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Familiares y abogados de los sidoristas presos Leonardo Azócar y Daniel Romero exigieron al Defensor del Pueblo que interponga el habeas corpus para que la defensa y la familia pueda ver a los detenidos, ya que los tribunales hacen caso omiso cuando son ellos los que lo solicitan. 

Eduardo Torres, abogado de la coalición sindical de trabajadores, señaló a Mauro Alexis Bracho Suárez, director del centro de procesado penado Caracas 2, por violar los derechos humanos de los presos al negarles el derecho de ver inmediatamente a sus familiares y abogados, según lo establecido en el artículo 44 de la Constitución.

“Mauro Alexis Bracho Suárez tuvo el tupé de decirle a los familiares que él está por encima del artículo 44 de nuestra Constitución, que establece que todo detenido tiene el derecho de ver inmediatamente a sus familiares y a sus abogados o cualquier persona de confianza. Les dijo que los presos que pasan Dgcim tienen que tener un período de adaptación de 15 días de 30 días o de 45 días que es él quien lo determina”, afirmó el abogado. 

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Torres adelantó que el atropello hacia los familiares y la defensa de los sidoristas se notificó a la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, la misión de determinación de los hechos y la oficina de víctimas de la Corte Penal Internacional.

El jurista pidió la libertad de Azócar, el cese de la persecución contra Yuxil Martínez, César Soto y otros dirigentes que se están cuidando en Guayana, así como el cumplimiento de los derechos de todos los trabajadores de Venezuela. 

Por su parte, Adrián Bolívar, presidente de la Federación Universitaria de Trabajadores solicitó que se respeten los derechos y beneficios de los trabajadores que han sido firmados en condiciones colectivas. 

Bolívar demandó que se establezca una mesa de diálogo donde se tomen en cuenta las peticiones de los trabajadores por funcionarios que puedan tomar decisiones reales. 

El sindicalista denunció que cada vez que son recibidas sus peticiones les ponen a hablar con funcionarios de baja jerarquía que no pueden tomar decisiones y que solo marean a los trabajadores.

Con información de Mairet Chourio