El país comienza a transitar la ruta electoral. Desde hace algunos meses era algo que el mundo estrictamente partidista tenía presente en su accionar y en sus cálculos, pero no para la inmensa mayoría de la población, que venía siendo poco importante o prácticamente obviado de su atención. Envuelta en un mar de dificultades para afrontar a diario, la gente se desconectó de la política y los políticos en general. No obstante, con el anuncio de fecha de las elecciones primarias de la oposición, esto ha venido cambiando más pronto de lo que muchos se hubieran imaginado.

La fecha de la elección primaria de la oposición ha desatado una ola de información, contrainformación y desinformación de niveles impresionantes. Desde varios frentes ya los temas se asocian directa o indirectamente a este proceso comicial. Primeramente, se está dando un contrapunteo entre María Corina Machado y Benjamín Rausseo, y han comenzado con fuerza en la intención de voto. Luego tenemos el fuego cruzado entre quienes promueven las elecciones primarias y quienes decidieron no participar, pero están alineados con el planeta opositor del país (caso Antonio Ecarrí y Bernabé Gutiérrez entre otros). En este último caso, su objetivo es desprestigiar el proceso y ganar espacios en el descontento popular. Alineados en ello también hemos visto a Diosdado Cabello y a todo el Psuv, en la onda de cuestionar e incluso, anunciar que realmente no habrá elección y que, tras bastidores, habrá un «gallo tapao» escogido por consenso. A todo esto se suman los rumores sobre una eventual candidatura de Manuel Rosales, problemas internos del partido Primero Justicia, y el resto de nombres que intentan ganar espacios de intención de voto popular.

Entonces, el tema electoral va tomando forma en Venezuela. Aunque un alto porcentaje de la población no ha terminado de engancharse en el tema, ya vamos teniendo muestras de su reconexión «emocional» con la política. Una primera polarización entre Machado y Rausseo ha animado este proceso que promete ser de largo aliento. De momento, el propio Nicolás Maduro luce alejado del match electoral y ha concentrado sus esfuerzos en ir «aceitando» la maquinaria electoral del Psuv, pero en intención de voto abierta, aún no despega.

«Morder» el 70% del país desconectado de la política y los políticos es primordial en esta primera carrera electoral. Las elecciones primarias están siendo el «cable a tierra» que está permitiendo revivir en la agenda pública el interés por los asuntos públicos. En esta fase es clave ir recuperando la confianza con propuestas que puedan aglutinar el descontento popular y reconvertirlo en una fuerza esperanzadora de cambio. Hasta ahora, ha sido tímido este proceso porque la desconfianza y los ataques mutuos han copado la escena alejando a la gente del accionar político, pero para potenciar el proceso de reconquista del apoyo popular será muy necesario enfocar el debate por otros caminos.

Reactivar al país es una necesidad. Un buen indicador es que en las tendencias diarias que marcan la pauta de la Venezuela de estos días, los temas asociados a la política están siendo protagonistas. Este es un primer paso que pudiera seguir a otros para que definitivamente el país nacional se convierta en una fuerza avasallante que apuntale el cambio hacia el desarrollo de la nación en las próximas décadas.

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