close

OPINIÓN · 13 MAYO, 2023 05:16

Ellos, inocentes, aunque sean culpables

Ver más de

Leoncio Barrios | @Leonciobarrios

¿Cómo valoras esta información?

QUÉ CHÉVERE
QUÉ INDIGNANTE
QUÉ CHIMBO

Todo cuerpo es sagrado. Sagrado en cuanto a que nadie puede disponer del cuerpo de otra persona sin su consentimiento. Sobre todo, sexualmente. Sin embargo, ese derecho es relativo en nuestra cultura de género. Si se trata del cuerpo de un hombre, no hay mayor discusión, quien intente sobrepasarse con el cuerpo de un varón, puede morir en el intento. Distinto es con el cuerpo de la mujer.

El derecho de una mujer sobre su cuerpo es maleable. Sobre todo por el pensamiento machista de algunos hombres, quizás, de muchos. No solo para quienes van por la calle, están en una fiesta, trabaja o estudia con mujeres, sino para quienes legislan y administran la justicia cuando juzgan la denuncia de un delito sexual cometido con una mujer.

Denuncia, que algo queda

Por años, la lucha de las feministas, y de quienes defienden los derechos de las mujeres, ha sido promover la denuncia por parte de ella de las agresiones y la violencia machista.

Romper el silencio por parte de la mujer agredida es una forma de sentirse fuerte, de buscar justicia. No es fácil hacerlo cuando se trata de algo que tiene componentes sexuales, de algo muy privado, que por razones culturales, produce vergüenza.

Muchos de los procedimientos establecidos para canalizar la denuncia de agresiones sexuales someten a la mujer a procedimientos que aumentan su dolor, las victimiza más. Buscando las necesarias pruebas del delito, hieren más a las mujeres. Lo que casi las mata es cuando la sentencia judicial exime de culpa, minimiza del delito de su agresor. Entonces, es la ley, redactada y aprobada por una mayoría de hombres, el instrumento para humillarlas, golpearlas moralmente.

La relatividad de las sentencias sexuales

La justicia ha encontrado un gran recurso para reducir los riesgos de interpretación en la sentencia de un delito sexual: el concepto de agresión sexual. Ese concepto vale para todo, hasta para algo tan grave como una violación.

En un caso de resonancia internacional, la pasante en una alta institución estatal, denuncia a su jefe por obligarla a hacerle sexo oral. Ante el poder del denunciado, el máximo organismo judicial del país sentencia que el sexo oral obligado no es violación, solo agresión sexual, si acaso. Le faltó decir que el abusador le hizo un favor a ella: al fin y al cabo, no cualquier mujer se lleva a la boca el pene de uno de los hombres más poderosos del mundo.

Un astro deportivo, lleva al baño de una discoteca a una de las chicas que conoció esa noche, le hace tocamientos sexuales, intenta penetrarla por la vagina dejando rastros de su líquido preseminal o de su semen en el cuerpo de su víctima que se resiste y logra ser auxiliada. Ella lo denuncia, dice haberse resistido. Hay testigos de que ella fue obligada a entrar al baño de hombres, los exámenes de laboratorio comprueban que el ADN del semen corresponde al del acusado, pero, a pesar de todas las pruebas y testimonios, el juez no sentencia. No se sabe qué le falta para hacerlo. Lo que sí es público y notorio es que el acusado tiene fama y mucho dinero.

Un magnate y político fue denunciado por violación sexual recientemente. La mujer había recibido un alto pago por su silencio y amenazas del denunciado, la habían hecho callar hasta ahora. Motivada por quién sabe qué intereses, hace pública la denuncia. Probar la violación tanto tiempo después de realizada es difícil para cualquier juez, pero tal será el peso de las evidencias y testimonios, que recibe sentencia por agresión sexual.

Hay leyes, redactada por hombres, que limitan el delito de violación sexual a solo si hay penetración por la vagina. En esa peculiar definición, si el hombre obliga a la mujer a hacerle sexo oral o la penetra por el ano, es solo una agresión sexual, casi que un «cariñito». Decisiones benignas por parte de los jueces ante delitos sexuales cometidos por hombres contra mujeres son frecuentes en todo el mundo.

