El Valuismo: hacia un enfoque humano de la economía global
Foto de María Lladró en entrevista con Vistage Blog

Por incidentes de la vida, tuve la oportunidad de hablar por Zoom esta semana con la ecomista María Lladró, descendiente de los fundadores de la icónica marca de porcelana española “Lladró” y creadora de una nueva e interesante tendencia dentro de le economía, “el Valuismo”.

Apartándose de las tradicionales tesis del capitalismo y comunismo, el Valuismo aparta los números y balances económicos y financieros, invitando a una forma más humana y ética de hacer negocios en el mundo.

¿Qué es el Valuismo?

El término «Valuismo» es un neologismo que fusiona las palabras «valor» y «humanismo». En su esencia, propone que el valor económico tanto de una empresa como de un país, no debe medirse únicamente en términos numéricos, sino también respecto a la contribución al bienestar de la sociedad, la sostenibilidad y su compromiso con valores éticos y humanos.

El Valuismo desafía la idea convencional de que el único propósito de una empresa es maximizar sus beneficios. En cambio, aboga por un enfoque más holístico, en el que el éxito económico se equilibra con el impacto positivo en la sociedad y el ambiente.

En otras palabras, no se trata solo de cuánto dinero puede generarse, sino de cómo ese dinero puede utilizarse para mejorar la vida de las personas y proteger el entorno en el que vivimos.

Una piedra angular de esta filosofía es la responsabilidad social, que implica que los gobiernos y empresas deben asumir la responsabilidad de sus impactos en la sociedad y el ambiente.

Esto significa adoptar prácticas comerciales éticas, respetar los derechos humanos, promover la diversidad y la inclusión y apuntar al desarrollo sostenible.

Cuidar el ambiente

El Valuismo reconoce la importancia crítica de proteger nuestro planeta para las generaciones futuras. Las instituciones y empresas valuistas adoptan prácticas sostenibles que minimizan su huella ecológica y buscan formas innovadoras de reducir, reutilizar y reciclar recursos.

Por supuesto, esto supone un consumo racional, y por lo tanto, una generación responsable de productos y servicios, que apunten a una mayor durabilidad, cuestionando tendencias y modas temporales, así como la obsolescencia programada tan común en nuestros tiempos.

Como podrá entenderse, si bien el Valuismo no cuestiona para nada ni la propiedad privada ni la posibilidad de acumular riqueza, limita la creación de grupos de poder económico ilimitados y monopolios, que empujen al consumo indiscriminado con el único fin de hacer dinero.

En un enfoque valuista, los empleados son mucho más que recursos humanos; son socios en la búsqueda del éxito empresarial y de países. Las empresas y Estados valuistas priorizan el bienestar de sus empleados y de su gente, ofreciendo salarios justos, condiciones laborales seguras y oportunidades de desarrollo profesional y personal.

Una empresa valuista no solo está preocupada por su propio beneficio, sino que también se preocupa por el bienestar de la comunidad en la que opera. Esto puede manifestarse a través de programas de voluntariado corporativo, donaciones a organizaciones benéficas locales o iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas que viven cerca de sus instalaciones.

El legado de María y Lladró

María Lladró, personifica los principios del Valuismo. Desde sus inicios, Lladró, la empresa española que representa como sucesora, se ha comprometido en producir obras de arte de alta calidad, al alcance de la humanidad, de manera ética y sostenible. La empresa ha establecido programas para apoyar a artistas locales y ha implementado prácticas de fabricación respetuosas con el ambiente

La filosofía del Valuismo ofrece una perspectiva refrescante en el mundo empresarial, donde se prioriza el valor humano y ético sobre el beneficio económico. Inspirada por el ejemplo personal de María Lladró y de la empresa que representa.

Nos invita a considerar cómo nuestras acciones pueden contribuir al bienestar de la sociedad y al cuidado del ambiente. Nos desafía a buscar un equilibrio entre el éxito financiero y nuestro deseo de hacer del mundo un lugar mejor y sostenible, recordándonos que nuestras decisiones tienen un impacto que trasciende lo puramente económico.

Sin duda, los invito a leer sobre María Lladró y sus tesis económicas. Su libro: “Valuismo: reinventando la economía global”, es un deleite para el intelecto y el corazón de los que estamos interesados por la economía y especialmente para los que estamos tomados por el bienestar futuro de la humanidad.

¡Felicidades María!, qué honor haberte conocido. Desde ya te digo, que soy un Valuista convencido, incluso antes de que plasmaras tus maravillosas ideas en el maravilloso ensayo que escribiste.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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