Una reflexión multidimensional sobre el retiro de Capriles de la primaria
El dirigente de PJ se reúne con sindicalistas. Foto: Mairet Chourio.

A raíz de la decisión de Henrique Capriles Radonski (HCR) de retirarse de la primaria opositora, a pocos días de la elección, conviene poner de relieve tres dimensiones en torno a su figura política y a la del partido que fundó y lo abanderaba como candidato: Primero Justicia (conocido popularmente como PJ).

La primera dimensión está asociada al cálculo impreciso de Capriles a la hora de decidir su participación en la primaria de oposición al ganar la precandidatura de PJ. El criterio utilizado para sumarse a la contienda de oposición subestimó su desgaste político, al cual se enfrentaba a priori.

Capriles logró una curul como diputado en 1998 y victorias posteriores, dos mandatos de la alcaldía de Baruta y dos mandatos de la gobernación de Miranda, ambos entre los gobiernos subnacionales más importantes de Venezuela.

Asimismo, esta figura política sufrió derrotas clave, no sólo al perder la elección para ejercer otro mandato regional, sino, especialmente, las que experimentó Capriles al intentar disputarle la presidencia a Hugo Chávez en 2012 y a Nicolás Maduro en 2013.

Aunque HCR cerró la brecha del número de votos frente a un chavismo que lucía invencible, sobre todo, en la era de Chávez, las derrotas electorales consecutivas desmoralizaron a quiénes le votaron con la esperanza de desplazar al chavismo del poder.

La trayectoria política no está exenta de episodios de represión por parte de la élite chavista. Al igual que muchos de sus pares en la oposición, Capriles fue un preso político, ha sido objeto de represión física durante episodios de protestas de calle y sigue inhabilitado arbitrariamente para ejercer cargos públicos.

Ahora, hay dos elementos que, por lo menos, incidieron en el cálculo político que favoreció la decisión y alargamiento de su pre-candidatura: (i) Capriles fue el precandidato más votado en la elección interna de 2023 de su partido PJ y (ii) se situaba en segundo lugar en los estudios de opinión, aunque muy por debajo de la favorita para la primaria, María Corina Machado (Vente Venezuela).

Otra variable que contribuyó al desgate fueron las narrativas imprecisas, viciadas, y/o sesgadas sobre su trayectoria e intenciones políticas en la opinión pública, construidas por los “hardliners” de la oposición: Vente y Voluntad Popular (VP).

Un elemento adicional en este sentido residió en las tensiones entre sus aliados políticos. Esto se produjo en dos vías, no necesariamente en paralelo, y tiene que ver con la tensión entre los “softliners” y “hardliners” de su propio partido Primero Justicia y la tensión reciente entre PJ y el partido Un Nuevo Tiempo (UNT).

Esto último se desprende del inoportuno accionar de Manuel Rosales al: a) generar una polémica innecesaria sobre la responsabilidad de la autocratización venezolana, b) asomar la posibilidad de su candidatura presidencial fuera de la primaria y c) la forma de ejecutar su acercamiento a la élite madurista para resolver asuntos de su gobierno en el Zulia.

Si bien es cierto que la oposición enfrenta serias dificultades financieras en sus diferentes mandatos de gobiernos regionales y locales debido al manejo discrecional de la élite de Maduro -más allá de la restricción presupuestaria- también luce idóneo que UNT repiense sus formas de interlocución política, tanto con el gobierno de Nicolás Maduro, como con los grupos de oposición más afines y más distantes a su partido.

Al declive contribuyó el apoyo intermitente de Capriles a una teoría de cambio realista, pero impopular en 2017-2020, inducida por la inhabilitación política que pesa sobre él. Esto representó un dilema difícil de dilucidar por el costo que implicaba mantenerse firme en su perspectiva de teoría de cambio de presión interna (elecciones, negociaciones y movilizaciones ciudadanas en conjunción) con apoyo internacional, en lugar de la de máxima presión ejercida por otros partidos, incluyendo la propia organización en la que milita.

Otro factor de desgaste a tomar en cuenta fue la ausencia reciente de muestras más visibles de empatía de HCR hacia ciertos grupos de la sociedad que emprendieron luchas en las calles y fueron reprimidas luego que genuinamente creyeran que la apuesta de la máxima presión era creíble.

Una segunda dimensión reside en cómo las debilidades propias de su partido PJ reforzaron las debilidades de HCR detalladas arriba. El desgaste de Capriles pudo, de pronto, haberse resuelto, pero las debilidades internas de su partido también jugaron en contra:

  • El bloque de “hardliners” estaba presente en el propio partido de HCR desde hace tiempo, imponiéndole un dilema a HCR de difícil resolución.
  • La inversión en fuerza interna; es decir, en terreno venezolano, en las bases políticas y sus capacidades internas fue discontinua en el tiempo.
  • El débil apoyo internacional, sobre todo en DC-EEUU, fue el resultado, entre otros, de la falta de apalancamiento en el relacionamiento internacional que se supone labró Julio Borges en su exilio, siendo, además, la ventaja competitiva de Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López y Juan Guaidó.
  • La elección interna en PJ para la primaria debió también incorporar nuevas figuras con potencial político. Las otras dos candidaturas diferentes a la de HCR en la elección interna de PJ quizá ya no eran relevantes.
  • Otros factores incidieron en las debilidades partidistas de PJ que son comunes en la mayoría de los partidos: (i) la poca claridad ideológica y (ii) el alto costo de ser oposición política bajo un régimen autoritario.

Un tercer factor que toca contemplar es el futuro de Capriles y de su partido PJ. En mi criterio, luce prematuro asomar una “muerte” política de HCR y de cualquier líder político de oposición de larga data. Los retos políticos son de tal magnitud que, si bien la presidencia constituye el objetivo más preciado y el liderazgo principal de la oposición el segundo, no son los únicos. En la mira, 2025, hay elecciones legislativas y subnacionales.

Luego, Primero Justicia es uno de los partidos más importantes, de los de mayor arraigo en el sistema político venezolano.

Es por ello que por el bien de la democracia de la oposición y de los objetivos propios que se desprenden de una democratización en Venezuela, Capriles y su partido PJ deben urgentemente solucionar sus problemas y dilemas internos.

Stefania Vitale. Investigadora en Ciencia Política.

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