores de edad cuando idealizan al líder delictivo del entorno, donde viven y se desarrollan”, describe el experto en seguridad. 

Dao hace énfasis en la “colectivización del delito”, un término que utiliza para referirse a los distintos factores por los que las comunidades llegan a integrarse o comprometerse con formar parte de las megabandas, en las que quizás participen hijos, familiares y el resto de la población, que por alguna razón terminan siendo cómplices.

Aliados del Tren de Aragua y de la megabanda que operaba en la Cota 905

La megabanda de alias El Conejo funciona como una franquicia del Tren de Aragua en Las Tejerías, advierte Luis Izquiel, abogado, criminólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela. 

“Es una megabanda fuertemente armada, lo demostraron en estos ataques a puestos policiales. Tienen fusiles de alto poder, ametralladoras y granadas y podría estar conformada por más de 100 hombres armados”, dice Izquiel. 

En su opinión, esta megabanda de alias El Conejo se nutrió de miembros de la megabanda de alias El Koki, que operaba en la Cota 905, en Caracas.

“El Koki estaba siendo resguardado por El Conejo; luego fue abatido en un procedimiento en Las Tejerías, (…) pero seguramente no estaba solo en la zona, porque toda la megabanda delictiva migró de la Cota 905 y muy probablemente esos exintegrantes se unieron a la de El Conejo, que ahora es muy poderosa, y lo demostraron la madrugada del domingo”.

Esta teoría también es respaldada por Dao, quien explica que tras el operativo policial y militar Guaicaipuro II,  en febrero del año pasado, en el que murió Carlos Luis Revete, alias El Koki, algunos de los delincuentes de la Cota 905 se habrían integrado a la megabanda de El Conejo para tener mayor poder que los funcionarios policiales.

“Pienso que el tratamiento a estos grupos de delincuentes más que tolerante, ha sido complaciente, lo que conlleva una pérdida de respeto a la autoridad. Vale también comentar que en esta ocasión aprovecharon que los organismos de seguridad se encuentran abocados y desplegados en Caracas y La Guaira, con motivo de la celebración de la Serie del Caribe”, argumenta.

Funcionarios amenazados, anarquía reinante

Antes de producirse el ataque armado contra los funcionarios de seguridad destacados en las comunidades de Las Tejerías, a través de servicios de mensajería instantánea circuló un presunto “comunicado” en el que los delincuentes amenazaban a los ciudadanos que prestaran apoyo a los funcionarios. 

Además, exigieron que estos oficiales no estuviesen en Las Tejerías, una zona que apenas se recupera del deslave ocurrido en octubre de 2022, cuando por lo menos 54 personas murieron y cientos quedaron sin hogares. 

Pueblo de huellas y ambulantes: Las Tejerías a un mes del deslave

Justamente, en Las Tejerías el 6 de febrero de 2022 el Gobierno de Nicolás Maduro desplegó el operativo Guaicaipuro II, donde lograron matar al Koki, uno de los delincuentes más buscados del país y líder de una de las megabandas que operaba en Caracas. Pero de esa operación hubo pocos detalles y se conoció que no desarticularon las bandas que operan en la zona desde hace muchos años. 

Ruiz  indicó que en el estado Aragua, y específicamente en las zonas controladas por la delincuencia organizada se debió aumentar los patrullajes supervisados, en las calles, avenidas, barrios, urbanizaciones. 

“Debieron enviar los cuerpos de seguridad combinados, o sea, policial municipal, estadal, nacional y castrense, el dominio debe ser del Estado con su presencia masiva”, explica. 

Para Dao,  estas amenazas contra los funcionarios denotan la anarquía reinante en esos sectores y la falta de accionar por parte del Estado, para erradicar esos grupos armados que mantienen en zozobra a los habitantes, comerciantes y empresarios de la zona.

“Es tanta la anarquía que sucede con esos grupos irregulares que hacen vida en varias localidades de nuestro país», dice Dao, quien lamenta la falta de voluntad para reducir a estos grupos a su  mínima expresión. «Abogo y defiendo a los pobladores de Las Tejerías”, dice el excomisario.

El cerebro sigue en Tocorón

El Gobierno ha realizado diferentes operativos para acabar con el poderío que tienen estas megabandas en algunas zonas del país. En Caracas con la muerte de El Koki, la administración de Nicolás Maduro pudo recuperar el espacio que había perdido en la Cota 905. 

Pero a pesar de esos operativos la delincuencia sigue haciendo de las suyas y expandiéndose, como es el caso del Tren de Aragua, que se estableció en otros países de América. 

Ruiz considera que las fallas en estos operativos se debe a la falta de coordinación en cuanto a liderazgo y al no dejar hacer el trabajo al componente policial de larga experiencia y capacitación. 

Desde su experiencia policial, para desarticular una megabanda el Gobierno y los funcionarios de seguridad deben dar ejemplo de fuerza de castigo y enviar a los delincuentes a las cárceles con condenas largas.

 Izquiel es de la idea de que algunos de los operativos han sido exitosos, pese a la opacidad y a algunas violaciones de derechos humanos que en ellos se han cometido. En su criterio, el gobierno desaprovechó la oportunidad de acabar o minimizar el poder de acción que ahora tiene la megabanda de El Conejo.

El criminólogo señala que no se sabe por qué se actúa contra unas bandas y contra otras no. 

Pero asegura que para acabar con la banda del Tren de Aragua y la de El Conejo se debe limitar y neutralizar el accionar de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias El Niño Guerrero, quien lidera esta megabanda trasnacional y se encuentra recluido en la cárcel de Tocorón, estado Aragua, desde donde opera. 

“El líder de esa banda está preso en Tocorón; entonces, si aquí hubiese voluntad para acabar con esta megabanda criminal más grande de Venezuela y de mayor internacionalización tendrían que abrir la puerta de Tocorón y neutralizar o limitar el accionar de ese detenido, que desde allí es el cerebro de la expansión nacional e internacional de esa megabanda criminal. Digo neutralizar no en el sentido de matarlo, sino de limitar su accionar, para que no continúe siendo líder activo de una pandilla criminal que hace estragos en las calles de Venezuela y en las calles de varios países latinoamericano”, agrega Izquiel. 

Etapas para acabar con una megabanda 

Para Miguel Dao, un ejemplo de cómo detener el accionar de estas megabandas fueron los operativos llevados a cabo en la Cota 905, pero, a su juicio, se debe permanecer en el tiempo la presencia policial con recursos, tanto para la manutención de los funcionarios policiales como para la labor que van a desplegar y el equipo multidisciplinario que asista a la población, en todas las áreas sociales que incluya salud, cultura, deportes y educación.

El exdirector de la policía científica venezolana enumera en tres etapas las operaciones de envergadura que se requieren para terminar con el poder que tienen las megabandas en algunas zonas del país. 

➡️Primera etapa: se debe realizar durante un tiempo determinado algún trabajo de inteligencia en la zona, con el fin de establecer las amenazas y los focos de perturbación.

➡️Segunda etapa: se debe realizar una especie de intervención quirúrgica, muy precisa, para extirpar, someter y doblegar a todos esos factores y elementos de perturbación y así no afectar al resto de la comunidad.

➡️Tercera etapa: reitera la importancia que tiene la permanencia en el lugar, brindando a tales comunidades apoyo integral.

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