En todo juicio hay interpretación

En todo juicio humano, así sea legal y respaldado por leyes, hay un margen de interpretación. Quienes juzgan son humanos, su pensamiento tiene una parte subjetiva. Aún, en los sistemas de justicia más acabados, más parecidos a la imagen de la justicia ciega y equilibrada, hay deslices hacia el lado que le convenga al sistema, por cualquier razón que sea.

La interpretación de un juez o jueza con respecto a los delitos sexuales suele estar teñida por diversos factores, como sus creencias religiosas, posición política, intereses a los que debe responder y sobre todo, por una posición moral. Tradicionalmente, predomina el pensamiento machista (en jueces y juezas) porque a quien juzgarán por un delito sexual, por lo general, será a un hombre. Y un hombre es la encarnación de la inocencia ante la perfidia atribuida a la mujer, según las sagradas escrituras y algunas canciones que expresan al pensamiento popular.

Las mujeres son dueñas de su cuerpo es un principio fundamental

Una de las reivindicaciones femeninas, en todo el mundo, quizás la fundamental, es la protección del su cuerpo, algo que en tiempos antiguos se representaba en el honor. El cuerpo femenino, históricamente, ha sido objeto de codicia. Todavía lo es para muchos.

Pensamientos como «ellas siempre quieren», «cuando dicen no, es si», les permite a los machistas actuar sobre el cuerpo de la mujer, abrazarlo, hacerlo suyo, aún cuando ella se resista. La defensa de la mujer es vista por ellos como «parte de su histerismo», «No pasa de ser una malacrianza». Esos pensamientos les sirven para justificar ante ellos mismos sus conductas de abuso o agresión.

Los movimientos feministas de todo el mundo exigen que el cuerpo de la mujer sea respetado. Respetado quiere decir que solo ellas pueden consentir a ser tocadas, por quien ellas quieren, por dónde ellas quieran y cómo ellas quieran. Es su derecho fundamental como ser humano. Si no es asi, es violación sexual, penetren por donde la penetren. Tan simple como eso.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Del sexo oral hay que hablar

ESPECIALES · 19 MARZO, 2023

20 presas políticas

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2023

Ser docente en Venezuela, un oficio en quiebre

Texto por Albany Andara, Reynaldo Mozo y Ronny Rodríguez

ESPECIALES · 5 MARZO, 2023

10 años de la muerte de Hugo Chávez

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 19 FEBRERO, 2023

Nicaragüenses en el destierro

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

ESPECIALES · 25 SEPTIEMBRE, 2021

Qué pasa en la frontera sur de Estados Unidos

Texto por Ivan Reyes | @IvanEReyes

ESPECIALES · 4 SEPTIEMBRE, 2021

Salud sexual en Venezuela: guía para jóvenes

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

ESPECIALES · 28 AGOSTO, 2019

Informe Bachelet

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

ESPECIALES · 29 JUNIO, 2021

#PandemiaEnVenezuela

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2021

#UnAñoDePandemia

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 20 FEBRERO, 2021

Explosión Monagas

Texto por Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez

ESPECIALES · 4 FEBRERO, 2021

Cáncer en Venezuela

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

ESPECIALES · 7 NOVIEMBRE, 2020

INVESTIGACIÓN | Finanzas dispersas: el rompecabezas del Gobierno interino

Texto por Equipo de Investigación (*)

ESPECIALES · 5 JULIO, 2020

Civiles que hicieron historia

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 14 ENERO, 2020

INVESTIGACIÓN | Metro Dirección Colapso

Texto por María Victoria Fermín Kancev | @vickyfermin

ESPECIALES · 17 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | 102 toneladas de droga esfumadas en manos del Estado

Texto por Cristina González | @twdecristina

ESPECIALES · 16 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Vargas: Tragedia y olvido

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 22 OCTUBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Infancia de luto

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Parir y nacer en la Venezuela del hambre

