Periodismo honesto

Irma Barreto Miliani, egresada en una de las primeras promociones de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela en los años 60, ha muerto recientemente.  

Irma falleció a los 92 años y hasta hace pocas semanas estuvo tan lúcida como siempre y con una memoria envidiable. Recordaba nombres, fechas y acontecimientos remotos, anécdotas de su militancia política, de su experiencia en la agencia Xinhua en Pekín, el libro leído recientemente o hace mucho y narraba infinidad de anécdotas familiares amenizadas con humor.

La muerte de Irma no tendría mayor relevancia a no ser porque su particular trayectoria profesional sirve, de alguna manera, para continuar reflexionando sobre el ejercicio profesional del periodismo en nuestra época y en diferentes contextos geográficos.

Periodismo y política

A Irma Barreto la definiría como una persona íntegra.  Destaca la integridad personal porque eso también aplica a su ejercicio como periodista, comprometida con sus ideas, con su quehacer político, con los sectores más necesitados de su país y el devenir del mundo.  Fue una mujer de avanzada, recia, firme.

Irma era un agente político en su ejercicio profesional y lo admirable es que  nunca lo usó para manipular, tampoco lo disimuló y mucho menos lo ocultó.  Tuvo a la honestidad como bandera y para ser honesto hay que tener principios y ser valiente porque, con frecuencia, se paga caro.

En el periodismo hay mucha presión, muchos compromisos adquiridos, muchos a quien complacer, a quien obedecer. Es una profesión delicada, de mucha responsabilidad social y puede ser difícil ejercerla con  honestidad. Aunque suene a una aberración decir esto.

¿Ejercer el periodismo en función de las creencias personales de quien lo ejerce va contra la objetividad que se le exige a un periodista?. Pareciera que no, ni antes, ni ahora.  Los y las grandes periodistas asumen su posición política sin ambages, honestamente. Eso les da más fuerza cuando escriben, cuando hablan. Inclusive, se hacen más confiables. Lo peligroso e indeseable en el ejercicio del periodismo es la deshonestidad, la manipulación, la falta de ética, el guabineo.  Así ha sido siempre.  

La palangre

Uno de los más graves problemas en el periodismo de cualquier parte del mundo es la palangre o sea, el uso de información sesgada, falsa, arbitraria -tan frecuente en nuestros días-  por la cual el o la periodista recibe un beneficio o pago extra «por debajo de la mesa».

Palangre, como cualquier otro tipo de corrupción, ha existido siempre, pero por fortuna de la humanidad, es una minoría de periodistas quienes la practican.  Por lo general, se sabe quienes son palangristas y si no hay certeza, se intuye por la forma de informar. Es un estilo.

Riesgos de ser periodista honesto

Irma Barreto, como muchos más en el ejercicio periodístico, han sido y son íntegros, honestos con su trabajo.  El serlo, tiene sus costos, desde la paradoja de perder su puesto de trabajo por no decir lo que la empresa, el gobierno o el financista exige, ser víctimas de chantajes, perseguidos policialmente, secuestrados,  asesinados.

En países de mucha represión política, el periodismo es una profesión de alto riesgo para quienes lo ejercen en forma honesta y comprometida. Lo ha sido siempre.

En los años 70, ya madurando la democracia en Venezuela, Irma Barreto consiguió una entrevista con un comandante guerrillero de los alzados en las montañas de aquel país. La ofreció a un medio de alta circulación y, al publicarla, el gobierno democrático la apresó para obligarla a denunciar a quiénes le habían servido de contacto con el comandante y obtener pistas para detenerlo. Fiel a la ética periodística y a sus creencias políticas, Irma se negó a decirlo y lo pagó con cárcel.

Un riesgo adicional en el periodismo: el compromiso político

En cualquier país, en cualquier época, ser periodista comprometido con causas sociales, tiene su costo. Comenzando porque implica ser honesto y valiente, convencido de lo que se hace. Hay que saber que se correrá riesgos no solo de perder la libertad sino, inclusive, la vida.

La situación de riesgo por el ejercicio profesional del periodista ha aumentado dramáticamente en la actualidad porque, por un lado, hay más gobiernos autoritarios en el mundo, y, por el otro lado, ha aumentado el poder de las mafias en todos los ámbitos, y,  sobre todo, el poder del narcotráfico y el crimen organizado.  

A pesar de todas las presiones y riesgos, el ejercicio honesto del periodismo es posible, por supuesto.  Infinidades de periodistas han sido valientes y lo son. Irma Barreto lo demostró a través de su larga vida.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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