El apagón nacional de este viernes 30 de agosto afectó a gran parte del país. La falla ocurrió cerca de las 4:50 de la mañana de este viernes y se mantiene en varios estados; aunque en Caracas el servicio eléctrico se restableció en casi su totalidad.
Quienes madrugaron y estaban despiertos vieron como se apagaron las luces de sus casas y de las calles. Algunos pensaron que se trataba de una falla eléctrica más, una de las que ya son habituales en toda Venezuela.
Entre 6:00 y 8:00 de la mañana, se veía un movimiento cercano a lo normal en las calles de la capital venezolana. Autobuses, motos, carros y gente circulando por las principales calles y avenidas de Caracas; en dirección a su trabajo, las personas ignoraban que la falla eléctrica no era un simple corte de luz, sino que se trataba de un apagón nacional.
“Yo me fui a trabajar porque pensé que se había ido la luz y ya. Normal. Como casi siempre pasa eso, que se va la luz, no sabía que era un apagón tan grande”, recordó Zuleima Carrasquel, quien salió desde Catia hacia el este de Caracas para cumplir con su jornada laboral este viernes 30 de agosto.
Así como le pasó a Zuleima, también le pasó a muchas más personas que pensaron que se trataba de algo que ya se ha vuelto cotidiano en Caracas. La desinformación reinó por varios motivos: la señal de teléfono era prácticamente inexistente en toda la ciudad y el bloqueo a la red social X (antes Twitter) no permitió que las personas pudieran acceder a canales de información de forma oportuna para conocer la magnitud del suceso.
El ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, dio a conocer lo referido al apagón a través de un mensaje por la aplicación de Telegram. El funcionario catalogaba el suceso como un sabotaje, pero no ofrecía más detalles. Horas más tardes publicaría un video en el que, sin presentar pruebas, aseguraba que la responsabilidad del apagón recaía en María Corina Machado y dirigentes opositores.
Ir a la calle sin saber del apagón nacional, espejismos de 2019
Las fallas eléctricas en Venezuela se han convertido en algo habitual. Si bien hace algunos años estas irregularidades afectaban, principalmente, al interior del país, desde 2019 Caracas ya no escapa de este y otros problemas, como la irregularidad en el servicio de agua, gas doméstico y combustible. Es por ello que se podía ver cómo las personas salían a las calles en la mañana de este viernes 30 de agosto.
“¿Quién va a creer que esto lo hizo María Corina si la luz se va todo el tiempo? Según el Gobierno, ella se fue para un lugar a tumbar la luz con unos palos”, decía entre risas un hombre en Chacaíto. Hablaba con otras personas y, con algo de humor, rechazaban la versión oficial que aseguraba que la falla eléctrica era un ataque terrorista.
En la avenida Urdaneta, a la altura de Santa Capilla, un motorizado escuchaba la radio en su vehículo. Él estaba estacionado esperando que le saliera algo de trabajo para el día. Eran las 10:00 de la mañana y se podía oír un reporte en el que el gobernante Nicolás Maduro pedía calma y cordura.
“Sin señal para comunicarse con la gente es muy complicado saber qué está pasando. Igual uno sale a trabajar porque yo dependo de lo que haga a diario”, comentó el motorizado a Efecto Cocuyo.
Aunque los autobuses funcionaban, el metro se mantenía cerrado. Las motos se hicieron más codiciadas por las personas que tenían que llegar a cierta hora su trabajo o lugar de destino. Quienes eran más pacientes caminaban o tomaban alguna unidad de transporte público.
“Cuando fui a agarrar metro, no había. Luego me tuve que devolver al punto de salida y ahí fue que me enteré de que había un apagón. Esperé por un autobús y así fue que logré llegar al trabajo”, dijo Zuleima Carrasquel. Ella salió de su casa cerca de las 7:00 de la mañana y no fue sino hasta una hora después que se enteró de que no había una simple falla eléctrica sino un apagón nacional.