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Misses y santos

Texto por Ana Griffin y Reynaldo Mozo Zambrano

ESPECIALES · 15 JULIO, 2020

INVESTIGACIÓN | Arco Minero del Orinoco: crimen, corrupción y cianuro

Texto por Julett Pineda y Edgar López

ESPECIALES · 30 MAYO, 2019

El amargo cacao venezolano: entre el delito y el asedio oficial

Texto por Vanessa Moreno Losada | @MoreLosada24

ESPECIALES · 1 JULIO, 2021

Venezolanos en el Río Grande

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

OPINIÓN · 12 MAYO, 2023 05:09

El revuelo de la licencia 42 de la Ofac y Citgo

Una reciente medida de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (Ofac), la licencia general número 42, permite a los exdiputados de la oposición venezolana realizar transacciones relacionadas con las negociaciones de deuda del gobierno de Venezuela, PDVSA o cualquier entidad donde la República posea una participación igual o superior al 50%. […]

OPINIÓN · 11 MAYO, 2023 05:40

Madres adolescentes y solas

Una nueva edición del día de la madre sigue ubicando en esta categoría a miles de adolescentes. Las estadísticas del Fondo de Población de Naciones Unidas hablan por sí solas: Venezuela lleva años entre los países de Latinoamérica con mayor número de embarazos en adolescentes. Realidad que exigiría que la prevención se convierta en una […]

OPINIÓN · 10 MAYO, 2023 05:36

Salud Mental para las madres en su día

Hace años, cuando mis hijos estaban pequeños, me preguntaron qué regalo quería recibir por el día de la madre. Yo les dije «estar sola». Obviamente con esa respuesta pasé a la categoría de mala madre en un instante. Pero si nos detenemos a ver lo que significa que tengas para ti un día especial, ese […]

OPINIÓN · 9 MAYO, 2023 05:29

Una mirada a la universidad autónoma

La normativa de la universidad autónoma venezolana alude a que «la enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia» (Artículo 4º de la Ley de universidades). Aplica ante la necesidad de organizarse académicamente, incluso para renovar sus autoridades. «La Universidad es una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en […]

OPINIÓN · 13 MAYO, 2023

Ellos, inocentes, aunque sean culpables

Texto por Leoncio Barrios | @Leonciobarrios

Todo cuerpo es sagrado. Sagrado en cuanto a que nadie puede disponer del cuerpo de otra persona sin su consentimiento. Sobre todo, sexualmente. Sin embargo, ese derecho es relativo en nuestra cultura de género. Si se trata del cuerpo de un hombre, no hay mayor discusión, quien intente sobrepasarse con el cuerpo de un varón, puede morir en el intento. Distinto es con el cuerpo de la mujer.

El derecho de una mujer sobre su cuerpo es maleable. Sobre todo por el pensamiento machista de algunos hombres, quizás, de muchos. No solo para quienes van por la calle, están en una fiesta, trabaja o estudia con mujeres, sino para quienes legislan y administran la justicia cuando juzgan la denuncia de un delito sexual cometido con una mujer.

Denuncia, que algo queda

Por años, la lucha de las feministas, y de quienes defienden los derechos de las mujeres, ha sido promover la denuncia por parte de ella de las agresiones y la violencia machista.

Romper el silencio por parte de la mujer agredida es una forma de sentirse fuerte, de buscar justicia. No es fácil hacerlo cuando se trata de algo que tiene componentes sexuales, de algo muy privado, que por razones culturales, produce vergüenza.

Muchos de los procedimientos establecidos para canalizar la denuncia de agresiones sexuales someten a la mujer a procedimientos que aumentan su dolor, las victimiza más. Buscando las necesarias pruebas del delito, hieren más a las mujeres. Lo que casi las mata es cuando la sentencia judicial exime de culpa, minimiza del delito de su agresor. Entonces, es la ley, redactada y aprobada por una mayoría de hombres, el instrumento para humillarlas, golpearlas moralmente.

La relatividad de las sentencias sexuales

La justicia ha encontrado un gran recurso para reducir los riesgos de interpretación en la sentencia de un delito sexual: el concepto de agresión sexual. Ese concepto vale para todo, hasta para algo tan grave como una violación.

En un caso de resonancia internacional, la pasante en una alta institución estatal, denuncia a su jefe por obligarla a hacerle sexo oral. Ante el poder del denunciado, el máximo organismo judicial del país sentencia que el sexo oral obligado no es violación, solo agresión sexual, si acaso. Le faltó decir que el abusador le hizo un favor a ella: al fin y al cabo, no cualquier mujer se lleva a la boca el pene de uno de los hombres más poderosos del mundo.

