El Fiscal General detalló recientemente que en lo que va del 2022 se han contabilizado 341 casos de violencia en el contexto escolar, que han conllevado a 138 imputaciones, 65 acusaciones y 11 condenas.
William Saab anunció la pronta entrada en funcionamiento de una línea telefónica 0-800-Bullying para atender y canalizar denuncias relacionadas con el acoso escolar.
Igualmente indicó que el Ministerio Público está trabajando en una propuesta de reforma a la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, con el propósito de revisar las sanciones penales para los menores de 18 años de edad que incurran en hechos punibles de extrema gravedad.
El país necesita escuchar, por ejemplo, lo que se está haciendo desde del Ministerio del Poder Popular para la Educación. En días recientes se anunció que cada escuela debe incorporar actividades de aprendizaje para fortalecer valores de «hermandad, solidaridad, cooperación y compañerismo» que les permita desarrollar «habilidades y destrezas para la vida»; pero no conocemos de lineamientos para operar ese enunciado.
Para ello se requiere el desarrollo de un marco que garantice, permita y facilite la prevención y abordaje de las distintas situaciones de violencia en las escuelas, que incluye:
1. Un marco jurídico que permita promover la convivencia escolar garantizando la protección de los niños y administración de una disciplina de modo compatible con la dignidad humana y de acuerdo a las normas universales de derechos humanos. Desde la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Educación existe un vacío para la gerencia de la convivencia y administración de la disciplina y sanciones en aquellas situaciones afectan el funcionamiento de los centros educativos.
2. Mecanismos y protocolos de denuncia unificados dentro del sistema escolar y de protección que sean confiables, accesibles, seguros y con capacidad de respuesta frente a situaciones de la violencia escolar a los fines de garantizar la protección especial que se requiere en estos casos y para evitar cualquier situación de impunidad.
3. Fortalecer el Sistema de Protección que posibilite su articulación e intercambio con las escuelas, no solo una adecuada atención frente a una situación concreta de violencia escolar, sino además generar las condiciones para promover una cultura de derechos y convivencia escolar. Ello implica, entre otras acciones, la capacitación y formación de funcionarios públicos; el desarrollo de programas y servicios psicosociales y jurídicos accesibles, suficientes, gratuitos, de alta calidad para la atención de niños, niñas, adolescentes, familias y docentes.
4. Crear y mantener registros y sistemas de información e investigación sobre violencia en las escuelas con datos actualizados, confiables, desagregados y de acceso público.
5. Desarrollar estándares mínimos a ser tomados en cuenta en los manuales de acuerdos de convivencia de las instituciones educativas.
La creación de una cultura de paz y buen trato en los centros debe ser el norte. Que las escuelas sean espacios de protección y no de amenaza. Para este desarrollo se requiere:
Abordar el fenómeno de las violencias escolares, incluyendo el acoso escolar, requiere la participación del personal directivo, docente, familias y de los propios estudiantes y, sin duda, que el Estado asuma un rol rector fundamental.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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William Saab anunció la pronta entrada en funcionamiento de una línea telefónica 0-800-Bullying para atender y canalizar denuncias relacionadas con el acoso escolar.
Igualmente indicó que el Ministerio Público está trabajando en una propuesta de reforma a la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, con el propósito de revisar las sanciones penales para los menores de 18 años de edad que incurran en hechos punibles de extrema gravedad.
El país necesita escuchar, por ejemplo, lo que se está haciendo desde del Ministerio del Poder Popular para la Educación. En días recientes se anunció que cada escuela debe incorporar actividades de aprendizaje para fortalecer valores de «hermandad, solidaridad, cooperación y compañerismo» que les permita desarrollar «habilidades y destrezas para la vida»; pero no conocemos de lineamientos para operar ese enunciado.
Para ello se requiere el desarrollo de un marco que garantice, permita y facilite la prevención y abordaje de las distintas situaciones de violencia en las escuelas, que incluye:
1. Un marco jurídico que permita promover la convivencia escolar garantizando la protección de los niños y administración de una disciplina de modo compatible con la dignidad humana y de acuerdo a las normas universales de derechos humanos. Desde la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Educación existe un vacío para la gerencia de la convivencia y administración de la disciplina y sanciones en aquellas situaciones afectan el funcionamiento de los centros educativos.
2. Mecanismos y protocolos de denuncia unificados dentro del sistema escolar y de protección que sean confiables, accesibles, seguros y con capacidad de respuesta frente a situaciones de la violencia escolar a los fines de garantizar la protección especial que se requiere en estos casos y para evitar cualquier situación de impunidad.
3. Fortalecer el Sistema de Protección que posibilite su articulación e intercambio con las escuelas, no solo una adecuada atención frente a una situación concreta de violencia escolar, sino además generar las condiciones para promover una cultura de derechos y convivencia escolar. Ello implica, entre otras acciones, la capacitación y formación de funcionarios públicos; el desarrollo de programas y servicios psicosociales y jurídicos accesibles, suficientes, gratuitos, de alta calidad para la atención de niños, niñas, adolescentes, familias y docentes.
4. Crear y mantener registros y sistemas de información e investigación sobre violencia en las escuelas con datos actualizados, confiables, desagregados y de acceso público.
5. Desarrollar estándares mínimos a ser tomados en cuenta en los manuales de acuerdos de convivencia de las instituciones educativas.
La creación de una cultura de paz y buen trato en los centros debe ser el norte. Que las escuelas sean espacios de protección y no de amenaza. Para este desarrollo se requiere:
Abordar el fenómeno de las violencias escolares, incluyendo el acoso escolar, requiere la participación del personal directivo, docente, familias y de los propios estudiantes y, sin duda, que el Estado asuma un rol rector fundamental.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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