Hospitales con planta eléctrica y restaurantes abiertos, pero sin clientes
Era normal asomarse a algún establecimiento y verlo a oscuras. La claridad apenas dejaba ver algunas de las vitrinas, pero hacia dentro todo se difuminaba. En la avenida Baralt abrieron la mayoría de los negocios. Panaderías, fruterías y hasta algunos restaurantes y luncherías. Las empanadas eran las más buscadas, especialmente las de la calle.
“No tenemos punto, sólo podemos cobrar en efectivo y esperemos que la gente traiga sencillo”, dijo Ana Gutiérrez, vendedora de empanadas de la avenida Baralt. Mientras tanto, otros negocios lucían vacíos. Las carnicerías y charcuterías también abrieron desde temprano con el miedo latente de no saber hasta cuándo duraría el apagón y si se les dañaría la comida.
Efecto Cocuyo pasó por varios hospitales del Área Metropolitana de Caracas y pudo constatar que funcionaban con planta eléctrica. Especialmente el Domingo Luciani (Sucre) y el JM de los Ríos (Libertador), dos de los recintos de salud más importantes de la capital venezolana.
También se pudo evidenciar un amplio despliegue de funcionarios de seguridad, especialmente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes recorrieron buena parte de la ciudad haciendo patrullaje y apostándose en distintas zonas de Caracas.
El ocio y la espera, la luz llega paso a pasito
Luego de conocerse las versiones oficiales difundidas por los ministros Freddy Ñáñez y Diosdado Cabello, las personas parecían estar en calma en la ciudad. Con el pasar de las horas se conocía de algunos puntos donde ya había llegado la electricidad.
“Me dijeron que volvió en El Paraíso y en El Marqués, también en La Vega”, se escuchaba decir a una persona en las afueras del centro comercial Sambil de la Candelaria. Lo cierto es que la luz se restablecía poco a poco sin un patrón evidente. En Chacao había electricidad en una calle sí y en otra no. Misma situación ocurría en el municipio Sucre.
En la plaza Candelaria, decenas de adultos mayores jugaban dominó y cartas. Algunos sentados en las mesas, otros parados viendo a los demás jugar. En otros lugares el ocio se traducía en estar sentados en alguna escalera donde llegara algo de señal para poder revisar las redes sociales, comunicarse con familiares y amigos.
Cerca de las 3:00 de la tarde se pudo ver como buena parte de la ciudad volvía tener electricidad. Las personas que salieron a sus trabajos volvían a sus casas horas antes de lo acostumbrado. La meta era llegar temprano para evitar que un nuevo corte de luz sorprendiera a los caraqueños en las calles. “Algo más debe estar pasando. Es muy raro que esto pase así como así un viernes de quincena”, decía una comerciante consultada por Efecto Cocuyo. Aunque ella no creía la versión oficial, tampoco lograba dar con alguna teoría que le diera respuestas sobre el apagón nacional.
A las 3:30 p.m. llegó la lluvia y arropó a buena parte de la ciudad. “Por lo menos ya llegó la luz en mi casa”, dijo un motorizado que, aunque se estaba mojando, emprendía el camino de vuelta a su hogar para llegar y estar junto a su familia.
El interior sufrió hasta tarde
Luego de las 6 de la tarde, quienes pudieron comentarlo en redes sociales comenzaron a reportar el restablecimiento del servicio en las distintas latitudes del país, no solo en Caracas.
En casi todos fue de manera progresiva, en muchos de manera parcial y no total, pues ya bien entrada la noche muchas zonas permanecían a oscuras.
En Maracaibo, por ejemplo, pasadas las 7 de la noche aún media ciudad estaba en tinieblas. Lo mismo en San Cristóbal y otras poblaciones del estado Táchira.
Mientras, en la región central, Aragua y Carabobo, cerca de las 8 de la noche, ya se podía hablar de un restablecimiento general de la energía eléctrica.
En el oriente y sur, la luz volvió más o menos a las tres de la tarde; pero de nuevo a las 6 se fue de nuevo. Toda la noche se han presentado bajones leves en poblaciones como San Félix, Puerto Ordaz, Maturín, Ciudad Bolívar, Cumaná y otras que reportaron la situación en X.