Un astro deportivo, lleva al baño de una discoteca a una de las chicas que conoció esa noche, le hace tocamientos sexuales, intenta penetrarla por la vagina dejando rastros de su líquido preseminal o de su semen en el cuerpo de su víctima que se resiste y logra ser auxiliada. Ella lo denuncia, dice haberse resistido. Hay testigos de que ella fue obligada a entrar al baño de hombres, los exámenes de laboratorio comprueban que el ADN del semen corresponde al del acusado, pero, a pesar de todas las pruebas y testimonios, el juez no sentencia. No se sabe qué le falta para hacerlo. Lo que sí es público y notorio es que el acusado tiene fama y mucho dinero.

Un magnate y político fue denunciado por violación sexual recientemente. La mujer había recibido un alto pago por su silencio y amenazas del denunciado, la habían hecho callar hasta ahora. Motivada por quién sabe qué intereses, hace pública la denuncia. Probar la violación tanto tiempo después de realizada es difícil para cualquier juez, pero tal será el peso de las evidencias y testimonios, que recibe sentencia por agresión sexual.

Hay leyes, redactada por hombres, que limitan el delito de violación sexual a solo si hay penetración por la vagina. En esa peculiar definición, si el hombre obliga a la mujer a hacerle sexo oral o la penetra por el ano, es solo una agresión sexual, casi que un «cariñito». Decisiones benignas por parte de los jueces ante delitos sexuales cometidos por hombres contra mujeres son frecuentes en todo el mundo.

En todo juicio hay interpretación

En todo juicio humano, así sea legal y respaldado por leyes, hay un margen de interpretación. Quienes juzgan son humanos, su pensamiento tiene una parte subjetiva. Aún, en los sistemas de justicia más acabados, más parecidos a la imagen de la justicia ciega y equilibrada, hay deslices hacia el lado que le convenga al sistema, por cualquier razón que sea.

La interpretación de un juez o jueza con respecto a los delitos sexuales suele estar teñida por diversos factores, como sus creencias religiosas, posición política, intereses a los que debe responder y sobre todo, por una posición moral. Tradicionalmente, predomina el pensamiento machista (en jueces y juezas) porque a quien juzgarán por un delito sexual, por lo general, será a un hombre. Y un hombre es la encarnación de la inocencia ante la perfidia atribuida a la mujer, según las sagradas escrituras y algunas canciones que expresan al pensamiento popular.

Las mujeres son dueñas de su cuerpo es un principio fundamental

Una de las reivindicaciones femeninas, en todo el mundo, quizás la fundamental, es la protección del su cuerpo, algo que en tiempos antiguos se representaba en el honor. El cuerpo femenino, históricamente, ha sido objeto de codicia. Todavía lo es para muchos.

Pensamientos como «ellas siempre quieren», «cuando dicen no, es si», les permite a los machistas actuar sobre el cuerpo de la mujer, abrazarlo, hacerlo suyo, aún cuando ella se resista. La defensa de la mujer es vista por ellos como «parte de su histerismo», «No pasa de ser una malacrianza». Esos pensamientos les sirven para justificar ante ellos mismos sus conductas de abuso o agresión.

Los movimientos feministas de todo el mundo exigen que el cuerpo de la mujer sea respetado. Respetado quiere decir que solo ellas pueden consentir a ser tocadas, por quien ellas quieren, por dónde ellas quieran y cómo ellas quieran. Es su derecho fundamental como ser humano. Si no es asi, es violación sexual, penetren por donde la penetren. Tan simple como eso.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Del sexo oral hay que hablar

¿Cómo valoras esta información?

QUÉ CHÉVERE

QUÉ INDIGNANTE

QUÉ CHIMBO

OPINIÓN · 12 MAYO, 2023 05:09

El revuelo de la licencia 42 de la Ofac y Citgo

OPINIÓN · 11 MAYO, 2023 05:40

Madres adolescentes y solas

OPINIÓN · 10 MAYO, 2023 05:36

Salud Mental para las madres en su día